SÍNTOMAS DEL “EMBARAZO”
SÍNTOMAS
DEL “EMBARAZO”
Antes
de ingresar al tema en sí, permítame exponerles la razón por la cual he
colocado entre comillas a “embarazo”, término común con el cual se le conoce al
periodo en el cual una mujer lleva en su útero a un nuevo ser producto de la concepción
hasta el momento del parto; embarazo me suena más a incomodidad, a vergüenza, y
no creo que una mujer que se estime como madre, no pueda sentir orgullo de la
vida que lleva dentro de sí; prefiero utilizar mejor la denominación gestación,
que a mi parecer, es la más idónea; pero el uso popular muchas veces impone
términos aun cuando éstos no sean los adecuados.
Prosigamos,
la concepción se produce en el momento de la ovulación que, cuando el ciclo
menstrual de la mujer es regular, ocurre 14 días después del inicio de la “regla”.
Esto quiere decir que cuando la regla no aparece, lo normal es que la mujer ya
lleve dos semanas embarazada.
Durante
la primera semana, el óvulo fecundado ha viajado por la trompa de Falopio hacia
el útero, donde se implanta. El organismo incrementa los niveles de la hormona
gonadotropina coriónica humana (hCG) (que estimula la maduración del óvulo y lo
mantiene hasta que la placenta está lista para alimentar al feto), de
estrógenos, y de progesterona (que prepara al útero para recibir al óvulo y a
las mamas para la lactancia).
Esta
explosión hormonal tiene consecuencias que, en algunos casos, como el aumento
del tamaño y la sensibilidad de los pechos, suelen ser evidentes. La
gonadotropina, también conocida como hormona del embarazo, está relacionada,
además, con las náuseas, otro síntoma que puede hacer sospechar precozmente del
inicio de la gestación.
Veamos
más al detalle los primeros síntomas indicativos del embarazo:
Aumento de las mamas
Suele
ocurrir desde el principio, en cuanto el óvulo se implanta en el útero, y antes
de que el retraso de la menstruación despierte sospechas. No es que en la primera
semana de embarazo necesites una talla más de sujetador, pero notarás los
pechos más llenos, como con más volumen, y además estarán más sensibles de lo
habitual. A medida que pasan los días, esto se intensifica, los sientes más
pesados y algo doloridos. Sin embargo, esto también les ocurre a muchas mujeres
durante el síndrome premenstrual, o incluso durante la ovulación, y la
diferencia resultará más evidente a partir de la tercera semana de embarazo,
cuando la menstruación lleva una semana de retraso. La “culpa”, en este caso,
es de las hormonas (progesterona, estrógenos, prolactina), que intervienen en
la preparación de los pechos para la función de amamantar.
Cansancio y somnolencia
También
desde los primeros días es muy frecuente sentir más cansancio y ganas de dormir
de lo habitual. Si este síntoma se presenta aislado puede pasar desapercibido
porque lo achaques a otras circunstancias, como haber dormido poco entre semana
por quedarte hasta tarde levantada y luego tener que madrugar para ir al trabajo,
que sea verano y el calor excesivo te produzca cansancio, haber realizado algún
esfuerzo adicional recientemente... En el embarazo, el organismo empieza a
producir más sangre y gasta más energía. Además, el reposo favorece la
recuperación del desgaste que se produce a consecuencia de los grandes cambios
metabólicos y hormonales. Por otra parte, mientras descansas no corres ningún
riesgo que interfiera con el bienestar del futuro bebé, así que puede
considerarse incluso un recurso de la naturaleza para favorecer el desarrollo
del embrión.
Deseos de orinar frecuentes
El
útero se agranda y oprime la vejiga, y esto provoca que la mujer sienta la
necesidad de hacer pis con mayor frecuencia. Este síntoma a veces aparece muy
pronto, cuando no hay ningún otro signo que indique la posibilidad de embarazo.
También puedes padecer estreñimiento y distensión abdominal, porque la
progesterona influye en la ralentización del tránsito intestinal, con la
consiguiente producción de gases y retraso en la evacuación.
