LESIONES DE CUELLO: EL ESGUINCE CERVICAL Y LA LUXACIÓN OCCÍPITO-ATLOIDEA. A PROPÓSITO DE UN CASO MEDIATIZADO Y PREJUZGADO EN EL PERÚ. PERCY ZAPATA MENDO.
LESIONES
DE CUELLO: EL ESGUINCE CERVICAL Y LA LUXACIÓN OCCÍPITO-ATLOIDEA. A PROPÓSITO DE
UN CASO MEDIATIZADO Y PREJUZGADO EN EL PERÚ
Mecanismo frecuente de la producción de un esguince de cuello |
Desde
hace un poco más de un mes, los diarios y medios televisivos de nuestro país se
han abocado a tratar sobre la muerte de una artista, y muchos de ellos, aún
antes de conocer los resultados de la necropsia, han colgado el sambenito de culpabilidad
a los actores de tal drama, arrastrando con ello, a ocho médicos bajo la
sospecha de encubrimiento, mas no se cita a todo el personal auxiliar de salud,
quienes son las/los que se encuentran en contacto íntimo con un paciente, pues se
encargan de atenderle en sus necesidades básicas, entre ellos, el baño diario,
con la consecuente visualización de la presencia o no de golpes, magulladuras,
moretones u otro tipo de lesiones dérmicas; y la notificación al policía de
turno en caso de encontrarles aun cuando fueran productos de accidentes
vehiculares – y en ello no me dejarán mentir los que trabajan en un nosocomio -
, es obligatoria y sentado en los kardex e historias clínicas, aparte del libro
de ocurrencias policiales.
Se
hablan incluso de los términos largamente manoseados, como “indicios” y “evidencias”.
No soy un ducho en terminología legal, lo mío es la parte médica, no obstante,
antes de ingresar de lleno a definir dos de los escenarios patológicos que podrían
haberse dado a raíz de las conclusiones del informe pericial elaborado por los médicos
legistas a más de un mes de acaecido el fallecimiento de la artista, diré
someramente que el “indicio” es la presunción de que algo puede haber
acontecido, es un principio de prueba. Encontrar algo, por ejemplo un casquillo
de bala en el lugar de los hechos, es un indicio de que a una persona puede
haberle sucedido un evento grave, pero no está confirmado, se necesitan de más
pruebas para completar lo que se busca constatar.
La
“evidencia”, es la, prueba de que el hecho aconteció, sucedió inexorablemente.
Ejemplo: Es evidente de que si llueve mucho las calles estarán mojadas; es
evidente que en horas de sol ocurran tales hechos que no se dan durante la
noche, como los relámpagos, mas sí se pueden escuchar los truenos; o que si un
sujeto presenta una herida punzo-cortante a repetición en la espalda, es “evidente”
que no se trató de un suicidio.
Bueno,
pasaré a esbozar los probables diagnósticos y dejo a criterio del lector,
elabore su propia conclusión, pues si expreso mi opinión, podría ser tachado de
coludido con una de las partes u catalogado de obedecer sabe Dios a qué otros
designios.
I.- ESGUINCE CERVICAL
El
termino esguince o latigazo cervical se refiere a la transmisión al cuello de
energía por un movimiento repentino, forzado, con un mecanismo de
aceleración-desaceleración, que provoca un movimiento repentino de la cabeza
hacia atrás (hiperextensión) y hacia adelante (hiperflexión). Esto provoca la
compresión y el estiramiento de los ligamentos y músculos de la columna
cervical. La causa más frecuente es el choque entre dos vehículos, con alcance
posterior, aunque puede darse por otras razones, como en los deportes de
contacto (boxeo extremo como el que se puede apreciar entre los pesos pesados,
kick-boxing, full-contact) o por un accidente en cualquier deporte de riesgo
(esquí y cualquier deporte de salto exagerado).
Es
decir, algunos músculos del cuello se comprimen por un lado y se estiran por el
lado opuesto, volviendo luego a su posición original, realizando la misma
trayectoria que un látigo cuando lo agitamos en el aire.
