ALGUNAS NOCIONES SOBRE EL ABORTO. PERCY ZAPATA MENDO.
ALGUNAS NOCIONES SOBRE EL
ABORTO
Introducción
Entre
los dramas más profundos de nuestro tiempo se encuentra la pérdida del sentido trascendente de la persona humana, el olvido de su genuina dignidad y la
esclavitud de los hombres a sus propias obras y proyectos.
Por
ello la vida humana se ve amenazada de múltiples maneras. Situación que no
responde al designio de Dios Creador, ni al proyecto humano de ser hombre.
Una
manifestación de este diagnóstico es el aborto provocado y procurado, aceptando
en tantos casos a nivel legal. Se viene a consentir en la muerte injustamente de
inocentes, motivado la mayoría de las veces por comodidad, por ignorancia y
desinformación, e incluso por soledad.
Los
objetivos de este trabajo son ofertar una información básica, unos criterios
sólidos y una panorámica sobre el fenómeno del aborto provocado, su realidad
biológica, el tratamiento legal, la consideración social y sus aspectos
éticos-morales. Así se dispone de claves y de argumentaciones sobre el valor y
la dignidad de la vida humana, y con la consideración que deben merecer por
parte de las personas, las instituciones, los poderes públicos y la propia
legislación.
1. LA REALIDAD BIOLÓGICA
1.1. El comienzo de la vida
humana
a) Cada individuo tiene un comienzo
preciso: el de su concepción
Desde
que se produce la fecundación mediante la unión del espermatozoide con el
óvulo, surge un nuevo ser humano distinto de todos los que han existido,
existen y existirán.
La
biología nos enseña que los progenitores están unidos a su progenie por un
eslabón material continuo en el que el óvulo fecundado posee el programa
completo: se trata del filamento molecular del ADN.
En
cada célula reproductora este filamento, de un metro de longitud
aproximadamente, está cortado en piezas, los cromosomas, que son 23 en nuestra
especie, localizados en el núcleo celular. La genética estudia la naturaleza y
función del ADN. Todo lo que un organismo materialmente será se encuentra
escrito en su ADN.
La
vida tiene una historia muy larga, se remonta a tiempo inmemorial, pero cada
individuo tiene un comienzo preciso, el momento de su concepción. Durante la
vida de un individuo, todas las células que lo componen tienen los mismos
cromosomas, que se reunieron por vez primera en el cigoto. El ADN nuclear se convierte
en una suerte de código de barras; es la huella digital molecular de la
materialidad del cuerpo, y por tanto de la persona. Sin embargo, la vida
biológica no es los cromosomas, sino la célula en la que se encuentran, puesto
que una célula es la menor porción de materia organizada capaz de mantener y
transmitir la vida (2).
b) Patrimonio genético y sistema
inmunológico propios
A
partir de la fecundación hay un nuevo patrimonio genético, distinto del de la
madre. Y un sistema inmunológico propio, también diferente del de la madre; hay
pues una nueva vida humana, que se concreta en la progresiva realización del
nuevo individuo de la especie humana; no se da ya ningún cambio cualitativo que
permita afirmar que primero no existía un ser humano y después sí.
Este
cambio cualitativo únicamente ocurre en la fecundación y, a partir de entonces
el nuevo ser, en interacción con la madre, sólo precisa factores externos para
llegar a adulto: oxígeno, alimentación y paso del tiempo. El resto está ya
desde el principio.
No
estamos ante un ser humano potencial, sino ante una persona llena de
potencialidades que deben desarrollarse. El dinamismo biológico de todo ser
vivo comienza con la unión del espermatozoide con el óvulo. Schimmel y Crumm,
en 1994 publicaban dos fotografías impresionantes: en una se observa el momento
de la fecundación, por penetración con ayuda de una micropipeta de un
espermatozoide humano en el citoplasma del óvulo humano; en la otra, tomada 45
horas después, en pleno proceso de segmentación, se fotografía la aspiración de
una blastómera.