“Antojos”
Se
ha hablado mucho de los famosos antojos de las embarazadas, y la realidad es
que existen, aunque no todas las mujeres los tengan... Lo mismo se puede decir
de ciertas aversiones (al café, al tabaco, a ciertos olores...) que
experimentan algunas embarazadas antes incluso de saber que lo están.
Puede
que no haya una explicación científica, pero al igual que el cuerpo a veces
reclama una ración de azúcar porque el nivel de glucosa en sangre ha bajado,
tal vez el organismo de la embarazada le esté avisando de la necesidad de
ingerir algún tipo de nutriente o vitamina que contenga el “antojo” y, en el
caso de las aversiones, puede estar rechazando de manera natural aquello que
resulta perjudicial para su nuevo estado. Así que a mis amigos, les pido por
favor paciencia con sus parejas, a menos que el antojo sea un capricho
mayúsculo y el conseguirlo sea más que imposible para el momento, en cuyo caso
es preferible negociar por un análogo.
Percepción de olores
Se
agudiza el sentido del olfato, de ahí que ciertos olores también resulten más
desagradables, ya que los perciben con mayor intensidad. Las mujeres que no
tienen especialmente desarrollado el sentido del olfato pueden apreciar mejor
este síntoma, ya que posiblemente ahora detecten olores que antes les pasaban
desapercibidos.
Náuseas
Las
temidas náuseas, que no tienen por qué ser matinales, y que a veces desembocan
en vómitos, suelen estar relacionadas con el aumento del nivel de la hormona
del embarazo, la gonadotropina coriónica humana (hCG). Esta hormona comienza a
aumentar alrededor de una semana después de la concepción, cuando el óvulo
llega al útero, y su nivel en sangre se duplica cada dos días desde entonces,
hasta alcanzar su máxima concentración al final del primer trimestre. Las
náuseas y ascos, que se acentúan frente a ciertos alimentos y olores, pueden
aparecer a finales de la tercera semana de embarazo, es decir, en los primeros
días de retraso menstrual, así que te ayudarán a confirmar las sospechas. Su
intensidad dependerá de tu sensibilidad frente a la acción de las hormonas y a
veces se acompañan de mareos.
Ligero sangrado vaginal
Se
conoce como sangrado de implantación, y no todas las embarazadas lo
experimentan. Se produce cuando el óvulo fecundado invade el endometrio para
anidar en este, y se trata de una pequeña cantidad de sangre que se expulsa
generalmente un poco antes de la fecha en la que debería bajar el periodo. Esta
sangre es menos espesa que la de la regla, y su color generalmente es rosado
con tonos marrones; además, se trata de un flujo siempre ligero, a diferencia
de la regla donde el sangrado es leve al principio, después se intensifica, y
vuelve a ser escaso al final. Durante la implantación también puedes sentir
dolor en la pelvis.
Cambios en el estado de ánimo
Es
muy normal que la mujer embarazada experimente cambios de humor y una
sensibilidad más acusada de lo normal. Puede que le des más importancia a
ciertas cosas, que estés más susceptible, que alternes la melancolía con la
euforia. Claro que esto a veces también se debe a estímulos externos y no tiene
por qué estar relacionado con el embarazo, pero si te encuentras más emotiva de
lo habitual podrías estar esperando un bebé.
Retraso de la menstruación
Para
todas aquellas que no han tenido síntomas, o los han relacionado con las
típicas molestias premenstruales, la ausencia de la regla si sus ciclos son
regulares puede ser el primer indicio de embarazo. En cualquier caso, si tu
menstruación se retrasa es necesario confirmar si se trata de un embarazo, por
lo que ha llegado el momento de que te realices una prueba casera, o acudas al
médico para comprobarlo cuanto antes. Es importante que sepas que algunas
mujeres siguen teniendo sangrados regulares, similares a la regla, durante
algunos meses estando embarazadas, por lo que si tienes síntomas de embarazo, o
los sangrados son anormales, debes consultarlo igualmente con tu médico.
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