ATAQUE CARDIACO. PERCY ZAPATA MENDO.
Ataque
cardíaco
El ataque cardíaco ocurre cuando una
de las arterias coronarias del corazón se bloquea, generalmente por un coágulo
pequeño (trombo). Por lo general, el coágulo de sangre se forma dentro de la
arteria coronaria que ya se ha estrechado por la ateroesclerosis. Esta es una
condición en donde los depósitos de grasa (las placas) se acumulan en el
interior de las paredes de los vasos sanguíneos. El ataque cardíaco también se
llama infarto del miocardio o trombosis coronaria.
Cada arteria coronaria le proporciona
sangre a una parte específica de la pared muscular del corazón, por eso una
arteria tapada causa dolor y disfunción (alteración en el funcionamiento) en el
área que irriga (riega). Dependiendo de la localización y de la cantidad de
músculo del corazón involucrado, esta disfunción puede interferir
seriamente con la capacidad del corazón para irrigar sangre. Además, algunas de
las arterias coronarias irrigan áreas del corazón que regulan el latido, por tal
motivo un bloqueo a veces causa latidos anormales y que podrían ser fatales,
llamados arritmias cardíacas. El patrón de los síntomas que se desarrollan con
cada ataque cardíaco y las posibilidades de sobrevivir están relacionados con
el lugar y el alcance del bloqueo de la arteria coronaria.
En el 25% de los adultos (una cuarta
parte), el primer signo de esta enfermedad es la muerte repentina por un ataque
cardíaco. En la mayoría de los casos, el ataque cardíaco es consecuencia de la
aterosclerosis, por eso los factores de riesgo para ambas condiciones son
básicamente los mismos:
- nivel anormalmente elevado de colesterol en sangre
(hipercolesterolemia)
- nivel anormalmente bajo de HDL (lipoproteína de alta
densidad), comúnmente llamado “colesterol bueno”
- presión arterial alta (hipertensión)
- diabetes
- antecedentes familiares de enfermedad arterial coronaria
a una edad temprana
- fumar cigarros (cigarrillos)
- obesidad
- inactividad física (hacer poco ejercicio regularmente)
Cuando el hombre entra en la etapa de
la madurez, el riesgo de padecer de un ataque cardíaco es mayor que el de la
mujer. Sin embargo, el riesgo de la mujer aumenta cuando comienza la
menopausia. Esto puede ser el resultado de la disminución de los niveles de
estrógeno, como consecuencia de la menopausia, una hormona sexual femenina que
ofrece algo de protección contra la ateroesclerosis.
A pesar de que la mayoría de los
ataques cardíacos son producto de la ateroesclerosis, existen pocos casos donde
se deben a otras enfermedades. Esto incluye anomalías congénitas de las
arterias coronarias, hipercoagulabilidad (aumento anormal de la tendencia a
formar coágulos de sangre), una de las enfermedades vasculares del colágeno,
como la artritis reumatoide o el lupus eritematoso sistémico (LES o lupus), el
abuso de la cocaína, el espasmo de la arteria coronaria o una embolia (el
desplazamiento de coágulo de sangre que viaja de otro sitio) y llega por la
sangre hasta una arteria coronaria y se aloja en ella.
Síntomas
El síntoma más común de un ataque
cardíaco es el dolor de pecho, generalmente descrito como una sensación de
opresión, como si algo apretara, sensación de presión o de peso en el pecho, a
veces sensación de apuñalamiento o ardor. Aunque este dolor se puede presentar
en cualquier momento, un gran número de pacientes lo padecen a la mañana, pocas
horas después de despertarse. El dolor de pecho tiende a enfocarse en el centro
del mismo justo debajo del centro de la caja torácica (de las costillas), y se
puede extender hasta los brazos, el abdomen, la mandíbula inferior o el cuello.
Otros síntomas pueden incluir debilidad repentina, sudoración, náuseas,
vómitos, falta de aire, pérdida del conocimiento, palpitaciones o confusión. A
veces, cuando el ataque cardíaco provoca ardor en el pecho, náuseas y vómitos,
el paciente puede confundir sus síntomas con una indigestión.
Diagnóstico
El médico le pedirá que describa el
dolor que siente en el pecho y cualquier otro síntoma. Lo ideal es que un
miembro de la familia o algún amigo lo acompañen cuando vaya para su
tratamiento médico. Esta persona podría ayudar a proporcionarle al médico
información importante sobre sus síntomas y su historia clínica si usted no
está en condiciones de hacerlo. También es importante darle a su médico una
lista con los nombres y la dosis de los medicamentos que está tomando tanto
recetados como de los no recetados. Si no tiene la lista ya preparada, sólo
recoja los medicamentos y métalos en una bolsa o cartera de mano y llévelos al
hospital.
El médico sospechará que podría estar
teniendo un ataque cardíaco basado en sus síntomas, su historia clínica y sus
factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. Para confirmar el diagnóstico,
él o ella realizará:
- un electrocardiograma (ECG)
- un examen físico, prestando atención especial al corazón
y a la presión arterial
- unos exámenes de sangre para chequear unos marcadores
cardíacos en el suero: químicos que se liberan en la sangre cuando el
músculo del corazón está dañado
Quizás necesite otros exámenes
también, como:
- un ecocardiograma: un examen que no causa dolor y que
utiliza ondas sonoras para ver el músculo del corazón y las válvulas
cardíacas.
