Estudio sobre las pseudociencias, sus peligros e impacto en la sociedad. Percy Zapata Mendo, Jaime Zapata Mendo, Percy Junior Torres Zapata.

Estudio sobre las pseudociencias, sus peligros e impacto en la sociedad.


Introducción.

La presente monografía explorará el problema de las pseudociencias en la actualidad, comenzando con una descripción de lo que se entienden como tales, sus diferencias con la ciencia real y una breve enumeración de algunos tipos de pseudociencias. Luego se expondrá un marco de referencias para identificar aquellas actividades que aparentando respetabilidad no son más que pseudociencia así como las tácticas de los proponentes de estas usan para insertarse en la sociedad y entre los individuos en particular.

Más adelante se expondrán los peligros intrínsecos en los que una persona puede caer al confiar en la pseudociencias así también el peligro que representa para la ciencia real el que la gente iguale con ella a la pseudociencia.

Finalmente se analizarán las causas por las que la pseudociencia han tenido éxito en nuestra sociedad indicando además las posibles maneras de combatir esta actividad.

Definiciones.

Qué es Ciencia.

La controversia sobre lo que se debe llamar Ciencia ha persistido hasta nuestros días desde los tiempos de Galileo y más atrás. Sin embargo para propósitos de este ensayo se usará una definición moderna en la cual toda la comunidad científica estaría de acuerdo en usar para definir Ciencia en contra posición a la Pseudociencia que es tema del presente.

Entonces llamaremos Ciencia a la actividad tendiente a recoger conocimiento genuino, útil y verificable mediante el uso del método científico. El método científico es el ciclo de investigación y experimentación que pretende encontrar las leyes que describen y las teorías que explican un fenómeno o conjuntos de fenómenos observados en la naturaleza usando la racionalidad, el empirismo y el naturalismo.

El ciclo del método científico comienza con la observación de un fenómeno en la naturaleza el cual causa asombro al científico y le incita a encontrarle una explicación racional y natural. Racional porque usa su razón para encontrar la causalidad del fenómeno y tal vez predecir sus consecuencias. La búsqueda de una explicación natural se asume desde la creencia de que los acontecimientos naturales tienen causas naturales y que el mundo físico es lógico y comprensible. El empirismo entra en juego en las ciencias pues el científico aprecia el fenómeno observado contrastándolo con la experiencia previa que este ha tenido de otras observaciones similares o del entrenamiento que ha recibido de sus pares.

La misión de la ciencia es enunciar leyes científicas y teorías científicas. Las leyes científicas son descripciones rigurosas de uno o varios fenómenos, generalmente con el auxilio de las matemáticas. Mientras que las teorías científicas son explicaciones racionales que han reunido una serie de condiciones las cuales son:

• Tener consistencia interna y externamente.

• Ser parsimoniosa, es decir ahorrativa proponiendo entidades o explicaciones (Navaja de Ockham).

• Ser útil, vale decir describir y explicar fenómenos observables.

• Ser empíricamente verificable o falsable (ser contrastable).

• Estar respaldada por experimentos controlados y repetidos.

• Ser corregible y dinámica: se hacen cambios en función del descubrimiento de nuevos datos.

• Ser progresiva, o sea, englobar todo lo que explicaba(n) la(s) teoría(s) que reemplaza si es que reemplaza alguna(s).

• Ser predictiva, esto es, debe hacer predicciones de cómo se comportará el fenómeno y qué consecuencias se podrán percibir de él (no confundir con "profetizar").

Se puede ver aquí que las teorías, es decir, las explicaciones de por qué ocurre un fenómeno dado, están sujetas a modificación y reemplazo futuro. En ciencia no existen las verdades absolutas, todo está sujeto a revisión y experimentación constante. Este último punto es muy importante tenerlo en cuenta para comprender la diferencia entre Ciencia y pseudociencia.

Qué es pseudociencia.

Dentro del último siglo, para bien o para mal, la ciencia se ha convertido para el común de la gente en el medio fundamental para penetrar los secretos del universo, lo que llevaría a esperar que buena parte de los fraudes contemporáneos adoptaran una envoltura científica. Y así es.

