VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL CONSUMO DEL MARISCO
VENTAJAS
Y DESVENTAJAS DEL CONSUMO DEL MARISCO
Los
mariscos se han constituido en uno de los componentes imprescindibles de uno de
nuestros platillos estrella, el ceviche, y su consumo como alimento debidamente
preparado nos reportará indudablemente beneficios, y cuando no, nos generará irremediablemente
serios problemas de salud; los mariscos, (cuyo nombre significa "del
mar"), pueden dividirse en dos clases:
Crustáceos. Son animales con patas articuladas (artrópodos) cuyo
cuerpo se encuentra cubierto por una capa muy resistente, formada por una
proteína llamada quitina. Viven en las profundidades del mar, y entre los
miembros más comunes encontramos: langosta, camarón, cangrejo y langostino.
Moluscos. Poseen cuerpo muy blando, por lo que la mayoría se
protege con una concha formada por carbonato de calcio y otros minerales. Este
grupo incluye también a amplia diversidad: ostión, mejillón, almeja, calamar,
pulpo y caracol de mar.
En
general, los mariscos aportan al organismo elementos muy importantes para
conservar la salud, como vitaminas A y D, aunque se destacan más por tres
minerales:
Fósforo. Que ayuda a asimilar proteínas, grasas e hidratos de
carbono; además, está presente en sangre y células del sistema nervioso,
ayudando a su adecuado funcionamiento.
Calcio. Elemento del que depende la salud de los huesos y que
debe ser consumido para prevenir o detener los efectos adversos de la
osteoporosis (pérdida de minerales en el esqueleto).
Yodo. Básico para el buen funcionamiento de la tiroides, glándula que se
encarga de crear hormonas que intervienen prácticamente en todas las funciones
del organismo.
Otro
tanto hay que decir del zinc,
mineral que es particularmente abundante en los ostiones y que es esencial para
la actividad sexual en varones, ya que ayuda a mantener la salud de la próstata
y a incrementar la libido (energía sexual); de ahí la propiedad afrodisíaca que
popularmente se le atribuye a este alimento y que la ciencia Médica ha
corroborado en años recientes a través de algunas investigaciones.
Mención
aparte merecen las proteínas de alta calidad que ofrecen estos alimentos, las
cuales son empleadas por nuestro organismo para reparar y mantener los tejidos
del cuerpo; también son útiles en la producción de leche materna y para
garantizar el crecimiento de uñas y cabello; son también componentes
importantes del sistema inmunológico (que nos protege de enfermedades) y ayudan
a transportar los nutrientes en la sangre.
Aunque
no tienen tantas vitaminas del complejo B, los productos del mar son, en
términos generales, más recomendables que las carnes rojas en cuanto al nivel
de calorías. Sin embargo, se debe aclarar que mientras los crustáceos poseen
bajo contenido de grasas, los moluscos incluyen considerable cantidad de
colesterol, por lo que las personas con problemas circulatorios deben evitar
comerlos.
También
las personas con problemas de presión arterial alta (hipertensión) deben ser
cautos en el consumo de mariscos, sobre todo si son ahumados, debido a que el
contenido de sales puede afectar el control y tratamiento de su padecimiento.
Precauciones al comer mariscos
Si
bien incluir mariscos en la dieta es una práctica bastante saludable, se deben
tener algunas consideraciones para evitar problemas por su consumo, pues estos
alimentos exigen condiciones cuidadosas para su conservación, y en ocasiones
llegan a causar reacciones alérgicas.
Una
conservación deficiente, es decir, en la que los productos se expongan al calor
y se guarden en lugares con escasa higiene, puede ser responsable de que los
comensales sufran infecciones ocasionadas por bacterias, como salmonelosis o
cólera, padecimientos que se caracterizan por síntomas como diarrea, fiebre y
dolores abdominales, los cuales aparecen entre 10 horas y 3 días después del
consumo del alimento contaminado.
Por
tanto, es importante abstenerse de consumir mariscos crudos o de origen
desconocido, evitar aquellos que se venden en puestos ambulantes o en sitios
donde no existan refrigeradores para conservarlos, y si se preparan en casa se
debe procurar que estén el menor tiempo posible fuera del congelador o el
refrigerador.
En
general, el tratamiento para estas enfermedades incluye descanso y reposición
de líquidos y sales; asimismo, y debido a que son distintas bacterias las que
generan estos padecimientos, se requiere la asistencia de un médico general o
de urgencias para determinar qué tipo de infección es la que afecta al
paciente, así como el antibiótico más adecuado para acabar con ella.
Por
otra parte, se debe tener especial cuidado de no consumir moluscos ni
crustáceos originarios de una población en la que se haya presentado el
fenómeno "marea roja" ya que, a pesar de ser frescos y de tener
apariencia apetitosa, resultan dañinos para la salud.
La
marea roja se debe a que las condiciones climatológicas en determinada región
favorecen el aumento de ciertos microorganismos que tiñen al mar de color
amarillo, verde, café y, sobre todo, rojo, y, al mismo tiempo, generan alta
concentración de toxinas que se alojan en el organismo de peces, crustáceos y
moluscos.
El
consumo de estos alimentos provoca intoxicación, la cual presenta síntomas
similares a los de una infección, como dolor abdominal agudo, malestar general,
diarrea y vómito. Su tratamiento no requiere el uso de antibióticos, sino de
medicamentos que reduzcan los síntomas (en este caso antihistamínicos) y de abundantes
cantidades de agua para reponer líquidos. Su atención siempre requerirá de
ayuda médica especializada.
Un
punto más a considerar es que las proteínas de estos alimentos pueden ocasionar
reacciones adversas en personas sensibles; de hecho, los mariscos son la
tercera causa de alergia, después de la leche de vaca y el huevo, e incluso
llegan a desencadenar síntomas sólo por inhalar los vapores que emiten durante
su cocción.
Las
manifestaciones alérgicas no aparecen en la primera ingestión de mariscos, sino
luego de una segunda o tercera ocasión, ya que, si es el caso, toma un poco de
tiempo para que el organismo se sensibilice a las sustancias que percibe como
perjudiciales. Los síntomas pueden incluir cosquilleo e inflamación de boca y
garganta, dolor abdominal, nauseas, vómito y diarrea, así como aparición de
ronchas en distintas regiones de la piel, tos con silbidos, estornudos, exceso
de mucosa nasal e, incluso, coloración azul de la piel (cianosis), baja presión
arterial (hipotensión) y pérdida de conciencia.
El
tratamiento de una alergia por mariscos requiere atención médica para la
correcta administración de antihistamínicos y otros medicamentos, los cuales
pueden dosificarse incluso a través de una inyección intravenosa en casos muy
graves. Asimismo, cuando ya se sabe que estos alimentos generan efectos
adversos, se debe evitar su consumo y, de ser posible, se procederá a una
terapia con vacunas personalizadas, a cargo de un alergólogo, para reducir
reacciones negativas posteriores.
Sólo
resta subrayar que el consumo de mariscos es benéfico para nuestro organismo,
pero ante todo debe efectuarse con responsabilidad, debido a los posibles
efectos que hemos visto pueden ocasionar.
Fuente: saludymedicinas.com.mx
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