Etiopatogenia
Nótese en B de la inversión de la curvatura normal que se aprecia en A. |
Las
lesiones por latigazo son diferentes de aquellas producidas por compresión pura
o traumatismo directo, más proclives a causar dislocación o fracturas de la
columna vertebral, y se conocen como síndrome del latigazo cervical, esguince
cervical, distensión cervical o lesión de partes blandas de la columna
cervical.
El
mecanismo de aceleración desaceleración incluye una fase de desplazamiento en S
itálica con flexión de la columna cervical alta y extensión de la columna
cervical baja seguida de una fase de hiperextensión con desplazamiento en C de
toda la columna cervical y, posteriormente, una fase de hiperflexión por
contragolpe. Esta curva bifásica supone una alteración en la curva simple
lordótica cervical. La columna cervical baja es más proclive a lesionarse
durante ambos recorridos (principalmente el nivel C5) y la columna cervical
alta es más fácil que se lesione durante la fase de extensión.
Los
sitios potenciales de lesión son las carillas articulares interapofisarias, los
ligamentos, los discos intervertebrales y los componentes vasculares y
neurales.
Las
regiones cervicales bajas C3-C4 y C6-C7 sufren las máximas distensiones durante
la fase inicial del desplazamiento, en que la columna baja se desplaza a
posterior comparativamente con los segmentos torácicos y antes de apoyarse en
el reposacabezas. En la fase de flexión se requieren mayores fuerzas y mayores
desplazamientos para provocar lesiones.
En
los modelos experimentales se ve que el ligamento longitudinal anterior (LLA)
sufre, con traumatismos de baja aceleración, distracciones de 2.6 mm,
correspondientes al 60% del desplazamiento necesario para su rotura. Con los
traumatismos de alta energía (10 m/s 2) existe un incremento de la aceleración
lineal de la cabeza y del desplazamiento angular de la misma con lo que podría
superarse el límite de lesión del LLA y de otras estructuras provocando daños
en las mismas, distensión e inestabilidad en extensión, hipermovilidad y,
finalmente, cambios crónicos en las carillas articulares y en el disco
intervertebral, cuyas fibras anulares tienen conexiones con el LLI.
Las
alteraciones en las carillas articulares interapofisarias se consideran la
causa más común de dolor crónico cervical tras las lesiones por latigazo
cervical. Se han identificado nocirreceptores y mecano-receptores peri
articulares que podrían estar implicados en el mantenimiento de los síntomas.
La elongación de la arteria intervertebral es más probable en aquellos
traumatismos con la cabeza en posición de rotación en el momento del impacto,
frente a aquellos en posición de flexión. También otras estructuras, como los
ligamentos alares y transversos, pueden dañarse en las lesiones por latigazo
cervical. Estas lesiones, que requieren traumatismos de alta energía, pueden causar
cefalea sin cervicalgia.
Cuadro clínico
El
síntoma principal del latigazo cervical o esguince cervical es el dolor de
cuello, que puede llegar a ser muy intenso. Es posible que el dolor aparezca
horas o días después del traumatismo. Los síntomas son muy variables aunque los
más frecuentes son: dolor, rigidez, pesadez del cuello, con o sin hormigueo en
los brazos, dolor en los hombros y zona dorsal alta, cefalea, mareos, vértigo o
acufenos (zumbido en los oídos).
En
los últimos años se ha acuñado el término “Trastornos asociados al esguince o
latigazo cervical” (Whiplash associated disorders) para definir esta cohorte de
cuadros y manifestaciones clínicas. Las manifestaciones clínicas se engloban en
cuadros o síntomas raquídeos (cervicalgia con os sin irradiación radicular,
mielopatía…), síntomas centrales (contusión cerebral, síndrome de Barre-Lieou o
disfunción simpática, disfunción de pares craneales, cefalea crónica, incluida
migraña, menoscabo cognitivo), síntomas psiquiátricos (alteraciones del humor y
la personalidad, trastornos del sueño, reacciones psicóticas o neuróticas,
depresión…) y otros, como el daño de la articulación temporomandibular o la
laceración esofágica.