Definimos entonces pseudociencia al cuerpo de conocimientos que pretendiendo pasar, ya sea porque se adueña de la terminología científica o porque pretende explicar y describir el mundo que nos rodea, por científico cuando en realidad no sigue el método científico, deliberada o encubiertamente.

La diferencia de fondo con la ciencia es que esta no reclama la verdad absoluta en ningún tema mientras que la generalidad de las pseudociencias sí lo hace. Es decir, se establecen ciertos "dogmas" paracientíficos que no están sujetos a discusión ni son seriamente dudados tal como hace la ciencia.

Los síntomas de que un cuerpo de conocimiento es una pseudociencia pueden enumerarse en:

• Falta de rigor. No hay un método unificado para realizar una investigación, sus proponentes sueles contradecirse o descalificarse mutuamente.

• Falta de investigación. No existen planes de explorar los conocimientos adquiridos y contrastarlos con la realidad.

• Falta de consistencia interna. Generalmente los problemas se resuelven con argumentos ad-hoc que ponen a salvo los dogmas paracientíficos cuando evidencia en contra se presenta.

• Contradicción con los principios científicos genuinamente establecidos. Muchas pseudociencias postulan imposibles físicos, rotura de las leyes naturales, introducción de entidades metafísicas o sobrenaturales. Disputan leyes y teorías científicas solidamente establecidas por la ciencia sin admitir que ellos mismos pueden estar equivocados.

• Marginalidad de la comunidad científica. Los proponentes y sus supuestos tratados pseudocientíficos se publican por fuera de los ámbitos científicos tradicionales, no existe revisión entre los pares sean científicos o no, y cuando existe esa revisión rechazo sistemático de las críticas.

• Apelación a la autoridad, al número de sus creyentes o a la antigüedad de su supuesto cuerpo de conocimientos. Es decir, hay una persona u organización o filosofía que se pretende infalible; muchas veces se apela a la abrumadora cantidad de creyentes en ese cuerpo de conocimientos; también se apela a que ese cuerpo de conocimientos fue adquirido muy antiguamente o se practica desde la antigüedad queriendo resaltar así que eso es garantía de exactitud.

Las pseudociencias comienzan proponiendo la existencia de fenómenos extraordinarios generalmente acompañados de alguna promesa esperanzadora. Algunos de esos fenómenos son reales pero las explicaciones son de carácter sobrenatural o llanamente absurdas. Otras proponen fenómenos inexistentes o confusos. Invariablemente todas pretenden tener la única explicación posible para ese fenómeno dado, ficticio o no.

Estos fenómenos pueden ser:

• Energías desconocidas.

• Leyes naturales nuevas.

• Leyes sobrenaturales no testeables de forma experimental.

• Entes metafísicos que se manifiestan.

• Relaciones causales poco claras o directamente inconexas.

Hay que dejar en claro que todo esto no es ilegítimo postularlo. La ciencia también ha hecho en algún momento u otro, afirmaciones de este tipo. La diferencia estriba principalmente en la manera en que se interpretan estos fenómenos y el tipo de asunción prematura que se hace, como se explicó en el párrafo anterior.

Las pseudociencias nunca están sujetas a error, como lo está la ciencia, nunca se ponen en revisión sus postulados más básicos, muchas veces se niega la experimentación escéptica de dichos postulados.

Pero quizá el indicador más importante para determinar si un cuerpo de conocimientos pretendidamente científico lo es, es analizar el impacto que esos conocimientos asestan dentro del resto de la ciencia, de la tecnología y sobre todo de la sociedad humana.

Tomemos por ejemplo dos casos.

La teoría de los gérmenes propuesta por Louis Pasteur. Esta teoría postula que muchas de las enfermedades son causadas por microorganismos que no son visibles a simple vista. Esta afirmación es extraordinaria pero gracias a que se ha puesto bajo escrutinio del método científico se ha probado verdadera y ha puesto en marcha el desarrollo de las vacunas y otras formas de tratamiento a dichas enfermedades.

