SUDORACIÓN EXCESIVA (HIPERHIDROSIS)
SUDORACIÓN EXCESIVA (HIPERHIDROSIS)
La
sudación excesiva puede afectar a toda la extensión de la piel, pero por lo general
está delimitada a las palmas de las manos, las plantas de los pies, las axilas
o las ingles. La zona afectada suele ser rosada o blanco-azulada y en los casos
graves la piel puede presentar fisuras, descamarse y ablandarse, especialmente
en los pies. A veces la zona afectada desprende un olor fétido (bromhidrosis),
causado por bacterias y levaduras que descomponen el sudor y la piel mojada.
Las
manos y los pies sudorosos son una respuesta normal a la ansiedad y también es
habitual que una persona sude mucho cuando tiene fiebre. Sin embargo, una
sudación frecuente y abundante en todo el cuerpo requiere atención médica
porque puede ser un signo de:
·
Hiperactividad
del tiroides,
·
Una baja
concentración de azúcar en la sangre o
·
Una alteración en
la región del sistema nervioso que controla la sudación.
Los
análisis de sangre pueden determinar si la función tiroidea o la concentración
de azúcar en sangre se encuentran alterados o en sus niveles normales.
TRATAMIENTO
Una
sudación abundante en las palmas de las manos, las plantas de los pies o las
axilas puede ser controlada hasta cierto punto con la aplicación por la noche
de una solución de cloruro de aluminio. En primer lugar se seca la zona
afectada, a continuación se aplica la solución y por último se recubre todo
ello con una fina película plástica. Por la mañana, se retira la película y se
lava la zona. Algunas personas necesitan dos aplicaciones diarias; esta pauta
suele aliviar el problema durante una semana. Si la solución irrita la piel,
debería interrumpirse el uso de la película plástica.
La
metenamina en solución también puede ayudar a controlar la sudación abundante.
En ocasiones se recurre a la iontoforesis con agua corriente, proceso en el que
se aplica una débil corriente eléctrica a la zona afectada. Si fracasa el
tratamiento en un caso de sudación extrema, se puede proceder a una medida
mucho más drástica, que consiste en la extirpación quirúrgica de las glándulas
sudoríparas axilares. El asesoramiento psicológico o un tratamiento con
ansiolíticos pueden aliviar los casos de sudación causados por ansiedad.
Para
controlar el olor es necesario mantener minuciosamente limpia la zona afectada;
de este modo se eliminan los microorganismos responsables del olor. El baño
diario con un jabón líquido que contenga clorhexidina u otro antiséptico y la
aplicación de un preparado de clorhidróxido de aluminio (presente en la mayoría
de los desodorantes comerciales) son eficaces contra el olor; puede ser útil el
rasurado del vello axilar. Algunas personas pueden necesitar cremas
antibacterianas o lociones con antibióticos (como clindamicina o eritromicina)
para eliminar el olor.
PREVENCIÓN
·
Emplear
calcetines o medias de materiales naturales: hilo, algodón, lana o medias de
seda, que permiten la transpiración.
·
Cambiar los
calcetines varias veces al día.
·
Usar ácido bórico
o polvos de talco para regular la sudación.
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