ESCLEROSIS MÚLTIPLE. PERCY ZAPATA MENDO.

Esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple (MS) es una enfermedad autoinmune que afecta el sistema nervioso. Normalmente, los anticuerpos producidos por el sistema inmunitario ayudan a proteger el cuerpo contra los virus, las bacterias y otras sustancias extrañas. En las personas que tienen MS, el sistema inmunitario destruye la sustancia que rodea y protege las células nerviosas, la vaina de mielina.

El trabajo del sistema nervioso es llevar y traer mensajes eléctricos entre el cerebro y las diferentes partes del cuerpo. Normalmente, el cerebro envía señales en forma rápida a través de la médula espinal y, luego, a través de los nervios que se ramifican hacia todos los órganos y las partes del cuerpo. Cuando se daña o se destruye la mielina que rodea los nervios, estos no pueden funcionar correctamente para enviar estas señales de la manera adecuada. Esto puede provocar síntomas en todo el cuerpo.

La forma más común de MS se conoce como MS de recaída-remisión (RRMS, por sus siglas en inglés). Cuando las personas que tienen este tipo de MS tienen exacerbaciones, los síntomas empeoran en forma notable. Luego, hay un período de recuperación en el que los síntomas mejoran o desaparecen por completo, durante un tiempo. En el caso de la RRMS, las exacerbaciones de los síntomas pueden ser desencadenadas por una infección, como gripe. Más del 50% de las personas que tienen RRMS desarrollan el tipo secundario progresivo, en el que hay recaídas seguidas de un empeoramiento gradual de la enfermedad.

Alrededor del 15% al 20% de las personas que tienen MS tienen una forma conocida como MS primaria-progresiva (PPMS, por sus siglas en inglés). En este tipo de MS, la enfermedad empeora en forma constante, sin ninguna remisión. El cuarto tipo —MS de recaída progresiva— es poco frecuente, pero el patrón sigue un empeoramiento de la enfermedad con recaídas repentinas y evidentes.

A menudo, la MS es leve, pero algunas personas pierden la capacidad de escribir, hablar o caminar.

Síntomas

La MS afecta la sensibilidad, el razonamiento y el movimiento normales. Los síntomas varían de una persona a otra, según el área del cuerpo en la que la vaina de mielina esté dañada. Los síntomas de la MS pueden aparecer y desaparecer. Las exacerbaciones pueden durar días, semanas o meses. Después de un episodio, sus síntomas podrían desaparecer por un tiempo (entrar en remisión), pero se pueden formar cicatrices y estas pueden afectar en forma permanente los nervios de esa área.

Los síntomas comunes incluyen:

• Problemas de visión, que incluyen visión doble, borrosidad, daltonismo parcial, dolor de ojo, pérdida parcial o completa de la visión en un ojo.

• Problemas de razonamiento y de memoria.

• Fatiga.

• Debilidad muscular, mareos o temblores.

• Entumecimiento o debilidad en un costado o en la mitad inferior del cuerpo.

• Problemas de coordinación y equilibrio.

• Pérdida del control del intestino o de la vejiga.

• Sensaciones como entumecimiento u hormigueo, "pinchazos".

• Sensaciones de choque eléctrico provocadas al mover la cabeza de una determinada manera.

Causas y factores de riesgo

La MS afecta a las mujeres con una frecuencia más de dos veces mayor que a los hombres. Las personas de raza blanca (caucásicas) tienen más probabilidades de desarrollarla que las personas de otras razas. Si algún integrante de su familia, como su padre, madre o un hermano, tiene MS, usted también tiene un mayor riesgo de desarrollarla. La MS puede afectar a personas de cualquier edad pero, a menudo, comienza entre los 20 y los 40 años. Si tiene otra enfermedad autoinmune, como enfermedad tiroidea o diabetes tipo 1, su riesgo de desarrollar MS es levemente más alto.

Algunos estudios muestran que el lugar donde vive puede afectar su riesgo de tener MS. Las personas que pasan su infancia en áreas con un clima templado, como el norte de los Estados Unidos o el sur de Canadá, parecen tener un riesgo más alto de tener MS.

