FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULAR. PERCY ZAPATA MENDO, PERCY JUNIOR TORRES ZAPATA.
Factores
de riesgo cardiovascular
Existen diversos
tipos de enfermedades cardiovasculares: hipertensión arterial, enfermedad arterial coronaria,
enfermedad valvular cardíaca, accidente cerebrovascular (trombosis
o derrame cerebral) y fiebre reumática o enfermedad cardíaca reumática. Según
la Organización Mundial de la Salud, las enfermedades cardiovasculares causan
más de 17 millones de muertes en el mundo cada año y representan la mitad de
todas las muertes en los Estados Unidos y otros países desarrollados. Las
enfermedades cardiovasculares también son una de las principales causas de
muerte en muchos países en vías de desarrollo. En conjunto, son la primera
causa de muerte en los adultos.
En los Estados Unidos,
más de 80 millones de habitantes sufren de algún tipo de enfermedad
cardiovascular. Alrededor de 2.200 personas mueren cada día de enfermedades
cardiovasculares. El cáncer, la segunda causa de muerte, produce algo más de la
mitad de muertes.
La enfermedad
arterial coronaria, el tipo más común de enfermedad cardiovascular, es la
primera causa de muerte en los Estados Unidos actualmente. Pero gracias a
muchos estudios y miles de pacientes, los investigadores han descubierto
ciertos factores que desempeñan un papel importante en las probabilidades de
que una persona padezca de una enfermedad del corazón. Se los denomina
«factores de riesgo».
Los factores de
riesgo se dividen en dos categorías: principales y contribuyentes. Los
principales factores de riesgo son aquellos cuyo efecto de aumentar el riesgo
cardiovascular ha sido comprobado. Los factores contribuyentes son aquellos que
los médicos piensan que pueden dar lugar a un mayor riesgo cardiovascular pero
cuyo papel exacto no ha sido definido aún.
Cuantos más
factores de riesgo tenga una persona, mayores serán sus probabilidades de
padecer una enfermedad del corazón. Algunos factores de riesgo pueden
cambiarse, tratarse o modificarse y otros no. Pero el control del mayor número
posible de factores de riesgo, mediante cambios en el estilo de vida y/o
medicamentos, puede reducir el riesgo cardiovascular.
Principales
factores de riesgo
Presión arterial
alta (hipertensión arterial). La hipertensión
arterial aumenta el riesgo de sufrir una enfermedad del corazón, un ataque al
corazón o un accidente cerebrovascular. Aunque otros factores de riesgo pueden
ocasionar hipertensión, es posible padecerla sin tener otros factores de
riesgo. Las personas hipertensivas que además son obesas, fuman o tienen
niveles elevados de colesterol en sangre, tienen un riesgo mucho mayor de
sufrir una enfermedad del corazón o un accidente cerebrovascular.
La presión arterial
varía según la actividad y la edad, pero un adulto sano en reposo generalmente
tiene una presión sistólica de menos 120
y una presión diastólica de menos 80.
Presión
arterial alta (Hipertensión arterial)
Colesterol elevado. Uno de los
principales factores de riesgo cardiovascular es el colesterol elevado. El
colesterol, una sustancia grasa (un lípido) transportada en la sangre, se
encuentra en todas las células del organismo. El hígado produce todo el
colesterol que el organismo necesita para formar las membranas celulares y
producir ciertas hormonas. El organismo obtiene colesterol adicional de
alimentos de origen animal (carne, huevos y productos lácteos).
Aunque a menudo
atribuimos la elevación del colesterol en sangre al colesterol que contienen
los alimentos que comemos, la causante principal de ese aumento es la grasa
saturada de los alimentos. (Lea cuidadosamente la información nutricional que
aparece en los envases, porque un alimento que no contiene colesterol puede
contener grandes cantidades de grasa saturada.) La materia grasa de los
productos lácteos, la grasa de la carne roja y los aceites tropicales tales
como el aceite de coco son algunos de los alimentos ricos en grasa saturada.