En
el proceso de la fecundación (3), desde el desprendimiento del óvulo del
ovario, su captación por las franjas tubáricas y la capacitación del único
espermatozoide que penetrará en la célula femenina se ha estudiado como en el
óvulo entra todo el espermatozoide y en su interior se mueve muy lentamente;
los dos pronúcleos se va acercando hacia el centro, para fusionarse las
cromatinas de ambos. El momento de la fusión de los dos pronúcleos, más que la
adhesión de las membranas del espermatozoide y del óvulo, es el acontecimiento
culminante de la fecundación, pues es entonces cuando se suman las dos cargas
genéticas. Desde que se inicia hasta que termina esta fusión de núcleos pasan
unas once horas. Después comienzan las divisiones, al principio de un modo muy
rápido, y después más asincrónico.
c) La individuación se da desde el
primer momento de la fecundación
Hasta
el momento del nacimiento se producen unas 41 generaciones celulares, y muy
pocas más tendrán lugar desde el nacimiento hasta el final de la vida.
El
embrión, ya desde su más temprana etapa de evolución, influye poderosamente en
la adecuación del organismo materno para su óptimo desarrollo, pero aunque la
intervención del organismo materno sea muy importante, no significa que su
actuación sea exclusiva y que consiga un total dominio en el desarrollo
embrionario, sino que el nuevo ser tiene una autonomía relativa y real.
La
individuación se da desde el primer momento de la fecundación. El genotipo va
dirigiendo el desarrollo, que manifiesta el fenotipo, en el que también
influyen las circunstancias externas, así se irá manifestando continuamente que
ese ser tiene la condición de individuo de la especie humana.
1.2. La vida humana es
concreta, es un continuo
A
veces se presenta el término de vida humana como una idea abstracta; pero la
realidad es que no existen más que seres humanos individuales. Una vida humana
concreta no es, no puede ser otra cosa que un ser humano. El prerrequisito para
la individuación es el paso inmediato que sigue a la concepción, minutos
después de ésta. El desarrollo humano es un continuo en el que no hay saltos
cualitativos, sino la progresiva realización del destino personal.
Lo
que, habiendo sido engendrado por el hombre, se desarrolla autónomamente hasta
tomar figura humana madura ha de ser considerado, en todo momento, como
“alguien”, y no como “algo”. Para la condición de ser personal sólo puede y
debe haber un criterio: la pertenencia biológica al género humano. De ahí que
tampoco se pueda separar el comienzo y el fin de la existencia de la persona
del comienzo y fin de la vida humana. Si existe “alguien”, existe desde que
existe un organismo humano individual, y seguirá existiendo mientras el
organismo esté vivo. El ser persona es la vida de un hombre (4)
2. ETAPAS SIGNIFICATIVAS EN
EL DESARROLLO INTRAUTERINO
2.1. No al término pre
embrión
Aceptar
el hecho de que tras la fertilización, un nuevo ser humano ha comenzado a
existir no es cuestión de gusto u opinión. Su naturaleza, desde su concepción
hasta su vejez, no es una disputa metafísica, es una simple evidencia
experimental.
En
esta continuidad del desarrollo embrionario se suelen distinguir tres periodos:
una fase de pre diferenciación, que abarca prácticamente el primer mes del
desarrollo; una fase embrionaria, que ocupa el segundo mes y posiblemente parte
del tercero, y el resto del tiempo que es el periodo fetal. Hacia la
terminación del desarrollo, en el periodo fetal, predominan los procesos de
crecimiento y aumento del tamaño de los órganos, ya formados con anterioridad
totalmente, e incluso se van adquiriendo nuevas funciones.
La
frontera entre unos y otros periodos no se puede determinar con conceptos
convencionales, pero lo que no cabe el paso de una individualidad a otra; desde
el cigoto, como la primera célula que resulta de la fusión de las células
masculina y femenina, hasta la muerte, existe biológicamente el mismo ser. Es
engañoso pretender que adquiera características de determinado periodo para
reconocerlo como humano: un ser no es una etapa, es todas las etapas por los
que pasa su vida.
La
idea de pre embrión es un concepto surgido en el Reino Unido, que abarca los 14
primeros días del desarrollo, viniendo a coincidir su terminación con la
aparición de la línea primitiva. A éste término se le ha dado una connotación
extra biológica e incluso extra científica, considerándolo como no humano.