Realmente nadie sabe con certeza cuál es la causa de la MS. La causa más probable es el resultado de una combinación de factores ambientales, virales y genéticos. Diferentes virus han sido vinculados con la MS. Es posible que un virus contraído durante la infancia desencadene MS en el futuro.

Diagnóstico y pruebas

No existe ninguna prueba que determine si tiene MS. Al igual que otras enfermedades autoinmunes, es posible que la MS sea difícil de diagnosticar. A menudo, los primeros síntomas de la MS afectan los ojos y provocan visión borrosa o doble, o distorsión de los colores rojo-verde. Sin embargo, los síntomas también pueden afectar diferentes partes del cuerpo. Su médico le preguntará sobre sus antecedentes médicos y usará varias estrategias para determinar si usted tiene MS. Antes de realizar un diagnóstico, su médico descartará otras posibles causas de sus síntomas.

También es posible que su médico solicite las siguientes pruebas:

Análisis de sangre. La sangre puede mostrar signos de otras enfermedades que provocan síntomas similares a los de la MS.

Pruebas neurológicas. Su médico podría recomendarle que consulte a un neurólogo que pueda evaluar cuán bien funciona su sistema nervioso. Las pruebas detectarán cambios en los movimientos de los ojos, la coordinación muscular, la debilidad, el equilibrio, la sensibilidad, el habla y los reflejos.

Drenaje espinal (punción lumbar). La extracción de una pequeña cantidad de líquido de la columna vertebral puede mostrar cantidades anormales de células sanguíneas o proteínas asociadas con la MS. El drenaje espinal también puede descartar la presencia de una infección viral o de otras posibles afecciones.

Resonancia magnética (MRI). Una resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) puede mostrar imágenes detalladas del cerebro y la médula espinal, y determinar si hay alguna lesión. Sin embargo, las lesiones no siempre son provocadas por la MS.

Tratamiento

Durante las exacerbaciones, las áreas nerviosas afectadas pueden inflamarse. Es posible que tenga dolor y pérdida de las funciones en partes del cuerpo. Los corticosteroides reducen la inflamación, de modo que usted puede retornar a las actividades normales más rápido. Algunos ejemplos de corticosteroides que se administran para la MS incluyen prednisona (administrada por boca) y metilprednisolona (administrada mediante una inyección). Por lo general, los corticosteroides se administran durante un período corto para ayudar a reducir los síntomas. Estos no tratan los resultados a largo plazo de la MS.

Los interferones son un grupo de proteínas naturales producidas por las células de los seres humanos. Con el tiempo, los interferones parecen retrasar el empeoramiento de los síntomas de la MS. Estos tipos de medicamentos, por lo general, se administran mediante una inyección. Algunos ejemplos de interferones que se usan para tratar la MS incluyen el IFN beta-1a y el IFN beta-1b. Es posible que los interferones provoquen un daño hepático grave como efecto secundario. Otros efectos secundarios incluyen síntomas parecidos a los de la gripe y depresión.

Se cree que los acetatos de glatiramer obstruyen las células que dañan la mielina, la sustancia que rodea y protege las células nerviosas. Por lo general, las personas que toman este fármaco experimentan menos recaídas y menos lesiones nuevas en las células nerviosas. El medicamento se administra mediante una inyección (se inyecta con una aguja) una vez al día. Los efectos secundarios podrían incluir ronchas o dolor en el lugar de la inyección, palpitaciones cardíacas y falta de aire.

El natalizumab y la mitoxantrona son otros 2 tipos de medicamentos que tratan una esclerosis múltiple más grave o avanzada.

Las personas que primero hayan probado otros fármacos y no hayan obtenido buenos resultados podrían probar el natalizumab. Sin embargo, el natalizumab puede tener efectos secundarios graves y no debe usarse en combinación con otros fármacos que modifican la enfermedad. Uno de los efectos secundarios conocidos es un mayor riesgo de tener una infección cerebral mortal.

