HEPATITIS A. PERCY ZAPATA MENDO.
Hepatitis A
¿Qué es la hepatitis A?
La hepatitis A es una enfermedad hepática altamente contagiosa. Históricamente, también recibió el nombre de hepatitis infecciosa. Hoy se la llama hepatitis A, nombre tomado del virus que la causa. Cada año, aproximadamente 1,4 millones de personas se infectan con hepatitis A en todo el mundo. Si bien hay regiones del mundo donde es más común que en otras áreas, lo cierto es que es posible contagiarse la hepatitis A aún en países donde esta enfermedad no es endémica.
¿Cómo se contagia?
El virus de la hepatitis A suele hallarse en las heces de las personas infectadas. De esta forma, el virus suele propagarse a través del contacto directo, de persona a persona o a través del agua o alimentos contaminados.
Por ejemplo, una persona puede contagiarse la hepatitis A de un bebé infectado si no se lava las manos después de cambiarle el pañal. También, al tener contacto con una persona infectada que no se lavó las manos después de ir al baño.
Si el virus alcanza los alimentos, puede diseminarse rápidamente. El virus también puede contraerse al beber agua contaminada o al ingerir alimentos que fueron lavados con agua contaminada y no cocinados, como ensaladas crudas, frutas sin pelar o mariscos crudos o medianamente cocidos.
¿Qué síntomas produce?
Algunas personas que se infectan con hepatitis A pueden tener síntomas similares a los de una gripe: fiebre, escalofríos y una sensación de debilidad general. Otros síntomas comunes son falta de apetito (anorexia), náusea, color amarillento en la piel y en los ojos (ictericia), orina obscura y heces claras, fatiga y dolor abdominal.
Sin embargo, los niños, en especial los menores de 6 años, muchas veces no presentan síntomas de la enfermedad.
¿Puede tener complicaciones?
Aunque la hepatitis A (a diferencia de la B) no suele evolucionar hacia una infección crónica, la recuperación completa de esta enfermedad puede ser lenta.
Si bien, como se dijo más arriba, muchas veces los niños no presentan síntomas de la enfermedad, los adultos que se infectan con hepatitis A suelen estar enfermos por lo menos durante un mes, y su recuperación completa puede llevar hasta 6 meses. Y hasta un 20 por ciento de los pacientes adultos pueden tener una recaída y sentirse mal durante 15 meses. Además, se calcula que hasta un 15 por ciento de los pacientes requieren hospitalización.
Grupos de riesgo
Los niños, adolescentes y adultos que pueden encontrarse ante un riesgo mayor de contraer la enfermedad y de transmitirla a otros si resultan infectados son los siguientes:
Quienes viajan a áreas donde esta enfermedad es endémica. Entre estas áreas se encuentran: África, la cuenca del Mediterráneo, Europa del Este, Medio Oriente, América Central y del Sur y México.
Personal militar
Personas que no practican sexo seguro
Usuarios de drogas intravenosas
Las personas hemofílicas y otros pacientes que reciben derivados sanguíneos
Maestras y empleados de jardines de niños y guarderías
Trabajadores de instituciones médicas
Técnicos de laboratorio que trabajan con el virus de la hepatitis A
Personas que están en contacto con monos que podrían alojar el virus de la hepatitis A .
Prevención
Existen vacunas eficaces, seguras y bien toleradas que protegen contra la hepatitis tipo A.
Su médico es quién mejor le puede orientar sobre la conveniencia y uso apropiado de estas vacunas.
Cómo reducir los riesgos ambientales, en el caso de viajar a un área donde la hepatitis A es endémica:
No tomar agua de procedencia dudosa o que no haya sido hervida. Tener en cuenta que esta recomendación se extiende al uso de hielo en las bebidas.
No comer frutas sin pelar, ensaladas u otros platos hechos a partir de verduras crudas, o productos de mar crudos o poco cocidos.
Cómo reducir el riesgo de contagio a partir de acciones personales. Una de las mejores maneras es a través del lavado frecuente de las manos, en especial después de ir al baño y antes de manipular alimentos y sentarse a comer. Tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Usar agua tibia
Mojar las manos primero y luego enjabonarlas
Restregarse las manos con el agua enjabonada por unos 20 segundos como mínimo.
Enjuagarse las manos con cuidado, para eliminar todos los restos de jabón.
Cerrar la llave sin tocar el grifo: ayudarse con una toalla de papel.
Secarse con una toalla de papel limpia o con aire caliente
Vacunación. Las vacunas contra la hepatitis A son generalmente bien toleradas. El médico es el encargado de evaluar a quién le conviene recibirla.
Tratamiento
Aunque en la mayoría de los casos los pacientes no requieren tratamiento, se calcula que hasta un 15 por ciento de los adultos que se infectan con hepatitis A deben ser hospitalizados.
En general, después de los primeros días, las personas recuperan el apetito y no necesitan quedarse en cama. La mayoría de los pacientes pueden volver a trabajar después que pasa la ictericia (color amarillento de la piel y los ojos), aún cuando los resultados de las pruebas de la función hepática no sean completamente normales.
FUENTE: msd.com.pe
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