Por otro lado hay quienes proponen que existe un fenómeno llamado telekinesis, es decir la habilidad de mover objetos con la "fuerza" de la mente. Por muchos experimentos que se han realizado nada nuevo se ha podido agregar al cuerpo de conocimientos científico, ningún avance tecnológico o de cualquier otra especie ha salido de este supuesto fenómeno. De ser real hoy en día deberíamos tener alguna especie de especialistas en movimiento mental de objetos. Esto claramente no ha sucedido.

Ejemplos.

Homeopatía.

La Homeopatía, como terapia médica, fue creada por Samuel Friedrich Hahnemann (1755-1843). Hahnemann nació en Meissen (Alemania) y estudió en Leipzig, Viena y Erlagen, graduándose en 1779. Durante los primeros años de su profesión no ejerció la medicina clínica, sino que se dedicó a la traducción de obras médicas y lingüísticas.

En 1810, Hahnemann publica su obra fundamental, "Organnon der Rationellen Heilkunde", en la que define y precisa la ley de similitud, según la cual:

1.-Toda sustancia activa farmacológicamente, provoca en el individuo sano y sensible un conjunto de síntomas característicos de dicha sustancia.

2.-Todo individuo enfermo presenta un conjunto de síntomas que caracterizan a su enfermedad.

3.-La curación se puede obtener mediante la administración de una pequeña cantidad de la sustancia cuyos efectos sean similares a los de la enfermedad.

Este principio básico de la terapia desarrollada por Hahnemman es el que ha dado nombre a la misma. Homeopatía significa "curar con lo mismo", es decir, curar con aquello que enferma de igual manera al individuo sano. Pero esto que parece racional no tiene ninguna base empírica.

Hahnemman enunció su "Ley de los Infinitesimales", la cual dice que la sustancia que estimula la aparición de los síntomas de una enfermedad puede curar la enfermedad en cuestión si se administra la sustancia en una proporción que no cause la enfermedad misma. Es decir la sustancia activa debe ser diluida tanto como para que el cuerpo reconozca su acción pero no le produzca el efecto contrario, es decir, enfermar. Hay serios problemas con esta ley cuando se la pone en práctica. Para lograr estas cantidades menores se hacen diluciones reiteradas (que sus proponentes llaman "potenciar"), hasta un nivel en el que teóricamente no debería esperarse hallar un átomo de sustancia en un litro de solución.

Para ilustrar el proceso digamos que se toma un mililitro de la sustancia "pura" que va a "curar" y se disuelve en un litro de agua. Posteriormente se toma un mililitro de esta solución (con una concentración de un milésimo en volumen) y se disuelve en otro litro. El resultante es una concentración de un millonésimo en volumen. Repitiendo este proceso 10 y hasta 20 veces, la sustancia está tan diluida que es imposible percibir la sustancia activa en la solución. Es decir, al final solo tenemos agua. Los "médicos" homeópatas dicen que en este caso el agua resultante conserva en su "memoria" los activos de la sustancia original. Esto es, por supuesto, absurdo, por cuanto el agua no tiene memoria y si la tuviera ¿qué le impide "memorizar" otras sustancias antes de entrar en contacto con la que supuestamente va a curar?.

La homeopatía no es nada más que un caldo de brujas moderno.

Astrología.

La astrología es un sistema de creencias que pretende pronosticar el futuro o las características de un individuo por medio de cálculos relativos a la posición de los planetas en el momento del nacimiento de éste.

La astrología es una pre-ciencia que en otros tiempos se creyó que servía también para pronosticar los sucesos por la situación y aspectos de los planetas. Se le llamó también astrología Judiciaria. Es de origen antiquísimo.

La astrología data de hace más de 4000 años en los cuales la superstición era lo dominante de aquella época. Pero afortunadamente la astrología fue evolucionando en conceptos y se llegó hasta lo que hoy llamamos astronomía la cual es verdaderamente una ciencia.

Se basan en las 12 constelaciones por las cuales transita el Sol en su aparente viaje por el cielo (en realidad atraviesa 13 constelaciones) y en la posición y aspecto de los planetas observables aunque últimamente se han agregado los planetas no observables. Todo esto, supone la astrología, causan influencia en la vida de los seres humanos por fuerzas que son desconocidas.

