DR. ZAPATA, ¿PORQUÉ EN OCASIONES AL DESPERTAR TENEMOS LA SENSACIÓN DE ESTAR INMOVILIZADOS? ¿ES POR OBRA DE LOS ALIENS?
DR.
ZAPATA, ¿PORQUÉ EN OCASIONES AL DESPERTAR TENEMOS LA SENSACIÓN DE ESTAR
INMOVILIZADOS? ¿ES POR OBRA DE LOS ALIENS?
Absolviendo
inquietudes del inbox
En
ocasiones a poco después de habernos acostado para dormir, nos despertamos
bruscamente, y aunque podamos abrir los ojos, no somos capaces de emitir sonido
ni mover músculo alguno, lo cual nos genera una considerable sensación de
angustia y de temor por estar sufriendo un episodio de una quizás enfermedad
grave. Por si fuera poco, al encontrarnos en un estado de limbo entre el sueño
y la vigilia, solemos padecer alucinaciones auditivas y visuales que
generalmente coinciden en una intensa sensación de presencia y de movimiento en
torno a nuestro cuerpo indolente…no se preocupen, pues estamos ante un episodio
llamado “la parálisis del sueño”, la cual es un trastorno bastante común que se
produce durante la transición entre el sueño y la vigilia, ya sea en los
momentos previos al conciliar el sueño o en el momento del despertar. Quien la
sufre, despierta bruscamente teniendo plena consciencia de sus pensamientos
pero manteniéndose paralizado físicamente. Como si del síndrome del
enclaustramiento se tratara, la persona se siente atrapada en su propio cuerpo.
Este
trastorno se debe a una intromisión anormal de un estado del sueño llamado REM (o
movimiento ocular rápido por sus siglas en inglés) durante un estado de
vigilia: literalmente estás despierto, pero parte de tu cerebro sigue sumido en
el sueño. Durante la fase REM, el cerebro inhibe el movimiento de la mayoría de
nuestros músculos para evitar que representemos los sueños y nos lesionemos de
forma involuntaria, de ahí la parálisis corporal (por ejemplo, si sueñas que
estás boxeando, gracias a la fase REM, evitará que actúes extrañamente lanzando
golpes al aire o a quien duerma al lado tuyo). Suele manifestarse en contadas
ocasiones en individuos con plena salud mental pero sometidos a altos niveles
de estrés y cansancio, que alcanzan la fase profunda del sueño con demasiada
rapidez (antes de las primeras dos horas) y que acostumbran a dormir boca
arriba. Descansar lo suficiente a menudo resuelve el problema. Sólo aparece de
forma periódica en pacientes de ansiedad, trastorno bipolar, depresión y
trastorno de estrés postraumático.
Estos
ataques a menudo implican sensaciones de terror, ira y de muerte inminente, ya
que las alucinaciones suelen ser de carácter siniestro y malévolo. Es
recurrente la visión de un ser grotesco que se sienta sobre el pecho y oprime
la respiración. No existe, sin embargo, riesgo para la vida en ningún sentido,
ya que nada de lo que vemos y oímos (e incluso olemos) es real, y la parálisis
cede a los pocos minutos, normalmente a causa de un vasto esfuerzo por
incorporarse o del contacto con otra persona que acude alarmada. Una vez
despiertos del todo, es aconsejable levantarse y moverse; de lo contrario
existe la posibilidad de volver a experimentar un estado de parálisis del
sueño.
Esta
cruel disfunción cerebral ocurre desde tiempos inmemoriales y probablemente sea
la explicación a muchas de las experiencias paranormales que buena parte de la
población asegura haber sufrido tras el ocaso.
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