CÁNCER COLORRECTAL. PERCY ZAPATA MENDO.
CÁNCER
COLORRECTAL
El
cáncer colorrectal es un tipo de crecimiento no controlado de células anormales
que pueden desarrollarse en el colon, en el recto o en ambos. El colon y el
recto juntos forman el intestino grueso (también llamado colon). El intestino
grueso transporta los restos de los alimentos digeridos desde el intestino
delgado y los elimina como desechos a través del ano.
Los
tumores colorrectales comienzan a menudo como crecimientos pequeños (pólipos)
en el interior del intestino grueso. Los pólipos que no se extraen pueden
finalmente volverse cancerosos, atravesar la pared del colon o del recto, y
propagarse hacia otras áreas.
Factores de riesgo:
Cuanto
más envejece, más probabilidades tiene de contraer cáncer colorrectal. Otros
factores que aumentan el riesgo de contraer cáncer colorrectal incluyen:
- Antecedentes
familiares: La
herencia puede jugar un papel importante en hasta el 10% de todos los
casos de cáncer colorrectal. Los defectos genéticos han sido relacionados
con una cantidad de síndromes de cáncer que se presentan en las familias.
Esto hace que los miembros de la familia sean más propensos a formar
pólipos y a desarrollar cáncer colorrectal. Tan fuerte es la asociación
entre el desarrollo de cáncer y su transmisión a través de la herencia en
ciertas familias, que a veces se considera la posibilidad de extraer el
colon preventivamente.
- Antecedentes
personales de la enfermedad: Si
alguna vez le diagnosticaron cáncer de colón, tiene más probabilidad de
desarrollar la enfermedad nuevamente.
- Antecedentes
personales de pólipos adenomatosos: Si
alguna vez tuvo pólipos, este factor aumenta el riesgo del cáncer
colorrectal.
- Enfermedad
inflamatoria intestinal: (colitis
ulcerosa crónica, enfermedad de Crohn). Cuánto más tiempo esté inflamado
el colon y más grave sea la inflamación, mayor es el riesgo de contraer
cáncer.
- Mala dieta: Las dietas bajas en fibras y altas
en grasas, especialmente grasas saturadas, pueden incrementar el riesgo de
cáncer colorrectal.
- Vida
sedentaria: El
riesgo de contraer cáncer de colon entre las personas que realizan
ejercicios regularmente se reduce a la mitad. Incluso la caminata rápida
puede reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad.
- Origen
racial y étnico: Los
diferentes grupos raciales y étnicos en Estados Unidos tienen índices muy
distintos de cáncer colorrectal. Los nativos de Alaska son más propensos a
contraer la enfermedad mientras que los hispanos y filipinos tienen menos
probabilidades. Las personas de raza blanca y los afroamericanos se ubican
en un punto intermedio.
Síntomas
Los
pólipos precancerosos y el cáncer colorrectal temprano por lo general no
producen síntomas. El cáncer más avanzado puede producir algunos de los siguientes
síntomas:
- cambio en
los hábitos intestinales (mayor o menor frecuencia, sensación de que el
intestino no se vació completamente)
- diarrea o
constipación
- sangre en la
materia fecal o heces (color rojo brillante, negro o muy oscuro)
- materia
fecal o heces estrechas (casi del tamaño de un lápiz)
- distensión
(hinchazón), saciedad (sensación de estar lleno) y calambres estomacales
- dolores
frecuentes por gases
- sensación de
que el intestino no se vacía completamente
- pérdida de
peso sin llevar dieta
- cansancio
continuo
Diagnóstico
Generalmente,
los médicos diagnostican el cáncer colorrectal mediante una sigmoidoscopía o
colonoscopía. En estas pruebas, el médico introduce un tubo de observación
flexible en el recto y el colon para buscar pólipos o masas cancerosas. Es
posible que le realicen una prueba llamada enema de bario, en la cual se
introduce un líquido con una sustancia llamada bario dentro del recto y se
toman radiografías. El bario ayuda detectar anormalidades en las radiografías.
Estas pruebas brindan información acerca del tamaño y la localización del
cáncer.
A
veces, en una tomografía computada (TC) se pueden ver anormalidades del colon,
lo que finalmente lleva a un diagnóstico de cáncer de colon. Los estudios más
recientes han evaluado una muestra de la materia fecal y las células eliminadas
en ella en busca de defectos genéticos específicos que puedan asociarse con el
cáncer de colon. La evaluación de la materia fecal en busca de la presencia de
sangre, si bien es fácil de hacer, no es específica para el diagnóstico
del cáncer de colon, y nunca debe utilizarse como la única prueba para ayudar a
determinar si un paciente tiene cáncer de colon.