2.2. Etapas del desarrollo
intrauterino
La
reproducción en el ser humano es sexual. Implica la formación y donación de
gametos entre dos individuos: varón y mujer. La fecundación es interna así como
el desarrollo del embrión; las crías son vivíparas, están vivas en el útero
materno y el desarrollo intrauterino esquemáticamente, sigue las siguientes
etapas:
Tras
unas primeras divisiones celulares, este ser humano recibe el nombre de mórula,
en la que pronto aparecerá una diferenciación entre las células que formarán el
embrión y las destinadas a formar la placenta.
En
el embrión de dos y cuatro células se verifica la síntesis de factores de
crecimiento: él dirige su propio desarrollo según el plan de la especie humana.
Se ha encontrado que en los primeros días de su existencia libera al medio
sustancias que afectan al endometrio (tejido uterino de implantación) para
adherirse y proseguir su crecimiento, mostrando que también se comunica
bioquímicamente con su madre.
Surge
después el blastocito, que anidará en la pared del útero de su madre. A
continuación se van diferenciando sus órganos durante todo el periodo
embrionario, al tiempo que la placenta se desarrolla plenamente. El comienzo
del desarrollo del ser humano sucede entre los 17 - 20 días después de la
fecundación.
La
activación del ovocito se ha descrito como una verdadera “explosión de vida”,
un despertar celular que pone en juego una serie de eventos concatenados que
dirigen al cigoto a la división y diferenciación aumentando su complejidad.
Esta explosión de vida se pone de manifiesto en el hecho de que la
supervivencia del embrión es mayor en comparación con las células que le dieron
origen, aún bajo condiciones de congelación.
El
embrión, que ya se denomina feto, y continúa su crecimiento mientras se produce
la maduración funcional de sus órganos hasta que, en un momento dado, nacerá y
se llama neonato.
El
desarrollo de los distintos órganos con la consiguiente división de funciones
se realiza de un modo suave, perfectamente acoplado.
A
las dos semanas de la fecundación se inicia el desarrollo del sistema nervioso.
A
las tres semanas de vida comienza a diferenciarse el cerebro, aparecen esbozos
de lo que serán las piernas y los brazos, y se puede comprobar cómo late el
corazón y circula la sangre.
A
las cuatro semanas ya empiezan a formarse los ojos.
En
la semana sexta, la cabeza prácticamente tiene la forma definitiva, el cerebro
está muy desarrollado, y se puede hacer al embrión un electroencefalograma, que
detecta la actividad eléctrica de su cerebro; comienzan a formarse manos y
pies; aparecen, cumplidos los cincuenta días, las huellas dactilares, las que
permanecen para toda su vida, y que diferenciarán a este ser de millones de sus
semejantes. Los labios se abren y se cierran.
A
las ocho semanas, el estómago comienza la secreción gástrica; también aparecen
las uñas, y en realidad todos los sistemas del cuerpo están funcionando; mide
el feto unos cuatro centímetros y pesa unos cuatro gramos.
2.3. ¿Es problema la
gemelación?
Como
explican los profesores Velayos y Santamaría, ese ser, vivo y autónomo, tiene
la condición de individuo de la especie humana. Se ha argumentado contra esta
realidad el hecho de la posible formación de gemelos, al menos en las primeras
fases del desarrollo, diciendo que un individuo humano no lo es si se puede
dividir, con lo que se confunde individualidad con indivisibilidad.
El
problema de los gemelos no es tal: significa que el comienzo de la vida del
hermano gemelo se hace por desprendimiento de un grupo de células de su
hermano, lo cual es cierto, pero lo único que cabe afirmar es que también en la
especie humana, al igual que en otras especies animales y vegetales, se da la
posibilidad de una generación distinta a la fecundación, por escisión.
La
diferencia con otras especies estribaría en que en el hombre, esta posibilidad
queda limitada a etapas muy iniciales del desarrollo, mientras que en otros
seres vivos se mantiene en la vida adulta.
También
se podría interpretar el fenómeno de la gemelación como la manifestación
externa de la presencia ya desde el principio de dos hermanos que comparten un
mismo hábitat físico hasta que sucede la separación gemelar, si bien esta
posibilidad es teórica y difícil de ser demostrada.
En
todo caso, siempre habrá una individualidad con una potencialidad de
divisibilidad cada vez menor, lo que no invalida el que en todo momento, antes
y después de una división con separación de células, se pueda hablar de
individuo/individuos.
