HIPOTALAMO. PERCY ZAPATA MENDO.
Hipotálamo
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INTRODUCCIÓN
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Hipotálamo, parte del cerebro que
cumple una función importante en la regulación de la homeostasis (funciones
vitales que mantienen constante el medio corporal interno), el comportamiento
sexual y las emociones. Aunque el hipotálamo constituye menos del uno por
ciento del volumen total del cerebro humano, ejerce efectos importantes sobre
el sistema endocrino (centros productores de hormonas), sobre el sistema
nervioso autónomo (que controla las acciones involuntarias) y sobre un sistema
neuronal mal definido que se denomina sistema límbico (relacionado con la
motivación y los instintos).
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ANATOMÍA
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El hipotálamo humano pesa
unos cuatro gramos y forma parte del diencéfalo. Está situado en torno al
tercer ventrículo y en su base, por debajo del tálamo y por encima de la
hipófisis, a la cual está unido por el tallo hipofisario. El hipotálamo está
dividido en varios núcleos diferentes (agregados de cuerpos neuronales).
Existen nervios que lo conectan con todas las regiones del cerebro. También
recibe nervios que proceden de las zonas erógenas (los genitales y los
pezones), de las vísceras (órganos internos) y del sistema límbico. Además, el
hipotálamo es capaz de detectar cambios en la osmolaridad de la sangre, y se ve
afectado por las concentraciones de las distintas hormonas presentes en el
torrente sanguíneo. De este modo, el hipotálamo puede integrar señales físicas
y emocionales procedentes de todo el cuerpo y poner en marcha las respuestas
corporales adecuadas.
El hipotálamo tiene conexiones
vasculares con el lóbulo anterior de la hipófisis. Estos capilares sanguíneos
se conocen como sistema portal hipotálamo-hipofisario, y conectan los lechos
capilares del hipotálamo con los lechos del lóbulo anterior de la hipófisis.
Así, permiten que las hormonas y los factores liberadores que segrega el
hipotálamo se desplacen hacia la hipófisis, donde actúan sobre las células
hipofisarias. También hay nervios que conectan el hipotálamo con el lóbulo
posterior de la hipófisis. Las hormonas que segrega el hipotálamo descienden
por estas neuronas (células de los nervios) hasta el lóbulo posterior de la
hipófisis, antes de ser liberadas al torrente sanguíneo.
Los nervios que salen
del hipotálamo también están conectados con nervios del interior de la médula
espinal, que controlan aquellas regiones del cuerpo responsables del apetito,
la sed, la regulación de la temperatura y el funcionamiento cardiovascular
(latidos del corazón y grado de constricción de los vasos sanguíneos). También
hay conexiones externas con la corteza cerebral y con el sistema límbico, de
manera que el hipotálamo puede actuar sobre las regiones del cerebro
responsables de los cambios emocionales y de humor.
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FUNCIONES DEL HIPOTÁLAMO
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Experimentos realizados
con ratas han demostrado de forma clara que el hipotálamo cumple una función
importante en la regulación del comportamiento relacionado con la alimentación.
Si el hipotálamo sufre algún daño en la región medial, la rata come en exceso y
se vuelve obesa; sin embargo, si lo que se daña es la zona ventral del
hipotálamo, la rata rehúsa la comida y muere por inanición. El hipotálamo
humano no tiene una función tan importante como la de los roedores, porque en
los seres humanos las decisiones conscientes tienen mayor peso en procesos
tales como comer o beber. Se ha demostrado que los hábitos y las costumbres
influyen más sobre la cantidad de alimento que se ingiere que el apetito real;
por ello, en las culturas de la opulencia la incidencia de la obesidad es
elevada.
El hipotálamo también
produce efectos sobre el sistema cardiovascular y el resto del sistema nervioso
autónomo. Su acción es vital para mantener la coordinación entre el cuerpo y la
mente; por ejemplo, es responsable de los cambios que deben producirse en el
organismo antes de realizar ejercicio físico o en una situación de peligro.
El hipotálamo puede ser
considerado como el termostato que mantiene constante y regula la temperatura
corporal. Es capaz de poner en marcha los mecanismos que controlan la
temperatura del cuerpo y puede iniciar los escalofríos, la contracción o
dilatación de los capilares sanguíneos periféricos, comportamientos tales como
quitarse o ponerse ropa, encender la calefacción central o moverse hacia la
sombra.