Cuando la sangre
contiene demasiadas lipoproteínas de baja densidad (LDL o «colesterol malo»),
éstas comienza a acumularse sobre las paredes de las arterias formando una
placa e iniciando así el proceso de la enfermedad denominada «aterosclerosis».
Cuando se acumula placa en las arterias coronarias que riegan el corazón,
existe un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón.
Diabetes. Los
problemas del corazón son la principal causa de muerte entre diabéticos,
especialmente aquellos que sufren de diabetes del adulto o tipo II (también
denominada «diabetes no insulinodependiente»). Ciertos grupos raciales y
étnicos (negros, hispanos, asiáticos, polinesios, micronesios, melanesios y
amerindios) tienen un mayor riesgo de padecer diabetes. La Asociación Americana
del Corazón (AHA) calcula que el 65 % de los pacientes diabéticos mueren de
algún tipo de enfermedad cardiovascular. Si usted sabe que sufre de diabetes,
debe ser controlado por un médico, porque el buen control de los niveles de
glucosa (azúcar) en sangre puede reducir su riesgo cardiovascular. Si cree que
pueda tener diabetes pero no está seguro, consulte al médico quien le realizará
los análisis correspondientes.
Obesidad y
sobrepeso. Se cree que el peso excesivo puede elevar los
niveles de colesterol total, causar hipertensión y aumentar el riesgo
deenfermedad arterial coronaria. La obesidad aumenta las probabilidades de
adquirir otros factores de riesgo cardiovascular, especialmente hipertensión,
niveles elevados de colesterol en sangre y diabetes.
En la actualidad,
muchos médicos miden la obesidad mediante el índice de masa corporal (IMC), que
se calcula dividiendo los kilogramos de peso por el cuadrado de la talla en
metros (IMC = kg/m2). Según el Instituto Nacional de los Pulmones,
el Corazón y la Sangre de los Estados Unidos (NHLBI), se considera que una
persona sufre de sobrepeso si tiene un IMC superior a 25 y que es obesa si la
cifra es superior a 30. Puede determinar su IMC utilizando la calculadora a
continuación.
Índice de masa corporal
El índice de masa corporal (IMC) es una fórmula que
se utiliza para evaluar el peso corporal en relación con la estatura. La
fórmula permite medir la composición corporal y ha demostrado ser una manera
eficaz de determinar la grasa corporal.
Tabaquismo. La mayoría
de la gente sabe que fumar aumenta el riesgo de cáncer de pulmón, pero pocos
saben que también aumenta apreciablemente el riesgo de enfermedad
cardiovascular y de enfermedad vascular periférica (enfermedad de los vasos
sanguíneos que riegan los brazos y las piernas). Según la Asociación Americana
del Corazón, más de 400.000 estadounidenses mueren cada año de enfermedades
relacionadas con el tabaquismo. Muchas de estas muertes se deben a los efectos
del humo del tabaco en el corazón y los vasos sanguíneos.
Las investigaciones
demuestran que fumar acelera el pulso, contrae las principales arterias y puede
provocar irregularidades en la frecuencia de los latidos del corazón, todo lo
cual aumenta el esfuerzo del corazón. Fumar también aumenta la presión
arterial, lo cual a su vez aumenta el riesgo de un ataque cerebral en personas
que sufren de hipertensión. Aunque la nicotina es el agente activo principal
del humo del tabaco, otros compuestos y sustancias químicas, tales como el
alquitrán y el monóxido de carbono, también son perjudiciales para el corazón.
Estas sustancias químicas contribuyen a la acumulación de placa grasa en las
arterias, posiblemente por lesionar las paredes de los vasos sanguíneos.
También afectan al colesterol y a los niveles de fibrinógeno (un coagulante
sanguíneo), aumentando así el riesgo de que se forme un coágulo sanguíneo que
pueda provocar un ataque al corazón.