3. DESARROLLO EXTRAUTERINO
Hay
cambios que no se producirán más que después de nacer. La primera dentición se
da a los seis meses, y la salida de los dientes definitivos suele ocurrir a los
siete años, y las últimas muelas no salen hasta bien avanzada la edad adulta.
Orgánicamente,
sin saltos cualitativos, el neonato se hace niño, y el niño, tras la pubertad,
adolescente. La pubertad, con todos sus cambios anatómicos y fisiológicos,
acaece en la segunda década de la vida, donde aparece también la capacidad
reproductora.
El
adolescente pasa a joven, el joven a adulto y el adulto a anciano.
Estos
son los nombres que distinguen las etapas de la vida de un solo ser que surgió
con la fecundación y que será el mismo hasta que muera, aunque su apariencia
externa, varíe de una a otra fase, con sus etapas evolutivas e involutivas.
4. ¿QUÉ ES EL ABORTO?
La
Medicina entiende por aborto toda expulsión del feto, natural o provocada, en
el periodo no viable de su vida intrauterina, es decir, cuando no tiene ninguna
posibilidad de sobrevivir. Si esa expulsión del feto se realiza en periodo
viable pero antes del término del embarazo, se denomina parto prematuro, tanto
si el feto sobrevive como si muere.
El
Derecho considera aborto la muerte del feto mediante su destrucción mientras
depende del claustro materno o por su expulsión prematuramente provocada para
que muera, tanto si no es viable como si lo es.
En
el lenguaje corriente, aborto es la muerte del feto por su expulsión natural o
provocada, en cualquier momento de su vida intrauterina. Es la acepción que
emplearemos en este libro.
4.1. Aborto espontáneo y
procurado
El
aborto puede ser espontáneo o provocado. El espontáneo se produce bien porque
surge la muerte intrauterinamente, o bien porque causas diversas motivan la
expulsión del nuevo ser al exterior, donde fallece dada su falta de capacidad
para vivir fuera del vientre de su madre.
Si
el aborto es provocado, se realiza matando al hijo en el seno materno o
forzando artificialmente su expulsión para que muera al exterior.
4.2. Métodos habituales en
la práctica del aborto
El
aborto provocado tiene por objeto la destrucción del hijo en desarrollo en el
seno materno, o su expulsión prematura para que muera.
Los
métodos para lograr este abominable objetivo se eligen atendiendo a los medios
de que se disponga y a la edad del feto que hay que suprimir. Los más
utilizados son: aspiración, legrado, histerectomía, inducción de contracciones
e inyección intra amniótica.
También
existen los preparados farmacéuticos que, con apariencia de medicamento, se emplean
para lograr el aborto.
Generalmente
los métodos se utilizan sólo en los primeros meses del embarazo, ya que el hijo
crece y se desarrolla muy rápidamente, y después tanto la trituración como la
expulsión se hace muy difícil para quien realiza el aborto y muy peligrosa para
la madre.
Como
es fácil de comprender en todo tipo de aborto, existe además para la madre, el
riesgo de infecciones, de perforación uterina y que a las hemorragias se una la
lesión de órganos abdominales. Aunque ninguna de estas alteraciones sea muy
frecuente, si queda también el peligro de que estas manipulaciones incidan
negativamente en el desarrollo de embarazos posteriores.
Mucho
más significativo es el alto riesgo de alteraciones psíquicas que aparecen bien
directamente o bien tardía en la persona que ha abortado, en último término,
por la intuición humana de que se ha realizado un crimen contra la vida de un
inocente indefenso, algo que jamás puede justificarse.
a) Aborto por aspiración
Consiste
en la dilatación del cuello uterino, con el instrumental adecuado para realizar
esta función, para que por él pueda caber un tubo que va conectado a un potente
aspirador. La fuerza de la succión arrastra al embrión y al resto del contenido
uterino, todo deshecho en pequeños trozos. Una vez terminada la operación de
succión se suele realizar un legrado para obtener la certeza que el útero ha
quedado bien vacío.
Se
utiliza este procedimiento cuando el embarazo es de menos de diez o doce
semanas.
b) Método de legrado
El
legrado o raspado, también llamado “curetaje”, es el método más empleado. Se
comienza por dilatar convenientemente el cuello del útero, que sólo puede
hacerse bajo anestesia. Después se introduce en el útero una especie de
cucharilla de bordes cortantes, llamada legra o “cureta”, que trocea bien a la
placenta y al hijo al ser conducida de arriba abajo por toda la cavidad del
útero. Los trozos así obtenidos se extraen con la misma legra.