La creación de horóscopos se basa en el estudio de la posición de los planetas respecto a las constelaciones de la elíptica solar para una persona teniendo en cuenta el signo bajo el que este nació. Esto carece de todo rigor científico por cuanto no hay relación aparente entre el nacimiento de una persona y la posición de los planetas al momento del nacimiento. Si bien es cierto que recibimos algunas energías emanadas desde los planetas estas son tan despreciables que el tubo fluorescente alumbrando la sala de parto emite más radiación electromagnética que todos los planetas juntos incluida la Luna.

Acupuntura.

La acupuntura es una técnica de la medicina tradicional china para manipular el "chi" con el propósito de equilibrar las fuerzas opuestas del "yin" y el "yang". Se cree que el "chi", una supuesta "energía" que vale para todo, fluye por el cuerpo a lo largo de 14 vías principales llamadas meridianos. Cuando el "yin" y el "yang" están en armonía, el chi fluye libre por todo el cuerpo y la persona está sana. Cuando una persona está enferma o herida, se cree que es una obstrucción del flujo del chi por los meridianos. La acupuntura consiste en insertar agujas en algunos puntos concretos del cuerpo, supuestamente eliminando las obstrucciones del chi y por lo tanto restableciendo la distribución del yin y el yang. En ocasiones las agujas son giradas, calentadas o estimuladas mediante electricidad, ultrasonidos, o luz de ciertas longitudes de onda. Indiferentemente de como se realice, la investigación científica de su efectividad en los últimos 20 años no ha podido demostrar que la acupuntura sea efectiva para ninguna enfermedad. No existe ninguna correlación entre los meridianos usados en la medicina tradicional china y el sistema nervioso del cuerpo humano.

A pesar de no contar con ninguna base científica, la acupuntura es usada en el tratamiento de muchas enfermedades incluso de naturaleza muy diferente como puede ser el cáncer y el SIDA.

La teoría occidental sobre la acupuntura sugiere que bloquea la transmisión de los "impulsos del dolor" desde las diferentes partes del cuerpo al sistema nervioso central. Esta teoría referida a estimulación química y bloqueo de señales nerviosas son empíricamente experimentables. Aún en estos casos, de todas formas, la gran mayoría de la evidencia de la efectividad de la acupuntura es la misma que en las demás así llamadas "medicinas alternativas": prácticamente anecdótica.

Desafortunadamente, para cada anécdota de alguien al cual la acupuntura le ha aliviado el dolor existen otras a quienes la acupuntura no les ha servido para nada.

Es importante señalar que algunas personas presentan mejorías luego de ser tratadas con esta técnica (o con cualquier otra pseudomedicina) pero no es más que el resultado del efecto placebo que esta y otras pseudomedicinas causan. La medicina científica también está sujeta al efecto placebo, el cual obstaculiza en parte llegar a resultados objetivos a fin de determinar si una terapia está dando genuino resultado. Para eliminar el efecto placebo se utilizan pruebas de tipo "doble ciego", donde ni el paciente ni la persona que administra la terapia saben si están administrado la verdadera medicina o terapia, o solo un placebo inerte.

Bioenergías.

Clasificamos así al conjunto de actividades pseudocientíficas que se basan en la corriente vitalista que dominó la medicina en la época medieval, pero ajironada a los tiempos modernos. La corriente vitalista propone que la vida es una "fuerza" que reside en los seres vivos y que se balancea entre la salud y la enfermedad. En vez de llamarle fuerza vital, las nuevas pseudociencias afines a la New Age la nombran "bioenergía". Por supuesto, nadie ha podido detectar que tales energías existan. A partir de aquí se desprenden muchas pseudociencias espurias, como la clistaloterapia, aromaterapia, reflexología, iridiología, etc. Todas ellas basadas en bioenergías y la forma de restablecerla a la normalidad.

Creacionismo.

El creacionismo "científico" es un movimiento fundamentalista cristiano que propone que el Génesis bíblico es literalmente cierto y que todas las pruebas científicas existentes deben ser interpretadas a la luz del texto de la Biblia. Atacan fuertemente a la Teoría de la Evolución. Cualquier evidencia geológica o biológica que contradiga el Génesis es inmediatamente racionalizado, o negado, o ignorado.