- representación por imagen con radionúclidos: estudios
(scans) que utilizan isótopos radioactivos para detectar las áreas del
corazón con disminución en el flujo sanguíneo.
Duración
La duración de los síntomas del
ataque cardíaco varía según cada persona. Como en 15% de los casos, el paciente
nunca llega al hospital para ser atendido porque muere rápidamente después del
inicio de los síntomas.
Prevención
Usted puede ayudar a evitar un ataque
cardíaco controlando sus factores de riesgo para la ateroesclerosis, en
especial el colesterol elevado en la sangre, la presión arterial alta, el
hábito de fumar y la diabetes. Si tiene colesterol alto, siga las indicaciones
de su médico para llevar una dieta saludable baja en grasas y colesterol, y, si
fuese necesario, tome medicamentos para disminuir el nivel de colesterol en su
sangre. Si tiene presión arterial alta, siga las recomendaciones de
su médico para modificar su dieta y tomar la medicina. Si fuma, deje el
cigarrillo. Si es diabético, revise con frecuencia su nivel de
azúcar en la sangre, siga su dieta y aplíquese la insulina o tome la medicina
como se la recetó su médico. También se recomienda hacer ejercicio
regularmente y mantener un peso ideal.
Tratamiento
El tratamiento durante un ataque
cardíaco depende de qué tan estable está la persona y del riesgo inmediato de
muerte que tiene. Por lo general, el médico le dará a masticar una aspirina en
una sala de emergencia, porque ésta ayuda a prevenir la coagulación de la
sangre.
También le administrarán oxígeno para
respirar, un medicamento para el dolor de pecho (generalmente morfina), los
beta-bloqueadores para reducir la demanda de oxígeno del corazón, y, si la
presión arterial no está demasiado baja, nitroglicerina para aumentar
temporalmente el flujo sanguíneo al corazón. Durante su estancia en el
hospital, los pacientes frecuentemente reciben beta-bloqueadores,
inhibidores de ECA (enzima de conversión de la angiotensina), que hacen
funcionar al corazón más efectivamente, sobre todo al disminuir la presión
sanguínea y una aspirina diariamente. La mayoría de los pacientes con ataques
cardíacos también reciben una medicina recetada para disminuir el colesterol.
Si el diagnóstico del ataque cardíaco
es seguro, entonces se le aplicará al paciente la terapia de reperfusión. El
objetivo es restablecer, lo antes posible, el flujo sanguíneo al músculo del
corazón que está lesionado para limitar el daño permanente. La reperfusión se
realiza mecánicamente. Se lleva al paciente al laboratorio de cateterismo
cardíaco del hospital y el catéter se pasa por todo un vaso sanguíneo largo
hasta el corazón. El tinte se inyecta para localizar el bloqueo en la arteria
coronaria.
El próximo paso es la angioplastia
coronaria transluminal percutánea (ACTP). En la ACTP, se pasa un catéter
diferente que tiene un pequeño globo desinflado por el bloqueo y éste se infla
para romper el coágulo y la placa. La mayoría de los catéteres con globo tienen
una maya metálica, llamada stent, sobre el globo. Después de que se
infla el globo para romper el coágulo que bloquea la arteria, el stent permanece
en el lugar para mantener abierta la arteria. Los nuevos medicamentos llamados
inhibidores receptores IIb /IIIa reducen la coagulación con mayor potencia que
la aspirina. Estos medicamentos han demostrado ser buenos para pacientes que se
someterán a una ACTP o a que se les va a colocar un stent. Incluyen
abciximab (ReoPro) y tirofibán (Aggrastat).
La terapia de reperfusión también se
puede hacer con medicamentos para disolver coágulos, llamados agentes
trombolíticos. Estos incluyen activador del tejido del plasminógeno (t-PA),
estreptoquinasa (Streptase) y complejo activador del
plasminógeno-estreptoquinasa anisoilado (APSAC). Estos medicamentos
frecuentemente se utilizan si tomaría mucho tiempo el transferir al paciente a
un hospital en donde se pueda realizar la angioplastia.
Gran parte del tratamiento adicional
para el ataque cardíaco depende de si el paciente desarrolla alguna
complicación. Por ejemplo, se necesitarán medicamentos complementarios para
tratar las arritmias cardíacas peligrosas (los latidos anormales), la presión
arterial baja y la insuficiencia cardíaca.
Pronóstico
Alrededor del 15% de los pacientes
que sufren de ataques cardíacos mueren antes de llegar al hospital y otro 15%
mueren después de llegar. Del 70% restante que sobrevive la hospitalización,
alrededor del 4% (1 en 25) morirá en el primer año después de ser dado de alta.
Sin embargo, este riesgo no es el mismo para todas las edades. Por ejemplo,
para pacientes mayores de 65 años, el índice de mortalidad es del 20% dentro
del primer mes luego del ataque cardíaco y del 35% después del primer año.
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