Se
suele practicar el legrado sobre todo en los tres o cuatro primeros meses de la
vida del hijo. Si el embarazo ha superado las doce semanas, las dificultades
aumentan y hay que triturar muy bien el cuerpo del feto para sacarlo al
exterior. A veces, pueden quedar grandes restos en el interior del útero, por ejemplo,
la cabeza, y por eso el abortador debe identificar cuidadosamente todos los
restos extraídos para asegurarse de que no ha quedado nada dentro de la madre.
c) Método de la
histerectomía o mini cesárea
Consiste
en practicar una incisión en el útero a través del abdomen materno para extraer
por ella al hijo y la placenta. Se suele emplear este método a partir de las
veinte semanas del embarazo.
Habitualmente
se extraen niños vivos, pero que mueren después ya que generalmente no son
viables hasta la semana veintiocho.
d) Aborto por inducción de
contracciones
En
este método se provoca la expulsión del feto y de la placenta mediante la
administración a la madre, por diversas vías, de sustancias que provocan
contracciones semejantes a las de un parto, como por ejemplo, prostaglandinas,
la oxitocina. Estas contracciones provocan la dilatación del cuello uterino, y
la bolsa en que está el hijo, se desprende de las paredes del útero.
e) Método de la inyección
intra amniótica
Se
inyecta una solución salina hipertónica –o una solución de urea en el líquido
amniótico a través del abdomen de la madre. Estas soluciones irritantes
provocan contracciones similares a las del parto, y tras la inyección, con un
intervalo de uno o de dos días, el hijo y la placenta suelen ser expulsados al
exterior. Con frecuencia, después se realiza un legrado, para asegurarse de la
expulsión de la placenta.
Para
que este método sea eficaz, el embarazo debe ser de cierto tiempo, de más de
cuatro meses.
Además
de la expulsión, estas soluciones son irritantes para el feto, que no sólo se
envenena, sino que además le produce quemaduras extensas. El feto muere con
toda seguridad.
f) Utilización de píldoras
abortivas
Tanto
los estrógenos como los prostágenos pueden recetarse para diversos trastornos
ginecológicos. Una de las indicaciones de estas píldoras combinadas (estrógenos/prostágenos)
y de las píldoras únicamente prostágenas es la anticoncepción.
Existen
cuatro mecanismos identificados mediante los cuales pueden ejercer su efecto: inhibir
de la ovulación; evitar la implantación endometrial del óvulo fecundado;
alterar de la consistencia del moco cervical, inhibiendo la movilidad del
espermio, y disminuir de la motilidad de la trompa de Falopio (5).
Uno
o más de los cuatro mecanismos predominan al impedir el curso del embarazo,
según el tipo de píldora utilizada.
Las
principales que se utilizan son:
1. Las píldoras anticonceptivas
combinadas
Las
píldoras anticonceptivas combinadas, como ya se ha indicado, han sido
consideradas como inhibidoras de la ovulación, y existen indicios que prueban
que las más antiguas fórmulas de dosis elevadas hacían exactamente eso.
Actualmente la composición son estrógenos en baja dosis, encaminadas a
minimizar los efectos secundarios, y lo que se produce es la ovulación-ruptura,
por lo que se conjetura que el mecanismo endometrial se activa más lentamente
si se produce la concepción, al impedir el embarazo en curso. Generalmente
inhiben bien la ovulación, y si no lo
hacen, el endometrio no está tan atrófico para que no se implante la gestación.
2. Las píldoras únicamente prostágenas
o mini píldoras
Están
destinadas, principalmente a aquellas mujeres en las que están contraindicados
los estrógenos. Con su empleo la ovulación se produce en alto grado, algunas
fuentes señalan el 60%85%. En tales casos, el modo de actuar depende del efecto
prostágeno tanto sobre el endometrio como sobre el moco cervical. Se activa el
mecanismo que vuelve poco receptivo el endometrio a la implantación, y así
impide el embarazo.