Los argumentos científicos de los creacionistas, aunque carentes de sentido, son muy intrincados y detallados, y pueden sonar muy convincentes a la gente que no tiene suficiente conocimiento científico para hacer un buen juicio. Y es que precisamente los creacionistas aprovechan la falta de educación científica del común de la gente para tratas de colar sus teorías pseudocientíficas, sobre todo en el ámbito escolar. Atacando a una ciencia que no entienden, o que entienden les ataca a ellos (tildan de "satánica" a la Teoría de la Evolución).

Los creacionistas, a pesar de su sofisticado discurso, no están admitidos en ninguna asociación científica seria, y esto también a pesar de que muchos de los proponentes del creacionismo poseen títulos que les habilita en ciencias.

En el ala más radical del creacionismo científico se hallan los "creacionistas de Tierra Joven", estos proponen que la Tierra fue creada hace solo 6.000 años y que todas las evidencias geológicas han sido alteradas debido al Diluvio Universal también relatado en el Génesis. Cualquier discrepancia entre esta creencia y la evidencia geológica, palentontológica o astronómica, como se mencionó, es tergiversada, ignorada o llanamente negada.

El carácter pseudocientífico del creacionismo es muy evidente si se regresa a la descripción que se hizo del Método Científico.

Marco de referencia.

Formas de inserción de las pseudociencias en la sociedad.

La pseudomedicina se basa principalmente en la apelación a los sentimientos de las personas para ganar terreno entre ellas. Algunas de las pseudociencias hoy en boga son empresas auténticamente rentables, y algunos de sus defensores no sólo se hallan fuertemente identificados con el tema en cuestión sino que obtienen con el mismo grandes sumas de dinero. Todo esto les permite comprar campañas publicitarias, promocionando sus productos y servicios, apelando a la sensibilidad de las personas en temas de salud o placer psicológico. Sacando a relucir interminables listas de casos anecdóticos, experimentos basados en el efecto placebo, generalizaciones precipitadas, etc. Llaman la atención del público tocando los sentimientos de estos con el mensaje "muchas personas lo han probado como efectivo, pruébelo usted también".

El deseo por maravilloso.

Por otro lado la sociedad actual se haya a veces encerrada en un materialismo exacerbado, altamente tecnificado, que aleja muchas veces la espiritualidad del ser humano. El ser humano moderno busca lo no cotidiano, lo que sale de lo común, muchas pseudociencias se aprovechan de este deseo por lo maravilloso y les ofrece los espejos de colores de la magia y la charlatanería.

En algunos casos, como las pseudomedicinas, la apelación a una supuesta "medicina alternativa", "medicinas no invasibas", "medicinas naturales" y terminología similar encandilan al paciente o sus parientes cercanos, y los mueve a probar esta "otra" medicina. Sustentado con muchos casos anecdóticos a favor (nunca en contra), las pseudomedicinas tratan de pegarse a la medicina científica para captar a los que la necesitan e impregnarse de una rigurosidad, exactitud y éxito que no tienen.

Respuestas fáciles a preguntas difíciles.

Cuando una persona se haya ante un dilema de difícil solución la ansiedad por hallarla suele nublar su juicio crítico. Es allí donde las pseudociencias encandilan. Tener un hijo enfermo y no hallar una solución satisfactoria en la medicina científica; sea porque el conocimiento científico no está desarrollado lo suficiente, sea porque la solución simplemente no existe, la persona puede muy facilmente caer en las guarras de los pseudo-médicos.

La incertidumbre por el futuro, algo insondable, puede llevar a una persona a consumir horóscopos y todo tipo de oráculos, de una forma no muy diferente a lo que de hacia en la famosa ciudad de Delfos de la antigua Grecia.

Así mismo el ansia por lo maravilloso puede mover a mucha gente a autoengañarse con imaginarios seres extraterrestres, civilizaciones perdidas o ancestrales conocimientos sin base científica alguna.

Peligros.

Charlatanería peligrosa para la salud.

Toda actividad que pretende ser terapéutica de una o varias enfermedades deberían ser estrictamente puestas a prueba pues, encierran un potencial peligro para la salud. Sea porque al final la terapia no logra curar la enfermedad en cuestión o peor aún puede agravar el cuadro.