Inactividad física. Las
personas inactivas tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque al corazón que
las personas que hacen ejercicio regular. El ejercicio quema calorías, ayuda a
controlar los niveles de colesterol y la diabetes, y posiblemente disminuya la
presión arterial. El ejercicio también fortalece el músculo cardíaco y hace más
flexibles las arterias. Las personas que queman activamente entre 500 y 3.500
calorías por semana, ya sea en el trabajo o haciendo ejercicio, tienen una
expectativa de vida superior a la de las personas sedentarias. Incluso el
ejercicio de intensidad moderada es beneficioso si se hace con regularidad.
Sexo. En
general, los hombres tienen un riesgo mayor que las mujeres de sufrir un ataque
al corazón. La diferencia es menor cuando las mujeres comienzan la menopausia,
porque las investigaciones demuestran que el estrógeno, una de las hormonas
femeninas, ayuda a proteger a las mujeres de las enfermedades del corazón. Pero
después de los 65 años de edad, el riesgo cardiovascular es aproximadamente
igual en hombres y mujeres cuando los otros factores de riesgo son similares.
Herencia. Las enfermedades
del corazón suelen ser hereditarias. Por ejemplo, si los padres o hermanos
padecieron de un problema cardíaco o circulatorio antes de los 55 años de edad,
la persona tiene un mayor riesgo cardiovascular que alguien que no tiene esos
antecedentes familiares. Los factores de riesgo tales como la hipertensión, la
diabetes y la obesidad también pueden transmitirse de una generación a la
siguiente.
Además, los
investigadores han determinado que algunos tipos de enfermedades
cardiovasculares son más comunes entre ciertos grupos raciales y étnicos. Por
ejemplo, los estudios demuestran que los negros sufren de hipertensión más
grave y tienen un mayor riesgo cardiovascular que los blancos. La mayor parte
de los estudios cardiovasculares sobre minorías se han concentrado
principalmente en negros e hispanos, utilizando a la población blanca como
punto de comparación. Los factores de riesgo cardiovascular en otros grupos
minoritarios aún están siendo estudiados.
Edad. Las
personas mayores tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades del corazón.
Aproximadamente 4 de cada 5 muertes debidas a una enfermedad cardíaca se
producen en personas mayores de 65 años de edad.
Con la edad, la
actividad del corazón tiende a deteriorarse. Puede aumentar el grosor de las
paredes del corazón, las arterias pueden endurecerse y perder su flexibilidad
y, cuando esto sucede, el corazón no puede bombear la sangre tan eficientemente
como antes a los músculos del cuerpo. Debido a estos cambios, el riesgo
cardiovascular aumenta con la edad. Gracias a sus hormonas sexuales, las
mujeres generalmente están protegidas de las enfermedades del corazón hasta la
menopausia, que es cuando su riesgo comienza a aumentar. Las mujeres mayores de
65 años de edad tienen aproximadamente el mismo riesgo cardiovascular que los
hombres de la misma edad.
Factores
contribuyentes
Estrés. Se cree
que el estrés es un factor contribuyente al riesgo cardiovascular pero aún no
se sabe mucho sobre sus efectos. No se han demostrado aún los efectos del
estrés emocional, de los hábitos conductuales y del estado socioeconómico en el
riesgo de padecer una enfermedad del corazón o un ataque cardíaco, porque todos
nos enfrentamos al estrés de maneras diferentes. Cuánto y cómo nos afecta el
estrés depende de cada uno de nosotros.
Los investigadores
han descubierto varias razones por las cuales el estrés puede afectar al
corazón.
- Las situaciones estresantes aumentan la frecuencia cardíaca y la
presión arterial, aumentando la necesidad de oxígeno del corazón. Esta
necesidad de oxígeno puede ocasionar una angina
de pecho, o dolor en el pecho, en enfermos del
corazón.