Se
han realizado estudios estadísticos dando la conclusión de un aborto químico
por cada 88 ciclos menstruales para una mujer que sistemáticamente tome la
píldora combinada. Es decir, un aborto cada siete años.
g) Utilización de
prostágenos inyectables
Actúan
sobre el principio del mecanismo prostágeno, que comprende la interferencia en
la ovulación, el moco cervical y la implantación endometrial. La evidencia
clínica indica que el grado de ovulación con este sistema es muy bajo, pero
será operativo en algún grado como se muestra por la tasa de embarazos
descubiertos en un 0.3% por cien mujeres y año.
Norplant
es un sistema de implante de modo subcutáneo, cuya función es originar la
supresión del crecimiento del endometrio.
La
efectividad de estos métodos, intentado muchas veces, sólo se ha conseguido en
parte con la RU486 (anti progesterona del cuerpo lúteo) y la denominada píldora
del día después (estrógenos y prostágenos a altas dosis).
h) Píldora RU486
La
RU486 es un compuesto, Mifepristone, que inhibe la función de la progesterona
bloqueando su acción, por ser un antagonista de sus receptores. Es además, un
potente anti glucocorticoide, cuyo mecanismo de acción afecta al endometrio al
que modifica e involuciona, al miometrio –aumentando sus contracciones, al
cuello uterino –relajando el cérvix y dilatando su orificio y a la placenta
–anula su función en el proceso de formación, con lo que se produce la muerte
del embrión al privarle de las sustancias nutritivas.
En
síntesis, y en combinación con algunas prostaglandinas, tiene un potente efecto
abortivo. Su administración se realiza en época muy temprana del embarazo,
antes de la sexta semana de la vida del hijo, por lo tanto, antes de que se
produzca la segunda falta de la regla de la madre, 48 horas después de
administrarse se produce una menstruación con la expulsión del embrión. También
puede ser utilizada como coadyuvante en abortos de embarazos del segundo trimestre,
y tiene otras aplicaciones relacionadas con estos campos. Puede utilizarse
tanto por vía vaginal como oral y su eficacia para conseguir el efecto abortivo
es de un 96%; a veces, se ha practicar después un legrado para consumar este
tipo de aborto.
Tiene
además efectos secundarios, desde dolores abdominales, náusea y diarreas, hasta
graves hemorragias uterinas, que pueden producirse entre una o dos semanas después
del uso del abortivo, y que puede prologarse durante unos quince días (6).
Últimamente se está prodigando el uso de Metothrexate IM a dosis única, para
“reabsorber” el embrión y el Misoprostol –prostaglandina usada como protector gástrico
para inducir contracciones, dilatar el cuello uterino y expulsar el embrión.
i) La píldora del día
después
La
comercialización, con receta médica, de la píldora de emergencia, también
conocida como píldora postcoital o del día después, está generando un debate
similar al que en su día protagonizó la RU486, aprobada en España en el 2000, y
que se suministra en hospitales y clínicas autorizadas, baja estricta
supervisión médica.
A
diferencia de las anteriores, utilizadas con este fin, en su composición se han
eliminado los estrógenos y su fórmula básicamente es un gestágeno, el
LevoNorgestrel, más eficaz y con menos efectos secundarios como vómitos, náusea
y tensión mamaria. O también, como ya hemos dicho, estrógenos y prostágenos a
altas dosis, como Neogynona o Eugynon. Se emplean durante tres días.
Actúa
sobre el sistema hormonal femenino: retrasa la ovulación, por lo que puede
impedir la fecundación; impide la implantación del óvulo fecundado en la
matriz, cambia la movilidad de las trompas de Falopio y hace que los
espermatozoides vayan más despacio. Según The Lancet, su eficacia llega, sobre
un 100% de fecundaciones producidas al 85%, si es que llega a darse su
fecundación. Es un producto anticonceptivo y abortivo, si falla su efecto
contra la fecundación.
Al
entorpecer la implantación volviendo hostil la pared del endometrio a su
implantación e impidiendo así el vínculo con la corriente sanguínea ricamente
nutritiva de la madre. La consecuencia es la expulsión prematura y artificialmente
inducida del embrión recién concebido.
Se
le quiere dar un carácter de fármaco porque sus efectos secundarios, como ya
hemos indicado y por lo que hasta ahora se conoce, son muy inferiores a los de
otros anticonceptivos orales, pero esto es un error terminológico, ya que este
producto ni cura ni previene ninguna enfermedad, pues el embarazo no es ninguna
falta de salud.