Pero cuando una terapia pretende ser "alternativa" a otra ya establecida y probada la cosa se vuelve aún más peligroso, puesto que el paciente que se arriesga con ese tipo de terapias puede empeorar su salud de forma irreversible sabiendo que existe otra terapia que ya ha sido probada efectiva contra su enfermedad.

El caso típico de los "sanadores por la fe", Reiki, multitud de pseudomedicinas bioenergéticas, homeopatía, acupuntura, etc.. que aseguran curar enfermedades complejas como el cáncer, a veces afirmando hacerlo en plazos muy cortos o casi de inmediato, son los casos más contundentes a favor de los peligros de la pseudomedicina que no posee ni el rigor ni los controles de la medicina científica actual.

Robo de guante muy blanco.

Y qué decir acerca de la pérdida monetaria que sufren quienes se entregan a los engaños de la pseudomedicina y de la pseudociencia en general.

Sea porque se paga por medicinas de brujería que no funcionan o interminables terapias de sesión sin resultado alguno, o se contratan "expertos" en predecir el futuro (astrólogos, tarotistas, etc). O casos muy puntuales como por ejemplo la contratación de zahoríes para encontrar agua (o petróleo u oro o cualquier otro mineral), desencantar casas supuestamente embrujadas, investigar apariciones de supuestos seres extraterrestres, etc. Todo ello es una industria del robo, del aprovecharse de la credulidad natural de la gente, la falta de juicio crítico, o la deficiente educación en ciencias.

Se nos quiere vender agua destilada con poderes mágicos, piedras que dicen sincronizar una energía inexistente, predicciones del futuro a medida tan generales que se producen en serie en cantidades industriales (como los libros de horóscopos para todo el año). Todo esto alimenta la industria de la pseudociencia. El fraude parece campear sin obstáculos dentro de las sociedades modernas.

Ataques al corazón de la Ciencia.

Muchas pseudociencias, no contentas con apropiarse de la terminología científica (bioenergía, métodos "cuánticos", leyes naturales, etc...) atacan a la ciencia, tratando de igualarla a sus mismas absurdeces ("la Teoría de la Evolución es tan válida como la Teoría Creacionista"), acusándola de dogmática y cerrada ("también se rieron de Galileo y resultó tener razón"), minimizando sus logros ("la medicina occidental puede curar el cuerpo pero no sabe cómo curar el alma") o simplemente anunciando que está equivocada ("la ciencia ha reconocido muchas veces que se ha equivocado").

Esto es muy serio. Negarle los éxitos a la ciencia moderna es negar todos los avances que nuestra civilización ha logrado desde la época de la Ilustración hasta ahora. Nuestra vida moderna existe gracias a esos avances, basados en los métodos rigurosos y contrastables de la ciencia. Optar por la irracionalidad de la pseudociencia es regresar a la época medieval, donde la superstición y las leyendas populares eran la moneda corriente y ya sabemos que esas cosas no curan enfermedades, no son conocimientos útiles, no construyen casas mejores ni desarrollaron automóviles, teléfonos, computadores, ni enviaron a ningún hombre a la Luna. La verdadera ciencia sí lo ha logrado.

Cómo enfrentarse a las pseudociencias.

Pasividad de la comunidad científica.

Los científicos profesionales se ven generalmente obligados a elegir cuáles van a ser los objetivos de sus investigaciones. A pesar de la enorme importancia que tendría alcanzar ciertos logros, es tan escasa la probabilidad de éxito que nadie se muestra dispuesto a emprender determinados programas de investigación. Hay otros objetivos científicos perfectamente abordables, pero su importancia es absolutamente trivial. La mayor parte de los científicos dedicados a la investigación escogen una vía intermedia. De esta composición de lugar se desprende que sean muy pocos los científicos que deciden zambullirse en las "oscuras aguas" de las doctrinas pseudocientíficas con objeto de encontrar su verificación o refutación precisas. Las probabilidades de alcanzar resultados realmente interesantes, excepto en cuanto hace referencia a la naturaleza humana, parecen escasas y el tiempo que debería invertirse en la tarea muy considerable.

