BULIMIA. PERCY ZAPATA MENDO.

Bulimia nerviosa
La bulimia nerviosa es un trastorno alimenticio que consiste en darse frecuentes atracones de comida; es decir, ingerir grandes cantidades de comida de una sola vez, más allá de tener o no hambre. Durante el atracón, la persona siente que no tiene control sobre la comida y que no puede parar de comer. Aquellos que sufren de este trastorno pueden desarrollar estrategias para controlar su peso, como purgarse (vomitar). También pueden abusar de los laxantes, supositorios, enemas o diuréticos o pueden realizar ayunos prolongados, o hacer ejercicios físicos intensos.
Muchas personas con bulimia también presentan algunos síntomas de anorexia nerviosa. Tanto en la bulimia como en la anorexia, la persona puede mostrarse preocupada por su peso y estar muy acomplejada por el tamaño y forma de su cuerpo.
La típica persona con bulimia es adolescente, y a menudo comienza entre los 15 y 20 años y entre el 85 y el 90 por ciento son mujeres. Esta condición afecta a un 4 por ciento de las mujeres en algún momento de sus vidas. Sin embargo, la bulimia puede presentarse en los hombres generalmente sin recurrir a los purgantes. También ocurre en niños pequeños y adultos mayores.
Las personas con bulimia pueden comer grandes cantidades de comida, a veces hasta 20.000 calorías de una sola vez. Los alimentos que se ingieren en los atracones tienden a ser comidas “reconfortantes” que son dulces o saladas, blandas y suaves. Algunos ejemplos son los helados, los pasteles y las masas dulces. Las personas con bulimia pueden darse atracones algunas veces por semana o tan a menudo como varias veces en un mismo día. Aunque las personas con bulimia temen engordar y algunas tienen un bajo peso o sobrepeso extremos, la mayoría tiene un peso normal o un leve sobrepeso.
Al igual que la anorexia, la bulimia es perjudicial para la salud. Puede conducir a la deshidratación al purgarse, causar problemas gastrointestinales crónicos debido al uso de laxantes y caries por los vómitos excesivos. Durante su fase más destructiva, la bulimia puede causar latidos cardiacos irregulares, daño cardiaco permanente y hasta la muerte.
Las personas con bulimia usualmente se sienten avergonzadas de su comportamiento con los atracones de comida y los purgantes. Ya que a menudo las personas con bulimia tienen problemas para controlar sus impulsos, algunos sufren de comportamientos adictivos. A menudo también experimentan una gran depresión, ansiedad, pánico o fobia social.
Este trastorno está presente en las familias. Por eso, se presume que la bulimia está ligada a la herencia genética. Sin embargo, se desconoce la causa específica que la provoca. La mayoría de los especialistas creen que las vías cerebrales que controlan el apetito están comprometidas en este trastorno.
Síntomas
Los síntomas de la bulimia incluyen:
  • preocupación extrema por el peso y la forma del cuerpo
  • ingesta de grandes cantidades de comida en un breve periodo (darse atracones de comida) generalmente a escondidas
  • atracones de comida seguidos de vómitos autoinducidos, uso de medicamentos (laxantes, diuréticos, enemas o supositorios) ayunos, dietas restringidas en calorías o ejercicio físico excesivo.
La bulimia puede causar:
  • apatía, poca concentración
  • erosión dental y caries
  • dolor de garganta constante
  • debilidad muscular
  • dolor de huesos al hacer ejercicios físicos
  • baja presión arterial
  • latidos cardiacos irregulares
  • glándulas salivales inflamadas
  • constipación u otros problemas intestinales
  • problemas gastrointestinales, como hinchazón abdominal, acidez o reflujo ácido
  • problemas de fertilidad
Diagnóstico
La característica principal de este trastorno es la preocupación con el peso e imagen del cuerpo. El manual de diagnóstico psiquiátrico establece el criterio para realizar un diagnóstico de la bulimia aguda con atracones de comida por lo menos dos veces por día durante tres meses, junto a comportamientos  como el uso de  purgantes, ejercicio físico y dieta excesiva. Sin embargo no es necesario que todas estas características estén presentes para buscar ayuda. Visite a un médico si se siente preocupado por sus pensamientos y comportamientos relacionados con la comida y su peso corporal.
