Asma alérgica en niños. Percy Zapata Mendo, Jaime Zapata Mendo, Percy Junior Torres Zapata.

Asma alérgica en niños

¿Qué es el asma?

Es una enfermedad inflamatoria de las vías aéreas, que se caracteriza desde el punto de vista clínico por episodios de disnea (dificultad respiratoria), sibilancias (silbidos o pitos en el pecho) o tos, especialmente matutinos o vespertinos que desaparecen durante las remisiones. Existe un aumento de la reactividad bronquial (hiperreactividad) de las vías aéreas frente a estímulos específicos (alergenos) o inespecíficos (ejercicio, metacolina, etc.) y que se manifiesta por una obstrucción al flujo aéreo.

¿Por qué se produce el asma?

Está aceptado hoy en día que la atopia (predisposición genética a producir cantidades anormales del anticuerpo IgE en respuesta a la exposición a alergenos), es el factor más importante que predispone a la aparición del asma, y se considera un factor predisponente.

Dentro de los factores etiológicos están los alergenos de interior (ácaros del polvo, alergenos de animales domésticos y mohos) y los alergenos de exterior (pólenes y mohos)

¿Cuáles son los factores desencadenantes de la enfermedad?

Entre los factores coadyuvantes o contribuyentes se encuentran las infecciones respiratorias, la prematuridad, algunos tipos de dieta, la contaminación atmosférica y la exposición al humo del tabaco. Entre los factores desencadenantes, se encuentran los alergenos, infecciones respiratorias, el ejercicio, cambios climáticos, alimentos, aditivos y algunos fármacos (Acido acetil salicílico.)

¿Qué frecuencia tiene el asma en la población infantil?

En los últimos años hay estudios multicéntricos internacionales que nos recuerdan que el asma es la enfermedad crónica más frecuente de la infancia y aunque la prevalencia en niños oscila mucho entre los diferentes trabajos, la mayoría de ellos la sitúan entre un 5-10%. En España estudios epidemiológicos con la misma metodología encuentran una prevalencia similar entre 5-10%, siendo las prevalencias mas altas las de las provincias costeras que las del interior, según confirma el estudio ISAAC (estudio internacional del Asma y enfermedades alérgicas en el niño).

El asma en la infancia es responsable de un grado importante de absentismo escolar (5-7 días escolares perdidos por niño/y año), siendo además la causa mas frecuente de ingreso en los hospitales infantiles.

¿Qué síntomas produce el asma?

La dificultad respiratoria (disnea) de predominio espiratorio (al sacar el aire), que se acompaña de ruidos torácicos sibilantes (silbidos), opresión torácica y tos seca persistente que suele ser de predominio nocturno o vespertino, son síntomas muy sugestivos de asma; sin embargo por si mismos no son diagnósticos. Es característico del asma la remisión de los síntomas de forma espontánea o tras tratamiento con broncodilatador. También apoya al diagnóstico de asma el hecho de una variabilidad estacional y tener antecedentes personales o familiares de atopia (enfermedad alérgica).

¿Cómo se diagnostica el asma?

En primer lugar hay que hacer el diagnóstico clínico, basado en la historia clínica donde se ponen de manifiesto los síntomas descritos con anterioridad. Además hay que indagar en las características de las crisis, forma de presentación, intervalo entre las crisis, desencadentes, periodo estacional, evolución de la enfermedad y una anamnesis pedíatrica general al objeto de poder hacer un diagnóstico diferencial de otras patologías respiratorias que pueden cursar con los mismos síntomas que el asma.

Con el fin de poder objetivar la obstrucción al flujo aéreo, se hace el diagnóstico funcional, que consiste en una prueba de función respiratoria (espirometría). Tiene el inconveniente que requiere la colaboración del niño y por tanto se realiza en niños por encima de los 6 años. En todo niño en el que se sospeche un asma bronquial hay que realizar la espirometría basal y con broncodilatador con el fin de demostrar que la obstrucción de la vía aérea es reversible (característica del asma).

Por último, un diagnóstico etiológico, dirigido a buscar la causa que desencadena los síntomas; el identificar la causa es el paso más importante para poder controlar la enfermedad.

¿Qué estudios de laboratorio son convenientes para completar el diagnóstico de asma?

En el 75-90% de los niños con asma bronquial es posible identificar los agentes etiológicos (responsables) de la enfermedad.

En primer lugar se realizarán lo que conocemos como pruebas cutáneas, siendo la mas utilizada la técnica de Prick, no dolorosa, y que nos permite testificar varios alergenos a la vez, teniendo los resultados en 20 minutos. No obstante, la positividad cutanea frente a un alergeno, no implica la responsabilidad del mismo en la enfermedad, por esto además de estas pruebas, tenemos que confirmar mediante un análisis de laboratorio si existen anticuerpos específicos (IgE) frente al alergeno encontrado positivo en la prueba cutánea. Cuando existe una discordancia entre la historia clínica, prueba cutánea, y anticuerpos específicos, contamos con otras técnicas de laboratorio y con lo que conocemos como prueba de provocación específica (alergeno), a la que tenemos que recurrir en pocas ocasiones.

