SISTEMA NERVIOSO. PERCY ZAPATA MENDO, CARMEN ZAPATA MENDO.
Sistema
nervioso
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INTRODUCCIÓN
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Sistema
nervioso, conjunto de los elementos que en los organismos
animales están relacionados con la recepción de los estímulos, la transmisión
de los impulsos nerviosos o la activación de los mecanismos de los músculos.
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ANATOMÍA Y FUNCIÓN
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En el sistema nervioso,
la recepción de los estímulos es la función de unas células sensitivas
especiales, los receptores. Los elementos conductores son unas células llamadas
neuronas que pueden desarrollar una actividad lenta y generalizada o pueden ser
unas unidades conductoras rápidas, de gran eficiencia. La respuesta específica
de la neurona se llama impulso nervioso; ésta y su capacidad para ser
estimulada, hacen de esta célula una unidad de recepción y emisión capaz de
transferir información de una parte a otra del organismo.
2.1
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Célula nerviosa
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Cada célula nerviosa o
neurona consta de una porción central o cuerpo celular, que contiene el núcleo
y una o más estructuras denominadas axones y dendritas. Estas últimas son unas
extensiones bastante cortas del cuerpo neuronal y están implicadas en la
recepción de los estímulos. Por contraste, el axón suele ser una prolongación
única y alargada, muy importante en la transmisión de los impulsos desde la
región del cuerpo neuronal hasta otras células.
2.2
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Sistemas simples
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Aunque todos los animales
pluricelulares tienen alguna clase de sistema nervioso, la complejidad de su
organización varía de forma considerable entre los diferentes tipos de
organismos. En los animales simples, como los cnidarios, las células nerviosas
forman una red capaz de mediar respuestas estereotipadas. En los animales más
complejos, como crustáceos, insectos y arañas, el sistema nervioso es más
complicado. Los cuerpos celulares de las neuronas están organizados en grupos
llamados ganglios, que se interconectan entre sí formando las cadenas ganglionares.
Estas cadenas están presentes en todos los vertebrados, en los que representan
una parte especial del sistema nervioso relacionado en especial con la
regulación de la actividad del corazón, las glándulas y los músculos
involuntarios.
2.3
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Sistemas de los vertebrados
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Los animales vertebrados
tienen una columna vertebral y un cráneo en los que se aloja el sistema
nervioso central, mientras que el sistema nervioso periférico se extiende a
través del resto del cuerpo. La parte del sistema nervioso localizada en el
cráneo es el cerebro y la que se encuentra en la columna vertebral es la médula
espinal. El cerebro y la médula espinal se comunican por una abertura situada
en la base del cráneo y están también en contacto con las demás zonas del
organismo a través de los nervios. La distinción entre sistema nervioso central
y periférico se basa en la diferente localización de las dos partes,
íntimamente relacionadas, que constituyen el primero. Algunas de las vías de
los cuerpos neuronales conducen señales sensitivas y otras vías conducen
respuestas musculares o reflejos, como los causados por el dolor.
En la piel se encuentran
unas células especializadas, llamadas receptores, de diversos tipos, sensibles
a diferentes estímulos; captan la información (como por ejemplo, la
temperatura, la presencia de un compuesto químico, la presión sobre una zona
del cuerpo), y la transforman en una señal eléctrica que utiliza el sistema
nervioso. Las terminaciones nerviosas libres también pueden recibir estímulos:
son sensibles al dolor y son directamente activadas por éste. Estas neuronas
sensitivas, cuando son activadas mandan los impulsos hacia el sistema nervioso
central y transmiten la información a otras neuronas, llamadas neuronas
motoras, cuyos axones se extienden de nuevo hacia la periferia. Por medio de
estas últimas células, los impulsos se dirigen a las terminaciones motoras de
los músculos, los excitan y originan su contracción y el movimiento adecuado.
Así, el impulso nervioso sigue una trayectoria que empieza y acaba en la parte
periférica del cuerpo. Muchas de las acciones del sistema nervioso se pueden
explicar basándonos en estas cadenas de células nerviosas interconectadas que,
al ser estimuladas en un extremo, son capaces de ocasionar un movimiento o
secreción glandular en el otro.
2.4
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La red nerviosa
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Los nervios craneales
se extienden desde la cabeza y el cuello hasta el cerebro pasando a través de
las aberturas del cráneo; los nervios espinales o medulares están asociados con
la médula espinal y atraviesan las aberturas de la columna vertebral. Ambos
tipos de nervios se componen de un gran número de axones que transportan los
impulsos hacia el sistema nervioso central y llevan los mensajes hacia el
exterior. Las primeras vías se llaman aferentes y las últimas eferentes. En
función de la parte del cuerpo que alcanzan, a los impulsos nerviosos aferentes
se les denomina sensitivos y a los eferentes, somáticos o motores viscerales.