Esto significa que la gran mayoría de los científicos no le dediquen tiempo a refutar las pseudociencias como deberían dejando la puerta abierta para la introducción de estas. Algunos científicos con actitudes de habitantes de una torre de marfil se decantan por minimizar el impacto de las pseudociencias, otros no hacen nada pues ellos mismos creen en ella, y otros más dejan hacer pues creen que aunque falsas y absurdas las pseudociencias no dañan a nadie.

Benevolencia de los medios de comunicación.

Lo extraordinario vende. Adivinar el futuro de una persona es más maravilloso y romántico que predecir con exactitud de segundos la próxima salida del Sol. Por lo tanto una empresa dedicada a entretener y proporcionar noticias es fácil que anteponga sus intereses comerciales apoyando la pseudociencia antes que a la verdadera ciencia.

Es raro encontrar un diario, revista o periódico que no tenga una sección de horóscopo, o que promocione productos homeopáticos, que invite a escribir o a hablar a astrólogos y vendedores de cachivaches mágicos. Como se comentó antes en este ensayo la gente tiene ansias por lo maravilloso, lo extraordinario y lo que se sale de lo común. Además parece que la gente tiene ganas de ser engañada. Y los medios de comunicación saben que hay una beta comercial en todo esto. Ignorando las advertencias de peligro de la verdadera ciencia se rinden a los brazos del dinero fácil.

Indefiniciones de los organismos estatales.

No solo la pasividad y la desidia están instalados en la comunidad científica. El estado como único agente legítimo de regulación dentro de una sociedad sigue siendo también tan pasiva y benevolente como la ciencia y los medios de comunicación. A pesar de que la homeopatía es un declarado fraude el estado no se pronuncia contra ella, y los enfermos siguen enfermando e incluso muriendo por culpa de esta y otras pseudomedicinas. La astrología, el tarot y mancias por el estilo son burdas estafas pero no hay leyes que la prohibían explícitamente.

Es cierto que a veces, sobre todo en el ámbito del ejercicio ilegal de la medicina, el estado ha actuado en contra de los perpetradores de este delito (sean pseudocientíficos o no), pero lo que no existe es una forma de prevenir que estos casos sucedan de nuevo. Bastaría que una ley declare como no médico a la acupuntura para que los seguros médicos dejen de auspiciar este engaño, lo mismo para las supuestas medicinas alternativas.

Las indefiniciones del estado está causando y causará mucho sufrimiento, dolor y muerte a menos que se tomen acciones enérgicas para proscribir todo tipo de actividades no validadas por la ciencia formal y seria.

Soluciones a largo plazo.

El mejor medio que tiene la humanidad para evitar todo tipo de abuses es adquirir una educación científica que le permita comprender las derivaciones que trae consigo todo programa de investigación.

Se propone a continuación los pasos a seguir para lograr reducir el impacto que las pseudociencias están causando en nuestra sociedad.

• Alentar la divulgación científica por parte de científicos reconocidos. Ya sea financiando libros de divulgación científica como programas de televisión y revistas.

• Mejorar y aumentar el contenido de la educación no solo en ciencias básicas sino en los métodos básicos de la ciencia. La educación de tipo enciclopedista forma una imagen de arrogancia contra las ciencias, mientras que si se inicia cuestionando directamente a la naturaleza mediante el método científico se logrará que el alumnado confíe en la ciencia y critique todo cuerpo de conocimiento pretendidamente científico.

• Exigir al estado que promulgue leyes que obliguen a toda actividad pretendidamente médica valide sus métodos frente a sus pares con experimentos controlados "doble ciego". Así mismo poner leyes que eviten que los vendedores de futuro salgan indemnes frente a las posibles calamidades de quienes usan sus servicios sufren como consecuencia de ellos.

Estas son soluciones a largo plazo. Lo que las pone en alto riesgo de nunca ser alcanzados pues en los tiempos que vivimos la inmediatez prevalece por sobre las necesidades de largo alcance. Pero si hay suficiente presión de la sociedad y sobre todo de la comunidad científica, los políticos responsables por las áreas en los que este problema recae deberían tomar conciencia de que existe un problema que exige una solución aunque esa solución sea de largo plazo eso es mejor que nada.








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