Cuando el diagnóstico clínico de asma no es claro, realizamos una prueba de provocación inespecífica (con ejercicio, metacolina, etc.), con el fin de desencadenar los síntomas y poder objetivarlos.

Otras pruebas de laboratorio como son la tasa de IgE sérica (característica del paciente atópico), radiografía de tórax y senos, y otras determinaciones, nos ayudan a descartar otras patologías

¿Cómo se clasifica el asma?

En primer lugar clasificamos el asma de acuerdo a su etiología (causa) y tendremos asma atópica (IgE mediada) en la que hemos demostrado una sensibilización alérgica (80% de las asmas infantiles). Asma no atópica (IgE no mediada), en la que no podemos demostrar una causa alérgica. Por otra parte, tenemos que clasificar el asma por su gravedad, siendo importante para el control de la enfermedad y recomendaciones en cuanto el tratamiento. En esta clasificación según la gravedad, se tiene en cuenta como interfiere la enfermedad en las actividades diarias del niño, la necesidad de medicación, las visitas en urgencias, los ingresos hospitalarios, etc... Y nos permite según la gravedad y evolución clasificarla en Asma episódica o intermitente y Asma persistente). No obstante, existen otras clasificaciones igualmente válidas.

¿Qué es una crisis, agudización o ataque de asma?

Una crisis de asma es un episodio súbito (rápido de aparición) de dificultad respiratoria, sibilancias, opresión torácica o tos, que remite en poco tiempo (horas), de forma espontánea o con broncodilatador; cuando esta sintomatología se prolonga en el tiempo, es cuando lo denominamos ataque. Una reagudización del asma es una reaparición y empeoramiento de la sintomatología.

¿Cúal es el tratamiento del asma?

El tratamiento del niño asmático esta basado en tres pilares: Prevención, Tratamiento farmacológico y Educación.

La prevención, se puede hacer desde evitar o prevenir la sensibilización en niños de riesgo atópico, interfiriendo en lo que conocemos como marcha alérgica, hasta en niños sensibilizados, evitar la reexposición al alergeno, cuando esto es posible (animales domésticos, alimentos, etc.), o reducir la exposición con medidas de control ambiental. Pero en ocasiones esto no es suficiente y es imposible evitar todo contacto con el alergeno, como es el caso de la exposición a los ácaros del polvo, pólenes y hongos aerógenos. Es en estos casos cuando está indicado el tratamiento con inmunoterapia (vacunas). La Organización Mundial de la Salud así como trabajos recientes con nivel de evidencia clínica, consideran la inmunoterpia (vacunas), como el único tratamiento que puede cambiar el curso natural de las enfermedades alérgicas, e incluso afirman que puede prevenir el desarrollo del asma en aquellos pacientes con rinitis alérgica y previenen nuevas sensibilizaciones por lo que hoy se considera a la inmunoterapia no solo un tratamiento etiológico (contra la causa), sino también un tratamiento preventivo. El tratamiento consiste en administrar dosis progresivamente crecientes del alergeno al que el paciente está sensibilizado, con el fin de crear una tolerancia inmunológica frente al mismo, de tal forma que en contactos posteriores no se desencadenen los síntomas. La administración puede ser subcutánea, pero hoy en día podemos ya administrarla por vía sublingual, con seguridad y eficacia, lo que ha supuesto un gran avance, sobre todo en la población pedíatrica.

Dentro del tratamiento farmacológico, podemos distinguir tres grupos de fármacos: Fármacos que impiden que se liberen las sustancias (mediadores) responsables de la reacción alérgica, como es el caso de las cromonas, Ketotifeno, antileucotrienos, o bien que inhiban la acción de estos mediadores una vez liberados, como son algunos antihistamínicos. Otro tipo de fármacos, son aquellos que disminuyen la inflamación de la mucosa (antiinflamatorios), como son los corticoides, y fármacos que disminuyen la obstrucción bronquial como los broncodilatadores. La mayoría de estos fármacos se administran habitualmente por vía inhalada, que ha demostrado mayor efectividad con menos efectos secundarios, y en ocasiones, es necesario utilizarlos simultáneamente con el resto del tratamiento hasta estabilizar la enfermedad. El control temprano del asma bronquial en el niño evita la cronificación de la enfermedad, y lo que ello conlleva al desarrollo integral del niño.

Educación, la educación del paciente y de los padres del niño asmático es un punto básico de la medicina clinica preventiva; es fundamental que conozcan su enfermedad, signos y síntomas, utilización de los fármacos, desencadenantes, entrenamiento y deporte, dando las recomendaciones oportunas en los casos de niños que presentan asma inducido por ejercicio, siendo éste un capítulo importante, dado que se puede controlar con medicación y pueden realizar el deporte de su preferencia.

¿Qué otros tratamientos pueden utilizarse en el asma?

Hoy en día se abren nuevas vías de tratamiento, orientadas la mayoría de ellas a modificar la respuesta inmunológica en el asma bronquial pero se encuentran en fase de investigación. De la misma forma, nuevos fármacos bloqueantes de la reacción alérgica se encuentran en fase experimental.

Dra. Margarita Fernández Benítez

Especialista en Alergología. Miembro del Comité de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica.

Consultor. Departamento de Alergología

CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA

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