Los
embarazos de alto riesgo son otras cuestiones muy minoritarias. En este aspecto
el Dr. Ángel García, secretario del Colegio de Médicos de Asturias, ha puesto
de manifiesto como no es un problema nuevo el que los médicos no quieran
recetarla. A lo largo de la historia ha habido médicos que se rebelaron contra
sociedades y gobiernos que les exigían hacer lo que no debían. Todavía hoy
Amnistía Internacional denuncia el encarcelamiento de algunos que no han querido
colaborar con el correspondiente régimen despótico para hacer fechorías en los
cuerpos de los hombres.
No
se trata de razones religiosas, indicará este profesional, ni de cuestiones de
conciencia, para que hayan de recurrir a la objeción de conciencia –con las
posibles represalias laborales, aislamientos o al menos significación dentro
del grupo en el ejercicio de la actividad clínica. Lo lógico es que este tipo
de productos, como ocurre con los preservativos, se ofrezca sin recurrir al
médico, si es que efectivamente hay una demanda tal que la sociedad los desea
como útiles.
Hay
una serie de actividades, algunas relacionadas directamente con los actos
fallidos del amor, como la anticoncepción, el aborto, la esterilización no
terapéutica y otras que no son actos médicos, aunque tengan por objeto el
cuerpo humano. El juramento de Hipócrates: “Y no daré ninguna droga letal a
nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a
ninguna mujer daré pesario abortivo”, tiene un valor universal y sigue tan vivo
como hace veinticinco siglos, porque tiene valor eterno, aunque haya lugares y
épocas que no lo reconozcan.
j) Dispositivos
intrauterinos
Es
una técnica más de contracepción, tanto normal como de emergencia que, en este
segundo caso, pretende utilizar medios para abortar, en un tiempo muy breve,
después del acto sexual que se presume fecundante.
La
inserción de la espiral o DIU se emplea en el caso en el que hayan transcurrido
más de 72 horas de la relación sexual, presumiblemente fecundante, porque la
espiral ejerce su efecto hasta los 57 días después de la ovulación, o bien si
existe alguna contraindicación para el uso masivo de estrógenos o de
estroprostágenos.
Son
de distintos tipos: de polietileno y cobre, algunos de ellos con un núcleo de
plata y otros impregnados de componentes hormonales, que se introducen en el
útero. Todos ellos originan una reacción inflamatoria local, implicando cambios
químicos y celulares que dificultan la implantación.
Al
insertar el DIU el endometrio se torna inhóspito, debido a la inflamación
ocasionada por la presencia de un cuerpo extraño que acumula líquido y engrosa
el endometrio y no permite la implantación del posible embrión formado. Entre
los efectos colaterales de la inserción de la espiral se dan calambres uterinos,
metrorragias e incremento de la enfermedad pélvica inflamatoria.
La
espiral no impide la ovulación o la concepción, sino que más bien neutraliza la
implantación del embrión recién concebido. Este rechazo bioquímico imposibilita
la nutrición en curso y el embrión se pierde en el posterior flujo menstrual.
Más que anticonceptiva, es una acción abortiva. (7)
k) La eliminación de
embriones es una forma de aborto
El
Consejo Pontificio para la Familia el 12VII2000, en respuesta a las numerosas
consultas que este organismo había recibido sobre la “reducción embrional” ha
declarado que esta eliminación de embriones es una forma de aborto A
continuación, se resumen sus declaraciones.
1. Embarazos múltiples
En
la actualidad son menos comunes los casos de embarazo múltiple, es decir, las
situaciones en las que el seno materno alberga muchos embriones. De todos
modos, siguen produciéndose, y su causa es bien la estimulación de los ovarios
en caso de inefabilidad, o bien por el recurso de la fecundación artificial. Muchas
veces, la falta de pericia en la aplicación de estas técnicas e ya un peligro
para la vida de la madre como para los hijos concebidos.
Por
lo que se refiere a los embarazos múltiples, algunos afirman que no pueden
llegar a su fin, ya sea por la muerte espontánea de los embriones en el útero,
ya sea por el nacimiento prematuro de los fetos sin esperanza de vida. Además,
en caso de que todos los nascituros lleguen al parto, la dificultad obstétrica
es grande.