Las
dos entidades más importantes, por su prevalencia y repercusión social son:
El
Síndrome Cervicoencefálico,
síndrome postraumático cervical o Síndrome de Barre-Lieou que incluiría la
visión borrosa, vértigos, desequilibrios, acufenos, afonía intermitente,
fatiga, cambios de temperatura y disestesias en las manos, cefalea irradiada a
la zona temporal y orbitaria. Este síndrome se ha relacionado con lesiones en
las facetas articulares de C2 y C3, irritación intrarraquídea de las raíces
nerviosas y con vaso espasmos de arterias como el plexo carotideo, carótida
externa, lingual, occipital, temporal superficial y maxilar interna o externa.
También aparece en otras actividades que implican extensión y rotación de la
columna cervical, como toser o pintar. Se ha postulado que existe una
hipertonía del sistema nervioso periférico, avalado por la respuesta a los
bloqueos simpáticos.
El
Síndrome Cervical inferior se
corresponde a una cervicalgia con o sin irradiación a miembros superiores y se
ha relacionado con daños en los segmentos cervicales bajos (C4-C7). El cuadro
clínico puede incluir disminución del rango de movimiento, alteraciones en la
estática vertebral o posiciones erróneas articulares y actividad anormal de la
musculatura cervical en los test de flexión, registrable mediante EMG.
Existe
una pobre asociación de alteraciones en las pruebas de imagen como la
tomografía axial computarizada (TAC) o la resonancia magnética nuclear (RMN) y
también una baja especificidad al aparecer alteraciones similares en individuos
sanos, sin traumatismos y sin clínica, pero conviene realizarlas para descartar
hernias u otras lesiones agudas.
Las
evidencias clínicas y experimentales sugieren un daño orgánico no resuelto que
causa un estímulo doloroso continuo, proveniente de los ligamentos
intervertebrales, los discos intervertebrales o las carillas articulares, y una
sensibilización o hiperexcitabilidad del SNC, que se traduce en una menor
resistencia al dolor ante leves estímulos.
Por
lo tanto existen evidencias sobre la hipertonía motora, la atrofia muscular y
las alteraciones de la estática vertebral que desembocarían en contracturas,
malas posturas y dolor. Estas alteraciones constituirían un círculo vicioso que
debe ser interrumpido desde las primeras fases.
Según
la clasificación de QUÉBEC, que tiene valor pronóstico, la gravedad de los
trastornos asociados al latigazo cervical se valora en 4 grados:
GRADO PRESENTACIÓN CLÍNICA
Ø
Grado 0: No hay síntomas del cuello ni signos físicos
Ø
Grado 1: Síntomas del cuello (dolor, rigidez o dolor a la
palpación) sin signos físicos
Ø
Grado 2: Síntomas del cuello y signos musculo esqueléticos
2a:
Dolor en algunos puntos, movilidad cervical normal
2b:
Dolor en algunos puntos, movilidad cervical restringid
Ø
Grado 3: Síntomas de cuello y signos neurológicos: disminución
o ausencia de los reflejos tendinosos profundos, debilidad y déficit sensitivo
Ø
Grado 4: Síntomas del cuello y fractura o luxación cervical.
Tratamiento
En
los traumatismos cervicales bloquear el círculo vicioso de alteraciones físicas
y psíquicas es fundamental (gráfico 2). El valor de las ortesis cervicales no
está demostrado. Su uso se mantiene por prevención de otras lesiones ocultas.
La terapia física incluyendo ejercicios activos es más recomendable que el uso
de ortesis.
En
la fase crónica el principal tratamiento es la rehabilitación, en combinación
con los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), aunque sólo mejoren entre el
25% y el 75%.
Los
ejercicios han de mantenerse en el tiempo. Las pautas han de combinar
fortalecimiento y resistencia, además los ejercicios intensos parecen ser más
efectivos que los ligeros, aunque no han probado ser superiores a hacer las
actividades normales. Los programas multidisciplinares pueden reducir el dolor,
mejorar la movilidad y la función, y disminuir la incapacidad. No hay datos
específicos para sustentar el uso de opioides o antidepresivos tricíclicos en
el tratamiento del dolor cervical crónico ni de los antiepilépticos normalmente
usados como antineuríticos.
