OPINIONES SOBRE LA MEDICINA, LOS MÉDICOS Y LOS SERVICIOS DE SALUD PÚBLICOS. PERCY ZAPATA MENDO.
OPINIONES
SOBRE LA MEDICINA, LOS MÉDICOS Y LOS SERVICIOS DE SALUD PÚBLICOS
Intitular
así un escrito de opinión da un poco de recelo lógico, pues estamos hablando de
quienes tratan nuestra salud. Y nos da cierta turbación asegurar algo que solo
es una opinión personal, que puede ser disímil a la de muchos otros médicos.
Detallo
algunas de estas, en mi opinión, creencias que se tiene de los “batas blancas”
y las respectivas discusiones de cada uno de los ítems:
1. Actualmente no hay que preocuparse
por llevar una vida sana, puesto hay medicamentos que lo solucionan todo. Opino que es una gran equivocación esta afirmación.
Una persona que lleve una vida saludable también acabará a la larga teniendo
problemas de salud, pero tiene más posibilidades de tener menos achaques y de
morir más tarde comparados con aquellos que cometen excesos que perjudiquen su
salud. En la revista “New England Journal of Medicine” de agosto de 2006, se publicó que la obesidad es uno
de los factores vigentes que mayormente se asocia con un aumento del riesgo de
muerte, y los datos posteriores, no hicieron más que confirmarlo…y si asociamos
a ellos malos hábitos como el consumo de alcohol o cigarrillo, el riesgo de
deceso se multiplica exponencialmente.
Al
presente, hemos de preocuparnos más que antes de llevar un estilo de vida
saludable. Es verdad que la esperanza de vida de las personas se ha incrementado
y la gente ya no muere como antes - al menos en este mundo occidental y
desarrollado en que vivimos - a causa de las infecciones, pero también lo es
que otras condiciones, pues las peculiaridades del momento actual, nos hacen
más vulnerables: el stress, la falta de ejercicio, el tipo de alimentación, el
uso y abuso del tabaco, el rol emergente de nuevas enfermedades como el SIDA, y
el aumento de otros padecimientos al prolongarse la supervivencia –demencia
senil- e incremento de la obesidad, a causa del sedentarismo y de las “comidas
basura”, son algunos ejemplos.
Dean
Ornish, cardiólogo de la Universidad de California, refiere que “la gente tiende a pensar que para que un
tratamiento médico resulte eficaz debe incluir un nuevo fármaco, el empleo de
un láser o cualquier otra tecnología costosa. Pocos se percatan que las
elecciones más simples que hacemos a diario, cómo qué comemos, cómo nos influye
el stress, si encendemos un cigarrillo o no, si hacemos ejercicio o la calidad
de nuestras relaciones personales, son determinantes para nuestra salud. Mi
equipo ha demostrado que un cambio integral en el estilo de vida puede revertir
la progresión de la enfermedad coronaria, el cáncer de próstata, la diabetes,
la hipertensión, la obesidad, la hipercolesterolemia, y otras patologías
crónicas… En realidad, la mayoría puede ir haciendo poco a poco grandes cambios
en su nutrición y forma de vida para alcanzar sus objetivos sin medicación”.
Hay
pacientes muy entrados en años con sobrepeso, que no caminan, incluso unos
beben alcohol y otros fuman, y al mismo tiempo toman más de media docena de
píldoras al día para el “colesterol,
tensión arterial, diabetes, riego, memoria, circulación, etc.” Es más
cómodo tomar varios comprimidos al día que caminar y quedar con algo de hambre,
pero hay que explicarle al paciente que caminar y comer poco son dos pilares
básicos de la buena salud. “Salud es
comer poco, caminar mucho, no fumar ni tomar bebidas alcohólicas”.
Un
paciente que un año antes pesaba 130 Kg., tomaba pastillas para la hipertensión
arterial y se inyectaba dos veces al día insulina para controlar la diabetes
que le aquejaba. Empezó a caminar como rutina de ejercicio hasta
progresivamente alcanzar los 12 Km. al día y a comer menos, un año después
pesaba poco menos de 90 kilos. Ya no necesitaba tomar sus pastillas para la
presión arterial porque se le normalizó ni requirió de pincharse para aplicarse
la insulina puesto que la glucosa también descendió a cifras dentro de los
rangos normales. Otro paciente, de 99 años asistía a consulta en una silla de
ruedas asistido de su hija; pesaba 100 Kg. y medía 150 cm. La hija pedía que se
le diese algún spray a su padre, debido a que tenía dificultad para respirar;
al aconsejarle que tenía que darle de comer menos a su padre y ayudarle a
caminar después de los alimentos principales, poco a poco el anciano recuperó
parte de su movilidad y su respiración se tornó en aceptable.
Lo
más fácil para el médico, lo que menos le cuesta, es “hacer recetas”. Es más difícil y requiere más tiempo convencer al
paciente de que no las precisa, y enseñarle a cambiar el régimen de vida,
porque muchas veces hay otras opciones mejores que los fármacos.