Por
estas argumentaciones, se llega a concluir que se podría justificar la
selección y eliminación de algunos embriones para salvar a los demás, o al
menos, a uno de ellos. Y así se ha introducido la técnica llamada “reducción
embrionaria”.
2. El embrión es persona
Pero
como todo embrión tiene que ser considerado y tratado como persona humana en el
respeto de su dignidad eminente, como se afirma en Donum vitae, I, 1, debe reconocerse
al nascituro desde el primer momento de su concepción todos los derechos
humanos fundamentales y, en primer lugar, el derecho a la vida, que no puede
ser violado de ningún modo. Más allá de toda confusión y ambigüedad, se debe
afirmar por tanto que la reducción embrionaria constituye un aborto selectivo,
porque elimina directa y voluntariamente un ser humano inocente. Ya sea querida
como fin o como medio, en ambos casos, la reducción embrionaria es siempre un
desorden moral grave.
3. Nunca es lícito provocar la muerte
de manera voluntaria
Se
trata de una verdad a la que se puede llegar con la simple razón, el carácter
ilícito de este comportamiento constituye una norma válida para todos los
hombres. La prohibición moral sigue en pie incluso cuando seguir con el
embarazo implique un riesgo para la vida o la salud de la madre y de los demás
hermanos gemelos. No es lícito hacer el mal ni siquiera para alcanzar un bien.
No puede justificarse ni en virtud del principio del llamado mal menor ni tampoco
por el principio conocido con el nombre de “doble efecto”.
Tampoco
hay que minusvalorar la posibilidad de que la adopción de la técnica de la
reducción de embriones lleve a una mentalidad eugenésica, en virtud de la cual,
a través de técnicas de diagnóstico prenatal, se llegue a medir el valor de una
vida humana únicamente según parámetros de normalidad y de bienestar físico, a
la luz de un concepto reductivo de “calidad de vida”.
De
todos modos, si bien forma parte de los límites humanos tener que asistir en
ocasiones de manera impotente a la muerte prematura de criaturas inocentes, nunca
podrá ser moralmente lícito provocar la muerte de manera voluntaria.
Este
tipo de aborto por reducción embrionaria, aunque no sea frecuente a causa de embarazos
múltiples si lo es cuando se realiza la clonación de embriones humanos con fines
terapéuticos, tal como ya ha sido legalizado por el Parlamento británico, el 2001.
A
este respecto, el semanario Die Zeit (2001), ha publicado un amplio artículo
del catedrático emérito de Filosofía Robert Spaemann en donde afirma que la
objeción ética de esta técnica es clara pues se trata de una violación de la
dignidad humana, al considerar a las personas humanas como medios al servicio
de los fines de otras personas. Hace alusión al Tribunal Constitucional alemán
que, en su jurisprudencia permanente, sigue el principio establecido por él
mismo hace dos décadas: “Allí donde existe vida humana, le corresponde dignidad
humana; lo decisivo no es que el portador es consciente de dicha dignidad ni
sea capaz de preservarla. Las capacidades potenciales inherentes al ser humano
son suficientes para fundamentar la dignidad humana”.
Notas bibliográficas:
1.
Fue empleada esta expresión en la Jornada de la vida del 4.II.2001
2.
Bosch, Margarita “¿Cuándo ganamos el derecho a la vida?” ISTMO, núm 251, 2000,
3637
3.
cfr. J.L. Velayos y L. Santamaría en “Consideraciones en torno al comienzo de
la vida humana”, Cuadernos de Bioética Vol.VII, nº 25, 1ª, 1996, 19
4.
Spaemann, R. “Personas, Acerca de la distinción entre “algo” y “alguien”,
Eunsa, 2000, 236
5.
Patric McCrystal “¿Qué clase de receta? El dilema ético de los fármacos
abortivos” Cuadernos de Bioética Vol. VII, nº 27 3ª 1996, 352358
6.
Para una ampliación del tema cfr. Pastor, Luis Miguel “RU 486”, Cuadernos de
Bioética, Vol, nº 41, 1ª 2000, 5663
7.
Deseo expresar mi agradecimiento a la médico ginecólogo Esperanza Reynal por la
ayuda prestada en la elaboración técnica de este apartado.
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