La mayoría de los nervios son mixtos, es decir, están constituidos por
elementos motores y sensitivos.
Los nervios craneales
y espinales aparecen por parejas y, en la especie humana, su número es 12 y 31
respectivamente. Los pares de nervios craneales se distribuyen por las regiones
de la cabeza y el cuello, con una notable excepción: el par X o nervio vago,
que además de inervar órganos situados en el cuello, alcanza otros del tórax y
el abdomen. La visión, la audición, el sentido del equilibrio y el gusto están
mediados por los pares de nervios craneales II, VIII y VII, respectivamente. De
los nervios craneales también dependen las funciones motoras de la cabeza, los
ojos, la cara, la lengua, la laringe y los músculos que funcionan en la
masticación y la deglución. Los nervios espinales salen desde las vértebras y
se distribuyen por las regiones del tronco y las extremidades. Están
interconectados, formando dos plexos: el braquial, que se dirige a las
extremidades superiores, y el lumbar que alcanza las inferiores.
2.5
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Sistema nervioso vegetativo
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Existen grupos de fibras
motoras que llevan los impulsos nerviosos a los órganos que se encuentran en
las cavidades del cuerpo, como el estómago y los intestinos (vísceras). Estas
fibras constituyen el sistema nervioso vegetativo que se divide en dos
secciones con una función más o menos antagónica y con unos puntos de origen
diferentes en el sistema nervioso central. Las fibras del sistema nervioso
vegetativo simpático se originan en la región media de la médula espinal, unen
la cadena ganglionar simpática y penetran en los nervios espinales, desde donde
se distribuyen de forma amplia por todo el cuerpo. Las fibras del sistema
nervioso vegetativo parasimpático se originan por encima y por debajo de las
simpáticas, es decir, en el cerebro y en la parte inferior de la médula
espinal. Estas dos secciones controlan las funciones de los sistemas
respiratorio, circulatorio, digestivo y urogenital.
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ALTERACIONES DEL SISTEMA NERVIOSO
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La neurología se encarga
del estudio y el tratamiento de las alteraciones del sistema nervioso y la
psiquiatría de las perturbaciones de la conducta de naturaleza funcional. La
división entre estas dos especialidades médicas no está definida con claridad debido
a que las alteraciones neurológicas muestran con frecuencia síntomas orgánicos
y mentales. Para la discusión de enfermedad mental funcional.
Las alteraciones del sistema
nervioso comprenden malformaciones genéticas, intoxicaciones, defectos
metabólicos, alteraciones vasculares, inflamaciones, degeneración y tumores, y
están relacionadas con las células nerviosas o sus elementos de sostén. Entre
las causas más comunes de la parálisis y de otras complicaciones neurológicas se
encuentran las alteraciones vasculares, tales como la hemorragia cerebral y
otras formas de apoplejía. Algunas enfermedades manifiestan una distribución
por edad y geográfica peculiar; por ejemplo, la esclerosis múltiple
degenerativa del sistema nervioso es común en las zonas templadas, pero rara en
los trópicos.
El sistema nervioso es
susceptible a las infecciones provocadas por una gran variedad de bacterias,
parásitos y virus. Por ejemplo, la meningitis o la inflamación de las meninges
(las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal) puede originarse
por numerosos agentes; sin embargo, la infección por un virus específico causa
la rabia. Algunos virus que provocan dolencias neurológicas afectan sólo a
ciertas partes del sistema nervioso; es el caso del virus que origina la
poliomielitis que suele atacar a la médula espinal; el que causa la encefalitis
afecta al cerebro.
Las inflamaciones del
sistema nervioso se denominan en función de la parte a la que afectan. Así, la
mielitis es la inflamación de la médula espinal y la neuritis la de un nervio.
Estas alteraciones pueden producirse no sólo por infecciones, sino también por
intoxicación, alcoholismo o lesiones. Los tumores que se originan en el sistema
nervioso suelen componerse de tejido meníngeo o de células de la neuroglia
(tejido de sostén), dependiendo de la parte específica que esté afectada. Sin
embargo, otros tipos de tumores pueden sufrir metástasis (propagarse) o invadir
el sistema nervioso. En ciertas alteraciones, como la neuralgia, la migraña y
la epilepsia puede no existir ninguna evidencia de daño orgánico. Otra
alteración, la parálisis cerebral, está asociada con una lesión cerebral
producida antes, durante o después del nacimiento.
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