INSUFICIENCIA CARDÍACA. PERCY ZAPATA MENDO.
INSUFICIENCIA CARDÍACA
Se
habla de insuficiencia cardíaca cuando la función del corazón está alterada o
no bombea suficiente sangre como abastecer a los órganos, músculos y tejidos
del organismo. Cuando el corazón empieza a fallar, el organismo lo detecta
inmediatamente y pone en marcha los mecanismos compensatorios, por lo que
muchos pacientes no llegan a percibir los síntomas anormales que manifiesta el
corazón. Estos mecanismos sólo son eficaces durante cierto tiempo, por lo que
llega un momento en el que el organismo no puede remediar el fallo en el bombeo
del corazón.
CAUSAS
La
causa más común de IC es la enfermedad coronaria, como la angina de pecho y,
especialmente, el infarto de miocardio. Otra causa habitual es la hipertensión
arterial, que debe ser detectada y controlada a tiempo para prevenir y evitar
el desarrollo de IC. La tensión arterial debe encontrarse por debajo de 140/90
en la consulta, y 135/85 si la medición la realiza el propio paciente o la
familia en el domicilio. También el consumo excesivo de alcohol puede llevar a
una situación de IC, ya que daña el músculo cardiaco y origina la denominada
miocardiopatía dilatada, una dilatación progresiva del corazón debida a un
adelgazamiento y debilitamiento de sus paredes.
El
primer síntoma de la insuficiencia cardiaca se manifiesta cuando el enfermo se
somete a cualquier situación en la que es necesario un mayor bombeo del corazón
y una mayor cantidad de sangre al organismo. El paciente sentirá ahogo y falta
de aire mientras realiza ejercicio o lleva a cabo actividades que antes
toleraba bien.
Poco
a poco la situación se va agravando y la insuficiencia puede repercutir en
otros órganos vitales como los riñones. Entre los principales mecanismos de
defensa se encuentran la taquicardia en situación de reposo (al no bombear
suficiente sangre el corazón aumenta el número de latidos en cada unidad de
tiempo) y el aumento progresivo del tamaño del corazón para conseguir
contracciones más fuertes que compensen su deficiencia. Por este motivo los
enfermos con IC suelen tener un aumento del tamaño del corazón. La IC puede
afectar a la calidad de vida del paciente y limitar sus actividades cotidianas
debido a la fatiga y los problemas para respirar. La enfermedad no cursa de
manera lineal, es decir que hay periodos en los que el paciente permanece
estable y otros en los que aparecen descompensaciones que hacen necesaria la
hospitalización.
SÍNTOMAS DE INSUFICIENCIA CARDÍACA
·
Disnea: sensación
de falta de aire al respirar. Al principio aparece al realizar un esfuerzo
físico, caminar deprisa o subir escaleras, pero poco a poco los episodios se
hacen más intensos y aparecen al realizar cualquier tarea, como vestirse o
asearse, e incluso en reposo.
·
Ortopnea:
dificultad para respirar cuando se está tumbado, de manera que el enfermo se ve
obligado a dormir con dos o tres almohadas o en posición algo incorporada.
·
Fatiga: el
cansancio muscular se debe al bombeo insuficiente de sangre.
·
Edema: hinchazón
de las piernas motivada por la retención de agua y sal. En los casos severos el
edema puede ser muy aparatoso.
·
Oliguria:
significa eliminar menos cantidad de orina de la habitual (menos de 400
miligramos al día). La disnea y los edemas suelen ir precedido de oliguria. En
la IC los riñones retienen agua y sal de forma anómala, que luego se acumulará
en los pulmones y en los tejidos, produciendo disnea y edemas. A menudo va
acompañada por nicturia, que es el aumento de la diuresis por la noche, al
adoptar la posición de decúbito y aumentar el retorno venoso.
Otros
síntomas de la IC son la plenitud gástrica, molestias intestinales, hinchazón
abdominal, dolor en el lado derecho del abdomen, congestión de las venas del
cuello, palpitaciones, mareos, síncopes, falta de apetito o anorexia. Cuando el
corazón no realiza bien el bombeo la sangre que llega al corazón para ser
bombeada se estanca en las venas que van al corazón y éstas se congestionan.
Parte de los líquidos que forman la sangre tienden a pasar a los tejidos,
especialmente en las piernas y los pies por efecto de la gravedad. También en
los pulmones se produce el paso del líquido al espacio que debería estar
ocupado por aire, lo que provoca la disnea.
TRATAMIENTOS
El
tratamiento de la IC pasa por un cambio de los hábitos alimenticios. Entre las
medidas generales a tomar se encuentran las siguientes:
ü
Eliminar el
salero de la mesa.
ü
Cocinar con poca
sal.
ü
Evitar las
conservas y alimentos precocinados, y sustituirlos por alimentos frescos.
ü
No consumir
aperitivos salados (aceitunas, patatas fritas, panchitos, almendras y otros
frutos secos. * Evitar los alimentos con gran contenido en sodio (salazones,
jamón serrano y embutidos).
ü
Reducir el
consumo de bicarbonato sódico y los comprimidos efervescentes en general.
ü
Controlar el
contenido sódico de las aguas minerales, especialmente de las que tienen gas.
ü
Realizar varias
comidas al día y ligeras, no pocas y copiosas.
ü
En cuanto al
deporte, los pacientes con IC en situación estable deben realizar ejercicio
físico regular, como caminar a buen ritmo entre media hora al día, en el caso
de personas muy mayores, y una hora diaria para las más jóvenes. Otros deportes
aconsejables son la natación, la gimnasia suave y la bicicleta, siempre que se
eviten los sobreesfuerzos. El ejercicio siempre debe adaptarse a las
circunstancias del paciente y deben evitarse los deportes bruscos y violentos.
Nunca realice ejercicio después de las comidas principales o en condiciones de
frío o calor extremos.
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