A
veces, si el cáncer se propaga fuera del colon o del recto, podría necesitar
una biopsia de esa área. En una biopsia, el médico o un cirujano extrae (quita)
una pequeña parte de tejido que se examina en el laboratorio.
Otras
pruebas que se pueden hacer incluyen:
- tomografía
computada abdominal TC
- ultrasonido
endorrectal con el cáncer del recto
- examen
físico completo y radiografía del tórax una vez diagnosticado el cáncer
para ver si se propagó
- análisis de
sangre para medir los niveles de una sustancia llamada antígeno
carcinoembriónico, que a veces es más elevado en personas con cáncer
colorrectal. Los exámenes de sangre también pueden chequear el
funcionamiento del hígado, ya que el cáncer del colon con frecuencia se
propaga hacia ese órgano
Duración esperada
Sin
tratamiento, el cáncer del colon continuará creciendo.
Prevención
La
mejor defensa contra la propagación del cáncer colorrectal es una prueba de
detección regular. Estas pruebas están diseñadas para detectar crecimientos
precancerosos (pólipos benignos) de manera que pueden extraerse antes de que se
conviertan en cancerosos (malignos). La Sociedad Americana del Cáncer
recomienda a todos los adultos que se hagan una prueba de detección del cáncer
de colon a los 50 años. Las personas con mayor riesgo deben comenzar a
evaluarse antes. Los métodos de detección incluyen:
- Examen
rectal digital: a los
40 años, luego anualmente después de los 50 años; no lo use como único
método de detección
- Análisis de
sangre oculta en la materia fecal: anualmente a partir de los 50 años
- Sigmoidoscopía: cada 5 años a partir de los 50, a
menos que tenga una colonoscopía
- Colonoscopía: como una prueba de detección de
rutina cada 10 años, a partir de los 50, a menos que se realice una
sigmoidoscopía cada 5 años
- Enema de
bario de contraste doble: no
es el método de prueba de detección de rutina preferido, pero puede
utilizarse en lugar de la colonoscopía o como complemento de la
sigmoidoscopía cada 5 años
- Colonoscopía
virtual: imágenes
radiológicas del colon más exactas, mediante el uso de tecnología de
tomografía computada. Es una alternativa posible entre otros métodos de
detección.
Para
reducir el riesgo de desarrollar el cáncer del colon, debe tener en cuenta lo
siguiente: el hacer ejercicio todos los días y llevar una dieta baja en grasas,
especialmente grasas saturadas, puede reducir su riesgo del cáncer colorrectal.
Además, algunos estudios sugieren que el tomar aspirina o ácido fólico
diariamente puede disminuir el riesgo de la persona de contraer el cáncer de
colon. Hable con su médico para ver si estos medicamentos son adecuados para
usted.
Tratamiento
La
cirugía es el método principal de tratamiento para el cáncer colorrectal. Luego
de la cirugía, es posible que se le realice quimioterapia o radiación. El
alcance de la cirugía y si necesitará seguir un tratamiento después de la misma
dependen de la etapa de la enfermedad y de si está en el colon o en el recto.
En
ciertos casos de cáncer de colon, los pacientes reciben unas series de
quimioterapia y radicación antes de la extracción quirúrgica del recto. Según
lo que se encuentre en el momento de la operación, puede ser necesario realizar
tratamientos adicionales.
Existen
tres sistemas levemente diferentes para clasificar al cáncer del colon: Dukes,
Astler-Coller y AJC/TNM. A continuación encontrará las etapas dentro del
sistema AJC/TNM, junto con las recomendaciones para el tratamiento además de la
cirugía:
- Etapa 0: El cáncer se localiza en la capa
interna del colon o en el revestimiento rectal. No se recomienda ningún
tratamiento, salvo un continuar el seguimiento para extraer los pólipos o
el cáncer luego de la cirugía.
- Etapa I: El cáncer creció en la pared
interna del recto o el revestimiento interno del colon y las capas más
profundas, pero no ha atravesado la pared del colon. Por lo general, no se
recomienda ningún tratamiento luego de la cirugía.
- Etapa II: El cáncer ha crecido completamente
a través de la pared del colon o la pared del recto, pero no se ha
propagado hacia los ganglios linfáticos cercanos. Se puede utilizar
quimioterapia luego de la cirugía en algunos casos de cáncer de colon. En
el caso del cáncer de recto, se puede realizar quimioterapia y radicación
antes o después de la cirugía.