La
fisioterapia ha de prevenir el desarrollo de contracturas, espasmos, aliviar
puntos de dolor y contractura y mantener el equilibrio estático y dinámico del
cuello.
En
los casos en que se producen cuadros crónicos de dolor no atribuibles a una
hernia u otra lesión objetiva, se ha visto en ensayos clínicos de doble ciego
que los bloqueos nerviosos de las facetas articulares interapofisarias
provocaban alivio inmediato y completo del dolor en el 50% de los casos. La
neurotomía percutánea con radiofrecuencia de las ramas mediales de las raíces
cervicales posteriores, que inervan las carillas articulares, provocan alivio
duradero del dolor en estos pacientes, hasta un año, y pueden repetirse
indefinidamente. Terapias alternativas, para romper el dolor y la contractura
muscular, como la inyección con toxina botulínica han demostrado su efectividad
en múltiples trabajos y debería ser tenido en cuenta como alternativa
terapéutica.
Los
discos son otra fuente potencial de lesión y dolor, pero las evidencias son
menores que con las carillas articulares.
La
cirugía se reserva para casos de dolor e incapacidad intratables. Si los
bloqueos nerviosos han fracasado la discografía puede ayudar a diagnosticar si
un disco o varios son causa de dolor y en función de esto determinar la
indicación de cirugía.
La
discectomía y fusión, en casos seleccionados, consigue mejoría en el 70% de los
pacientes.
Pronóstico
Esto
dependerá de la gravedad del esguince, pero el pronóstico es bueno en la
mayoría de los casos. Los síntomas a menudo comienzan a mejorar a los pocos
días. La mayoría de las personas se recupera por completo dentro de unas pocas
semanas. Sin embargo, en un pequeño número de personas, algunos de los síntomas
persisten a largo plazo.
II.- LUXACIÓN OCCÍPITO-ATLOIDEA (A
PROPÓSITO DE UN CASO MEDÍATICO EN EL PERÚ)
Muchos
autores plantean que la hiperextensión forzada es el mecanismo más probable de
dislocación occipito-atloidea.
Epidemiología
Tipos de Luxaciones |
Esta
lesión poco común, se presenta con gran frecuencia como muerte súbita, por lo
que su diagnóstico muchas veces se realiza posmortem.
Las
causas que más frecuentemente han provocado dislocaciones son por choques y
desaceleraciones.
1%
de todos los pacientes (vivos o muertos) con lesiones de columna cervical que
se examinaron en el Hospital de la Universidad de Duke.
Casi
todos los pacientes eran pasajeros en automóviles o peatones implicados en
accidentes de vehículos a motor (Traynelis 1986).
Clasificación
Se
basa en la dirección del desplazamiento del occipital sobre el atlas y el axis:
− Tipo I: Desplazamiento anterior del occipital sobre el atlas,
es la lesión más frecuente en los casos que sobreviven. Ambos cóndilos
occipitales hacen un desplazamiento anterior sobre las carillas articulares del
atlas. Esta lesión afecta a todos los ligamentos mayores, lo que la hace muy
inestable.
− Tipo II: Desplazamiento vertical:
• II a: Distracción vertical entre el occipital y el
atlas.
• II b: Distracción vertical entre el atlas y el axis.
Hay
ruptura de todos los ligamentos restrictores atlanto-occipitales. Fallan la
membrana tectoria y los ligamentos alares. La lesión de estos últimos fue
hallazgo frecuente de Werne en 5 casos, que puede provocar avulsiones de los
cóndilos en su sitio de inserción.
El
tipo II b puede ir acompañado además de lesión del ligamento transverso, lo
cual la hace más inestable. En este caso puede mantenerse íntegra la
articulación occipito-atloidea o estar sus ligamentos menos dañados que los
restrictores secundarios como son las cápsulas articulares C1-C2 y las
membranas atlanto-axiales.
La
traslación continúa hacia atrás de C1 sobre C2 después de la ruptura del
ligamento transverso, produce estrés de los ligamentos alares la membrana
tectoria. Esto se produce cuando el espacio pre dental es mayor de 7 a 10 mm.
Se
ha observado asociación de 50 a 75 % en los pacientes con ambas lesiones.