A veces, la mitoxantrona es usada por personas cuya MS de recaída-remisión ha empeorado o cambiado a MS progresiva, en la que los síntomas empeoran en forma constante. Los efectos secundarios incluyen una reducción en la resistencia a las infecciones y un mayor riesgo de enfermedades sanguíneas y cardíacas.

Diferentes terapias pueden ser útiles para algunas personas que tienen MS. A continuación, se indican algunas de las terapias comunes.

La fisioterapia (PT, por sus siglas en inglés) puede ayudar con la forma de caminar, la fuerza, el equilibrio, la postura, la fatiga y el dolor. La PT puede incluir ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, y entrenamiento para usar aparatos, a fin de facilitar la movilidad, como bastones, scooter o sillas de rueda. Su fisioterapeuta también puede ayudarlo a adaptar su rutina de ejercicios para tratar sus síntomas o exacerbaciones.

Terapia ocupacional (OT). La meta de la terapia ocupacional (OT, por sus siglas en inglés) es ayudar a mejorar su nivel de independencia y seguridad en el hogar y en el trabajo. Su terapeuta puede mostrarle cómo usar herramientas para ayudar en las tareas diarias. Su terapeuta también puede recomendar cambios en su vida física o en su lugar de trabajo, a fin de facilitar sus tareas. Es posible que su terapeuta lo ayude a continuar realizando las actividades o los pasatiempos que disfruta.

Terapia del habla. La MS puede provocar problemas en el control de los músculos que se usan para hablar y tragar. Un terapeuta del habla puede ayudarlo a aprender a comunicarse lo más claramente posible y también puede enseñarle a practicar cómo tragar en forma segura.

¿Cómo puedo mantenerme lo más sano posible?

Vivir con MS puede requerirle hacer algunos cambios en el estilo de vida. Estos cambios pueden ayudar a mantenerlo lo más fuerte y sano posible. A continuación, se indican algunos consejos que pueden ayudar.

Nutrición. Siga una dieta nutritiva y bien equilibrada que sea baja en grasas y alta en fibras. Una dieta saludable mantendrá fuerte su sistema inmunitario y le dará la mejor posibilidad de gozar de buena salud.

Actividad física. Continúe haciendo ejercicio si su médico le indica que es adecuado. Hacer ejercicio puede ayudarlo a mejorar su tono y su fuerza muscular, su equilibrio y su coordinación. Los ejercicios de estiramiento pueden ayudar con la rigidez y la movilidad. Hacer ejercicio también puede ayudar a levantar su estado de ánimo.

Descanso. Es importante hacer suficiente ejercicio, pero también es importante descansar mucho. La MS provoca fatiga, por lo tanto, preste atención a sus necesidades. Es posible que tenga que hacer adaptaciones en su cronograma de trabajo o de familia, a fin de incluir momentos para descansar.

Temperatura. El calor no afecta a algunas personas que tienen MS, pero sea cuidadoso al momento de usar tinas calientes o saunas, y tomar baños o duchas calientes. Demasiado calor puede provocar una debilidad muscular extrema. Si el calor le provoca molestias, busque maneras de refrescarse. Un baño frío o el aire acondicionado podrían ayudar.

Apoyo. Reciba el apoyo de sus amigos, su familia, su comunidad, un grupo de apoyo, su médico u otros profesionales de atención médica. El aliento y la tranquilidad de otras personas lo ayudarán a sobrellevar mejor los desafíos de vivir con MS. Intente mantener una vida tan normal como pueda y continúe realizando las actividades que disfruta.

Complicaciones

Vivir con una enfermedad crónica, a menudo, puede ser un desafío para su bienestar emocional. La MS puede afectar su trabajo, sus relaciones, su sueño, su dieta y su capacidad para hacer ejercicio. Todos estos factores contribuyen a su estado de ánimo y a su salud mental. Hablar con un terapeuta capacitado puede ayudarlo a aprender a manejar estos desafíos y puede ayudarlo a desarrollar maneras de recibir el apoyo que necesita. Un terapeuta capacitado también puede reunirse con otros familiares.

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