- Etapa III: El cáncer se ha propagado hacia los
ganglios linfáticos cercanos, pero no hacia otras partes del cuerpo. En el
caso del cáncer de colon, comúnmente se recomienda la quimioterapia
después de la cirugía. En el caso del cáncer del recto, generalmente se
realiza quimioterapia y radiación antes o después de la cirugía, según lo
expuesto anteriormente.
- Etapa
IV: El cáncer se
ha propagado hacia órganos distantes, con mayor frecuencia hacia el hígado
o los pulmones. El tratamiento posterior a la cirugía consiste en
quimioterapia, radioterapia o ambas para aliviar los síntomas de cáncer
avanzado, y en el cáncer de recto para evitar el bloqueo del recto. En
algunas ocasiones, es necesario realizar una cirugía para extraer el
cáncer de los sitios hacia los que se ha propagado.
En
el caso del cáncer de colon, mediante la cirugía se extrae el área cancerosa
del colon y una porción de tejido normal del área vecina y los ganglios
linfáticos cercanos. Se vuelven a unir los dos extremos del colon, de manera
que éste pueda funcionar normalmente. De vez en cuando, los cánceres muy
tempranos pueden extraerse a través de una colonoscopía. Las personas que se
han realizado una cirugía de cáncer de colon, por lo general no necesitan una
colostomía, en la cual se realiza un orificio (agujero) en el abdomen, y el
colon se desvía a través del orificio para eliminar la materia fecal del
cuerpo. Este procedimiento puede realizarse temporalmente en caso de que se
necesite hacer una cirugía de emergencia para extraer un área cancerosa. El
tiempo de recuperación varía dependiendo de diferentes factores, como la edad,
la salud general y qué tan grande es la cirugía.
En
el caso del cáncer del recto, con frecuencia el tratamiento se combina con
quimioterapia y radiación, según la etapa de la enfermedad. Se puede realizar
quimioterapia y radiación antes o después de la cirugía.
Los
procedimientos quirúrgicos utilizados para el cáncer del recto dependen de la localización
y de la etapa del cáncer. Estos incluyen:
- Polipectomía: Mediante este procedimiento se
extraen pólipos que contienen tumores en la etapa 0.
- Escisión
local: Mediante
este procedimiento se extraen (sacan) cánceres superficiales y una porción
del tejido del área vecina en la capa interna del recto; a menudo esta
cirugía se realiza a través del conducto anal.
- Resección
anterior baja. Este
procedimiento se utiliza para la mayoría de los cánceres de recto cuando
el tumor está muy cerca del esfínter del ano. Se vuelve a unir el colon y
el recto, y no es necesario realizar una colostomía.
- Resección
abdominoperineal: Esta
cirugía extrae el cáncer en la parte más baja del recto. Una vez que se
extrae el área cancerosa, es necesario realizar una colostomía para
permitir que los desechos se eliminen a través de una apertura en la pared
abdominal.
- Evisceración
pélvica: Mediante
esta cirugía se extrae el recto, la vejiga, la próstata, el útero y otros
órganos cercanos en caso de que el cáncer se haya propagado hacia ellos.
Es necesario realizar una colostomía y un drenaje para la orina. Muy pocas
veces es necesario llevar a cabo este tipo de cirugía agresiva.
Adelantos de la
quimioterapia
Uno
de los principales avances realizados en los últimos 8 años ha sido la
introducción de diferentes tipos de quimioterapia que han demostrado mejorías
importantes en el manejo tanto del cáncer colorrectal metastático y cánceres
avanzados a nivel regional. Estos agentes medicinales incluyen medicamentos que
inhiben la formación de nuevos vasos sanguíneos que comúnmente acompañan a los
cánceres del colon y a otros tipos de quimioterapia y a agentes inmunológicos
que han aumentado considerablemente la supervivencia de los pacientes con ambos
tipos de cáncer, que son más avanzados y que incluso están diseminados en otros
órganos del cuerpo. Antes las opciones de quimioterapia eran relativamente
pocas, hoy en día hay muchas. De este modo, si a un paciente se le diagnostica
cáncer colorrectal, éste debe pedirle a un oncólogo las recomendaciones más
actuales.
Pronóstico
La
perspectiva para el cáncer de colon depende de la etapa de la enfermedad. El
porcentaje de personas que sobreviven 5 años o más oscila entre casi el 100%
para la etapa 0 y alrededor del 5% para la etapa IV; sin embargo, estas cifras
cambian considerablemente gracias a la cantidad de nuevos agentes de
quimioterapia y antiangiogénicos (de prevención de nuevos vasos sanguíneos)
disponibles para tratar la enfermedad.
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