- En momentos de estrés, el sistema nervioso libera más hormonas
(principalmente adrenalina). Estas hormonas aumentan la presión arterial,
lo cual puede dañar la capa interior de las arterias. Al cicatrizarse las
paredes de las arterias, éstas pueden endurecerse o aumentar en grosor,
facilitándose así la acumulación de placa.
- El estrés también aumenta la concentración de factores de
coagulación en sangre, aumentando así el riesgo de que se forme un
coágulo. Los coágulos pueden obstruir totalmente una arteria ya
parcialmente obstruida por placa y ocasionar un ataque al corazón.
El estrés también
puede contribuir a otros factores de riesgo. Por ejemplo, una persona que sufre
de estrés puede comer más de lo que debe para reconfortarse, puede comenzar a
fumar, o puede fumar más de lo normal.
Hormonas sexuales. Las
hormonas sexuales parecen desempeñar un papel en las enfermedades del corazón.
Entre las mujeres menores de 40 años de edad, no es común ver casos de
enfermedades del corazón. Pero entre los 40 y 65 años de edad, cuando la
mayoría de las mujeres pasan por la menopausia, aumentan apreciablemente las
probabilidades de que una mujer sufra un ataque al corazón. Y, a partir de los
65 años de edad, las mujeres representan aproximadamente la mitad de todas las
víctimas de ataques cardíacos.
Anticonceptivos
orales. Las primeras píldoras anticonceptivas contenían niveles elevados de
estrógeno y progestágeno, y tomarlas aumentaba las probabilidades de sufrir una
enfermedad cardiovascular o un ataque cerebral, especialmente en mujeres
mayores de 35 años que fumaban. Pero los anticonceptivos orales de hoy
contienen dosis mucho menores de hormonas y se consideran seguros en mujeres
menores de 35 años de edad que no fuman ni sufren de hipertensión.
Sin embargo, los
anticonceptivos orales aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad
cardiovascular y coágulos sanguíneos en mujeres que fuman o tienen otros
factores de riesgo, especialmente si son mayores de 35 años. Según la
Asociación Americana del Corazón, las mujeres que toman anticonceptivos orales
deben realizarse chequeos anuales que incluyan un control de la presión
arterial, los triglicéridos y el azúcar en sangre.
Alcohol. Los
estudios demuestran que el riesgo cardiovascular es menor en las personas que
beben cantidades moderadas de alcohol que en las personas que no beben.
Según los expertos, el consumo moderado es un promedio de una o dos bebidas por
día para los hombres y de una bebida por día para las mujeres. Una bebida se
define como 1,5 onzas líquidas (44 ml) de bebidas espirituosas de una
graduación alcohólica de 40° (80 proof) (tal como whisky americano o escocés,
vodka, ginebra, etc.), 1 onza líquida (30 ml) de bebidas espirituosas de una
graduación alcohólica de 50° (100 proof), 4 onzas líquidas (118 ml) de vino o
12 onzas líquidas (355 ml) de cerveza. Pero el excederse de un consumo
moderado de alcohol puede ocasionar problemas relacionados con el corazón,
tales como hipertensión, accidentes cerebrovasculares, latidos irregulares y
cardiomiopatía (enfermedad del músculo cardíaco). Además, una bebida típica
tiene entre 100 y 200 calorías. Las calorías del alcohol a menudo aumentan la
grasa corporal, lo cual puede a su vez aumentar el riesgo cardiovascular. No se
recomienda que las personas que no beben comiencen a hacerlo ni que los que ya
beben aumenten su consumo de alcohol.
Nunca es demasiado
tarde ni demasiado temprano para comenzar a mejorar la salud cardiovascular.
Algunos factores de riesgo pueden ser controlados y otros no, pero si se
eliminan los factores de riesgo que pueden cambiarse y se controlan adecuadamente
los que no pueden cambiarse, es posible reducir apreciablemente el riesgo de
sufrir una enfermedad del corazón.
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