CANCER DE PROSTATA. PERCY ZAPATA MENDO.
Cáncer de próstata
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INTRODUCCIÓN
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Cáncer
de próstata, tumor maligno de la glándula prostática. La
próstata es un órgano del tamaño de una nuez y forma de corazón de naipe
francés, con un surco medio y dos lóbulos, que se localiza por debajo de la
vejiga urinaria en los varones. Esta glándula rodea la uretra, el tubo por el
que pasa la orina, desde la vejiga urinaria hasta el pene. El cáncer de
próstata es la segunda causa de muerte por cáncer en los varones.
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FACTORES DE RIESGO
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Se desconocen los mecanismos
específicos que provocan la aparición del cáncer de próstata, pero se han
identificado algunos factores de riesgo. La incidencia aumenta con la edad, de
modo que el cáncer de próstata es excepcional antes de los 40 años y afecta
sobre todo a hombres mayores de 65 años. Es más frecuente en Norteamérica y
noroeste de Europa y menos en Sudamérica, Oriente Próximo y África. La
incidencia mundial más elevada corresponde a los hombres de raza negra, que en
Estados Unidos presentan la enfermedad con una frecuencia superior en un 37% a
los hombres blancos. Han aumentado los indicios que relacionan las dietas ricas
en grasas animales con el cáncer de próstata. Se cree que las diferencias
dietéticas podrían explicar por qué la incidencia de cáncer de próstata es 120
veces mayor en Estados Unidos que en China, donde la dieta habitual es pobre en
grasas.
Parece que ciertos alimentos
son protectores frente a esta enfermedad. Algunos estudios demuestran que los
productos basados en el tomate protegen contra el cáncer de próstata,
probablemente porque los tomates contienen abundante licopeno. El licopeno es
un antioxidante, una sustancia química que inhibe o retrasa el proceso de
oxidación celular. La oxidación celular en exceso puede resultar peligrosa para
la salud ya que produce unas moléculas denominadas radicales libres que
aumentan el riesgo de desarrollar cáncer en algunos tejidos. El consumo a largo
plazo de dosis moderadas de vitamina E, otro tipo de antioxidante, podría
bloquear el avance de los tumores prostáticos. Los factores ambientales, como
la exposición laboral al cadmio, pueden estar también relacionados con un
riesgo mayor de sufrir cáncer de próstata.
Los antecedentes familiares
también son importantes. Los hombres cuyos padres o hermanos desarrollan un
cáncer de próstata tienen más probabilidades de presentar la enfermedad. Los
investigadores están comenzando a identificar marcadores genéticos del cáncer
de próstata. Por ejemplo, parece que el gen denominado cáncer de próstata
hereditario 1 (HPC1) predispone de forma relevante a los hombres
a sufrir cáncer de próstata cuando lo heredan con una mutación.
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SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO
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El cáncer de próstata
suele avanzar lentamente y no produce síntomas en las fases iniciales. Los
signos de alarma pueden consistir en dificultad o dolor al orinar, micción
frecuente sobre todo durante la noche y sangre en la orina o en el semen. El
dolor en la zona lumbar baja, pelvis o zona superior de los muslos puede ser un
signo de que las células cancerosas se han propagado a las costillas, pelvis y
otros huesos. No obstante, todos estos síntomas pueden tener otras causas como
una infección o una hipertrofia (aumento de tamaño) prostática, que son la
consecuencia natural del proceso de envejecimiento.
Muchos médicos realizan
pruebas de detección del cáncer de próstata durante las visitas de control para
identificar la enfermedad en la fase más precoz (y con mayor probabilidad de
curación). Se realiza un tacto rectal, introduciendo un dedo enguantado por el
ano para palpar la superficie rectal interna. Si hay cáncer, el médico notará
un nódulo u otra irregularidad prostática. Otra prueba de diagnóstico precoz,
la prueba del antígeno prostático específico (PSA, en sus siglas en inglés),
mide la concentración en la sangre de una proteína denominada antígeno
prostático específico. Por lo general, si las pruebas de detección precoz
indican la presencia de un cáncer, se realiza una biopsia en la que se obtiene
una muestra de tejido de la próstata que se analiza al microscopio. La Sociedad
Americana del Cáncer recomienda realizar un tacto rectal digital y una prueba
de PSA anual en hombres de 50 años o más. Los hombres con riesgo elevado de
padecer esta enfermedad (raza negra o aquellos con antecedente familiar de
cáncer de próstata) deben consultar a su médico la necesidad de comenzar estas
pruebas anuales a una edad más temprana.
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TRATAMIENTO
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Los cánceres localizados
pueden tratarse con hormonas y quimioterapia que reducen el tamaño del tumor
prostático y suprimen su capacidad de metastatizar (diseminarse al tejido
circundante o a distancia). Ciertos medicamentos pueden ralentizar el
crecimiento del cáncer después de que se haya propagado fuera de la próstata.
En muchos casos se realiza
una prostatectomía (extirpación quirúrgica de la glándula prostática),
combinada a menudo con radioterapia. No obstante, este tipo de cirugía puede
causar impotencia e incontinencia urinaria. Otra opción es la braquiterapia
intersticial en la que se introducen en la próstata fuentes de yodo
radiactivas. La técnica, realizada bajo anestesia local, respeta el tejido
vecino sano y parece ser tan efectiva como la cirugía en pacientes con cáncer
de próstata en fase inicial.
En hombres mayores de
70 años la enfermedad suele progresar con tanta lentitud que el paciente
fallece por otra causa antes de que aparezcan los síntomas del cáncer de
próstata. Por esta razón, algunos médicos piensan que en muchos pacientes
pertenecientes a este grupo de edad se puede evitar la cirugía y otros
tratamientos siempre que se haga una revisión periódica de su estado, un
tratamiento que recibe el nombre de espera expectante.
En la actualidad se están
investigando varios tratamientos potenciales como la criocirugía, en la que las
temperaturas de congelación destruyen las células cancerosas, y la terapia
génica, que estimula las defensas del sistema inmunológico contra el cáncer.
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PRONÓSTICO
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Según la Sociedad Americana
del Cáncer, el 92% de los hombres diagnosticados de cáncer de próstata
sobreviven al menos 5 años después del diagnóstico y el 67% sobrevive diez
años. Si cuando se hace el diagnóstico el cáncer permanece localizado, la tasa
de supervivencia relativa a los 5 años es cercana al 100%. Aproximadamente el
97% de los cánceres de próstata se detectan en esta fase.
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