2. Lo más importante de la medicina es
el tratamiento. No, lo más trascendental
de la medicina es el diagnóstico. Antes de tratar a un paciente es necesario
diagnosticar correctamente la enfermedad que lo aqueja. Infortunadamente, en
nuestros días, en países en vías de desarrollo como el nuestro, con una
medicina pública como la que tenemos, en la que los médicos son profesionales cuyas
cualidades no son valoradas, es frecuente que a la entrevista o historia
clínica con los pacientes se dediquen escasos minutos debido a que así le han
asignado administrativamente, cuando sigue siendo lo más importante para
realizar un diagnóstico acertado, una anamnesis concienzuda.
Un
nuevo informe de Inglaterra estima que alrededor de un millón de británicos han
sido víctimas de incidentes o errores de la sanidad británica cada año, según
explica un informe elaborado por el Comité de Cuentas Públicas de la Cámara de
los Comunes y publicado en el diario Daily Mail. Pese a que en los doce últimos
meses se registraron oficialmente 940.000 incidentes, los autores creen que
pueden existir otros 250.000 errores más que no han sido comunicados a las
autoridades. Los incidentes comunicados incluyen desde errores de medicación a
interacciones de distintos fármacos, hasta la ausencia de equipos de emergencia
y la amputación de miembros equivocados. El presidente del Comité, Edward Lehigh,
ha explicado que los cálculos oficiales indican que uno de cada diez pacientes
admitidos en los hospitales del servicio de salud británico fue víctima de
algún incidente o error médico o sanitario. “Para
colmo desconocemos cuántas personas mueren cada año por problemas relacionados
con la seguridad”.
Los
deslices diagnósticos, probablemente no han sido incluidos en su totalidad
porque muchos de ellos no son conocidos ni por el propio médico, y si lo son,
no suelen referirse. El diagnóstico es lo más difícil y a la vez lo más
importante en medicina.
También,
por la enorme vanidad del médico, es difícil que el médico sea capaz de
reconocer que se ha equivocado. Siempre culpará al paciente de que no haberle
contado bien las cosas cuando lo entrevistó, o que en el momento de la historia
clínica los síntomas eran distintos, etc.
3. Los medicamentos ya no tienen efectos
secundarios nocivos. Otra ilusoria
creencia. Todos recordamos las noticias recientes aparecidas en los medios de
comunicación sobre los fármacos antiinflamatorios de dos conocidos laboratorios
que tuvieron que ser retirados del mercado por los efectos secundarios a que
dieron lugar, causando a estas compañías farmacéuticas un importante descenso
en el precio de sus acciones. Estamos en un momento de una enorme competencia
entre las empresas y en el que el tiempo es oro. Por eso, a veces se reduce el
tiempo de los ensayos con los medicamentos antes de ser utilizados en la
práctica clínica diaria, y en ocasiones el fármaco tiene que ser retirado por
efectos secundarios cuando se introduce en la clínica diaria.
4. Los médicos son todos iguales. No, ¡craso error!, los médicos no son todos iguales.
No son iguales en sus erudiciones, experiencia, conocimiento, inteligencia,
sentido común, ni tan siquiera en la bondad u otras cualidades morales o
éticas, como no los son cualesquiera otros profesionales que elijamos (plomeros,
abogados, albañiles, cocineros, ingenieros, policías, costureros, carpinteros,
periodistas…). Un médico amigo afirmaba que lo que más deseaba en la vida es no
enfermar, y si no es así, al menos tener suerte para dar con un buen médico.
Un
buen médico es sensato y sabe hasta dónde puede llegar. En caso que su paciente
tenga un problema en el que otros compañeros tengan más experiencia no tiene
reparo alguno en consultarles o enviarle al paciente. Falta igualmente cultura
de información por parte de los pacientes, pues el Colegio Médico del Perú,
cuenta con un portal de “Conoce a tu médico”.
Cuando los pacientes pueden elegir médico, esto obliga a los médicos a competir
entre ellos para tener más pacientes y aumentar sus ingresos. No hace muchos
años un Presidente del Colegio Médico de España quiso conseguir de las
autoridades sanitarias la libre elección de médico para el paciente, y los
propios médicos españoles no estaban de acuerdo con esta medida. Aunque la
posibilidad de elección de médico fuese mejor para los pacientes, importaba más
ser funcionarios, “todos iguales”.
En
cualquier caso, si usted enferma, le recomiendo que haga lo mismo como cuando
tiene un problema de plomería en su casa: Pregunte, entérese acerca de quién
podrá solucionárselo mejor y si tiene posibilidades acceda a ese médico que le
recomiendan otras personas o médicos de su confianza, y consúltese con él.
Llama
la atención cómo la gente se queja y llora por el gasto ocasionado por una
consulta médica privada y no lo hace cuando gasta la misma cantidad o más en
una borrachera de fin de semana o de “viernes de amigos” en la discoteca del
momento. Creo que si el médico elegido lo ha atendido bien y le ha ayudado, ese
dinero está muy bien gastado.
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