Su médico le preguntará sobre su historia clínica y le realizará un examen médico para verificar su salud general. Quizá le solicite también análisis de sangre para revisar los problemas asociados con los vómitos o el uso de laxantes.
Su médico también investigara si usted presenta un trastorno psicológico, como trastorno compulsivo obsesivo o un trastorno de ansiedad o de estado de ánimo.
Duración
La bulimia puede durar un breve periodo o puede continuar durante años. Alrededor del 25% de las personas que padecen de bulimia pueden mejorarse sin recurrir a un tratamiento. Sin tratamiento, más de la mitad de los pacientes con bulimia mejoran.
Pero aún después de un tratamiento exitoso, la bulimia puede regresar. La frecuencia y severidad con la que se presenta la bulimia puede variar notablemente.
Prevención
No existe una manera de prevenir la bulimia. El tratamiento puede resultar más fácil si el problema se detecta en una etapa temprana.
Tratamiento
Un trastorno alimenticio es una combinación compleja de problemas físicos y emocionales. Por eso, los proveedores de la salud tratan de organizar un tratamiento que pueda tratar estos problemas de manera integral.
Los objetivos del tratamiento son:
  • ayudar al paciente al lograr sus objetivos
  • reducir o eliminar los atracones de comida y los purgantes
  • tratar toda complicación física
  • brindar educación y motivar al paciente para que restablezca un método de ingesta saludable
  • ayudar a que el paciente entienda y cambie su patrón de pensamiento alterado relacionado con este trastorno
  • identificar y tratar todo trastorno psicológico asociado con este trastorno (por ejemplo depresión o ansiedad)
  • estimular y desarrollar el apoyo familiar
  • prevenir una recaída
El tratamiento incluye asesoramiento nutricional, psicológico y medicación con antidepresivos. A menudo resulta muy útil combinar algunos de estos enfoques. Siempre que no haya peligro grave de salud, se debería estimular a la persona que padece de bulimia para que restablezca sus objetivos personales.
El asesoramiento nutricional usualmente incluye desarrollar un plan alimenticio y aprender a reconocer las señales del cuerpo y los impulsos por los atracones de comida y los purgantes.
La psicoterapia tiene como objetivo ayudar a las personas con bulimia a mejorar su imagen corporal, entender y lidiar con las emociones, modificar sus comportamientos obsesivo-compulsivos relacionados con la comida, y lograr comportamientos alimenticios saludables. La terapia de comportamiento cognitivo (TCC) es el enfoque más estudiado y se cree que el más eficaz. La psicoterapia grupal y familiar también puede resultar útil. En la práctica, los especialistas tienden a combinar los elementos de la terapia de comportamiento cognitivo y la terapia psicodinámica. Los grupos de autoayuda y actividades guiadas por un profesional de la salud pueden también resultar buenos complementos para un plan de tratamiento.
Con o sin psicoterapia, la medicación puede reducir los impulsos por los atracones de comida y los purgantes. La fluoxetina (Prozac) se ha estudiado con frecuencia y es eficaz al igual que la sertralina (Zoloft). Las personas que sufren de bulimia pueden necesitar dosis más altas de las que se usan para la depresión. Dado que los trastornos de ansiedad y estados de ánimo están a menudo presentes en la bulimia, la medicación puede estar específicamente dirigida a tratar estos trastornos.
Pronóstico
Muchas personas con bulimia se recuperaran especialmente si la condición se descubre en una etapa temprana. En los estudios de seguimiento de largo plazo, en el 70 por ciento de las personas que padecen de este trastorno los síntomas de la bulimia desaparecen por completo. Algunos continúan luchando con los problemas alimenticios de varios niveles de severidad. El tratamiento ayuda a la posibilidad de lograr una mejoría. Hay un mejor pronóstico si la enfermedad se presenta en la adolescencia. El pronóstico no es bueno si la persona tiene otros problemas psiquiátricos, como trastorno obsesivo-compulsivo, problema de estados de ánimo o trastornos de la personalidad.

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