− Tipo III: Desplazamiento posterior del occipital sobre el
atlas. Es la de menor supervivencia y la de peor pronóstico.
Clínica
La
mayoría de los pacientes fallecen súbitamente en el momento de sufrir el
trauma, no obstante algunos logran sobrevivir.
El
cuadro clínico en los pacientes que sobreviven, puede variar desde un estado
neurológico intacto con dolor agudo occipito-cervical, hasta manifestaciones
como diplejía braquial, cuadriplejia, apnea, hipotensión arterial, parálisis de
los nervios craneales VI,IX y XII, síndrome de Browm-Séquard, síndrome central
medular, así como síntomas vasculares por la compresión de las arterias
vertebrales.
El
estudio de los casos que no sobreviven ha demostrado transección total o
parcial de la médula oblongata o cervical superior, oclusión completa de una
arteria vertebral, fractura por avulsión de la base del clivus.
Puede
estar asintomático
Disociación
bulbo cervical
Afectación
de pares craneales acompañados o no de lesiones medulares
Si
existe empeoramiento clínico tras la aplicación de tracción cervical habrá que
buscar este tipo de lesión
Parálisis
cruzada de Bell (marcada desproporción entre la severidad de la afectación de
miembros superiores respecto de los inferiores o bien hemiplejía cruzada) (Sweet
2010).
Diagnóstico
Los
signos de mayor importancia, vistos en la proyección lateral son:
•
Edema pre vertebral a nivel de C2 (mayor de 4 mm). Para algunos autores esta
distancia puede ser normal hasta 7 mm, para otros el aumento de volumen de las
partes blandas pre vertebrales no es un signo específico del nivel lesionado, e
incluso inespecífico del trauma.
•
Distancia basión-ápex odontoideo mayor de 5 mm.
•
La línea de Wackenheim no se proyecta tangencial a la odontoides.
•
La mastoides no se proyecta sobre la mitad posterior del diente.
•
El índice de Powers es mayor de 1. Este índice se obtiene al dividir la
distancia del basión al arco posterior del atlas entre la distancia del
opistión al arco anterior del atlas. Su valor normal es de 0,77 a 1.
•
Aumento del espacio pre dental (mayor de 5 mm) en algunas lesiones tipo II b.
Dublín,
en 1980, propone un método diferente para medir la articulación
atlantooccipital: la relación entre el aspecto posterior de la mandíbula y el
arco anterior de C1 o la cortical anterior del diente, respectivamente. Sus
mediciones en 23 personas con columna cervical normal varían según sea el
estudio radiográfico (neutral, flexión o extensión):
•
Distancia promedio mandíbula-arco anterior de C1 = 2,2 y 5 mm.
•
Distancia promedio mandíbula-cara anterior del diente 10,9 y 12 mm.
En
edad la edad pediátrica estas lesiones a menudo no son evidentes en las
imágenes radiográficas o TC, pero puede presentarse en imagen por RM (Junewick
2009).
La
visualización con RM de 3 teslas permite una mejor comprensión del mecanismo de
lesión y ubicación, lo cual es importante en la selección del tratamiento
quirúrgico (Yüksel 2008).
Tratamiento
Una
lesión tan inestable requiere una fijación quirúrgica.
Existen
muchas técnicas quirúrgicas para la fijación de la unión cráneo-cervical.
Los
estudios futuros seguirán perfeccionando los criterios de diagnóstico y mejores
métodos para la estabilización cráneo-cervical (Garret 2010).
Pronóstico
Hasta
1986, 17 pacientes habían sobrevivido más de 48 horas tras la luxación
atlanto-occipital.
Entre
19% a 35% de pacientes que fallecieron por lesiones de columna cervical
presentaban en el examen post mortem esta lesión (Traynelis 1986).
Según
Anderson y Montesano, se había reportado hasta 1992, 20 casos sobrevivientes de
estas lesiones altamente letales (Anderson 1992).
De
69 pacientes, 47 fueron diagnosticados post mortem, 22 fueron diagnosticados en
el hospital, y siete sobrevivieron hasta el alta. El 80% de los no
sobrevivientes tuvieron un intervalo basión-dental (BDI) > o = 16 mm. (Cooper 2010).
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