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FUNCIONES ENDOCRINAS DEL HIPOTÁLAMO
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El hipotálamo es responsable
del control de las hormonas liberadas por los lóbulos anterior y posterior de
la hipófisis. Las hormonas segregadas por el hipotálamo que afectan al lóbulo
anterior de la hipófisis son: 1) hormona liberadora de corticotropina, que
estimula la liberación de hormona adrenocorticotropina; 2) hormona liberadora
de tirotropina, que estimula la liberación de hormona estimulante del tiroides;
3) hormona liberadora de la hormona del crecimiento y somatostatina, que
estimula e inhibe la liberación de hormona del crecimiento, respectivamente; 4)
hormona liberadora de gonadotropina, que controla la liberación de hormona
estimulante del folículo y de hormona luteinizante; 5) factor inhibidor de la
liberación de prolactina y factor liberador de prolactina, que controlan la
liberación de esta hormona.
Los núcleos supraóptico
y paraventricular del hipotálamo sintetizan oxitocina y vasopresina (también
llamada hormona antidiurética o ADH). Estas dos hormonas descienden por los
axones (extensiones largas del cuerpo de las neuronas) hasta el lóbulo
posterior de la hipófisis, dentro de gránulos secretores. Cuando se recibe un
estímulo nervioso, estos gránulos descargan su contenido en la hipófisis
posterior y las hormonas alcanzan el torrente sanguíneo. Además de sus efectos
como hormonas, la vasopresina y la oxitocina también pueden actuar como
neurotransmisores. Se ha demostrado la existencia de conexiones entre el
hipotálamo y el sistema límbico y la médula espinal. En ellas, estas hormonas
son responsables de la transmisión de impulsos nerviosos.
El papel principal de
la oxitocina es la secreción de leche. También actúa en la iniciación y el
mantenimiento de los procesos del parto. La succión pone en marcha la secreción
de oxitocina a través de una ruta nerviosa que conecta el pezón con el
hipotálamo; la señal nerviosa da lugar a la liberación de oxitocina,
responsable de la producción de la leche. El oír a un niño llorar puede
producir el mismo efecto; éste es un ejemplo de las conexiones que existen
entre el hipotálamo y las otras regiones del cerebro. La vasopresina está
implicada en el control de la cantidad de agua que el cuerpo contiene. Actúa
sobre la región distal de la nefrona y sobre los túbulos colectores del riñón,
en donde produce el aumento de la reabsorción de agua procedente de la orina y,
por consiguiente, mantiene el nivel de agua en el cuerpo.
El núcleo supraquiasmático
es una zona del hipotálamo implicada en la regulación de los ritmos corporales
circadianos. Estos ritmos son fluctuaciones de los niveles de algunas hormonas
en el torrente circulatorio por ciclos de 24 horas (por lo general se correlacionan
con periodos de luz y periodos de oscuridad). Esto asegura que los niveles de
las distintas hormonas sean más elevados según sean las necesidades del cuerpo.
Por ejemplo, los niveles de cortisol se elevan todas las mañanas justo antes
del despertar. Esto hace que se eleven los niveles de glucosa en la sangre para
contrarrestar el efecto producido por el ayuno nocturno.
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DISFUNCIONES DEL HIPOTÁLAMO
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El hipotálamo puede resultar
dañado como consecuencia de una operación quirúrgica; de traumas tales como un
accidente de tráfico o un golpe; de la degeneración debida al envejecimiento o
a alguna enfermedad; o de un tumor. Las consecuencias pueden ser muy variadas y
dependen de la región del hipotálamo afectada.
Una lesión del hipotálamo
o del tracto hipofisario-hipotalámico puede producir diabetes insípida. En
estos casos se produce la disminución de los niveles de producción de
vasopresina, lo que hace que se produzcan grandes volúmenes de orina.
Otros síntomas pueden
incluir anomalías sexuales (tales como una pubertad prematura), desequilibrios
psíquicos, obesidad, anorexia, alteraciones en la regulación de la temperatura,
desórdenes del sueño y alteración de los ritmos circadianos normales.
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