SOCIÓPATAS EN LA HISTORIA: JACK EL DESTRIPADOR. PERCY ZAPATA MENDO.
SOCIÓPATAS EN LA HISTORIA:
JACK EL DESTRIPADOR
Entre septiembre
y noviembre de 1888 un asesino mató y mutiló salvajemente a cinco prostitutas
en el empobrecido East End londinense. De identidad desconocida, la prensa lo
convirtió en una leyenda que aun continua. Jack El Destripador, no fue el
primer asesino en serie de la historia, pero sin dudas fue el primero en
alcanzar unos niveles de semejante fama mundial, en donde diarios de lugares
tan alejados como México, y Nueva Zelanda, hablaban de sus crímenes.
¿Porque tanta
fascinación? Resulta difícil decir que ha sido, pero muchos coinciden en que el
nombre ha creado el inicio de toda esta polémica e intrigante historia que
lleva más de un siglo de antigüedad. Para otros fue los detalles escabrosos,
ampliamente difundidos por periódicos, acerca de cómo atacaba y descuartizaba a
sus víctimas, mutilando y arrancando sus órganos "íntimos".
En el otoño de 1888 se sembró el terror en las
calles del East End de Londres. Durante 10 semanas este barrio fue el escenario
de una serie de crímenes, lo que años más tarde fue denominado el "otoño
del terror", nombre con el que bautizó un autor de la época a estos días
sangrientos, que conmovieron hasta a la reina Victoria, quien encomendó al
Ministro del Interior en un documento, que era prioridad apresar al asesino de
prostitutas.
Es así como los
crímenes perpetrados por el siniestro personaje Jack The Ripper (nombre con el
cual firmó las cartas que enviaba a Scotland Yard) se pierden en las
transitadas calles de una marginal zona de Londres y llenan de espanto y conmoción
a una sociedad victoriana que nunca supo, en definitiva, quien fue en realidad
«El Destripador».
Su primer crimen
oficial, por así decirlo, el que reconocen todas las crónicas, tuvo lugar el 31
de agosto, aunque en su día se sospechó que por lo menos dos asesinatos
anteriores menos publicitados habrían sido también obra suya.
Mucho se ha dicho
sobre este famoso asesino, se han intentado reconstruir perfiles considerando a
Jack un desequilibrado mental y obseso sexual, con fuertes motivaciones sádicas.
En realidad, el
asesino de Whitech construye de sí mismo una historia prosaica puesto que nunca
habrá certezas sobre sus genes, por qué empieza a matar y tal vez lo más
interesante: por qué deja de hacerlo.
Jack el
destripador es el paradigma asesino serial, un fantasma que se pierde en noche
y la bruma londinense, un hombre q nunca fue visto, que no pudo ser detenido y
que su repentina desaparición no implica en absorto que haya muerto.
Por este motivo
este caso en particular en los anales de la historia de Scotland Yard es un
enigma, un misterio que terminó convirtiéndose casi en una leyenda.
Al destripador
han llegado a atribuírsele 14 asesinatos algunos anteriores a 1888 y otros
posteriores al mismo año. Es sólo en 5 crímenes donde no existen dudas que
fueron cometidos por el mismo homicida.
Muchos
criminólogos y especialistas en asesinos seriales no están de acuerdo acerca de
la verdadera lista de crímenes,
generalmente se habla de 5 a 6 muertes. De las seis víctimas que se consideran
de autoría, existen dudas acerca de la primera, una prostituta de 35 años,
Martha Tumer, que apareció con la garganta cortada en una escalera del edificio
George Yard de Whitechapel, el 6 de agosto de 1888.
Esta mujer, que
fue ferozmente atacada, o mostraba las mutilaciones características de s
asesinatos siguientes. Las desafortunadas que clasifican como victimas
perteneciente a Jack Destripador fueron: Mary Ann Nicholls, Annie Chapman,
Elizabeth Stríde, Catherine Eddowes y finalmente Mary Kelly.
El lunes 6 de agosto,
varias semanas antes del primer crimen oficial del Destripador, Marta Tabram,
una prostituta de 39 años, había sido hallada muerta con 39 puñaladas; y
algunos meses antes, Emma Smith, una prostituta 45 años, había sido agredida
salvajemente en la cabeza y le habían introducido un objeto en la vagina.
Seguramente estos dos crímenes no tenían nada que ver con nuestro asesino, más
que nada porque la firma del Destripador era más ritualista que los simples
golpes y puñaladas, pero aun así, el terror ya se había apoderado de las almas
de los habitantes del distrito londinense.
El asesinato
final de la lista de cinco fue el más terrorífico. En dicha ocasión, por única
vez, Destripador» estuvo solo con su víctima en cuarto, teniendo todo el tiempo
para desarrollar su macabra tarea. Del informe ofrecido por la policía se
des-ende que la prostituta fue mutilada en forma errante:
"La garganta había sido cortada
de tajo con cuchillo, casi separando la cabeza del cuerpo, el abdomen fue
parcialmente rasgado y ambos s separados a cuchillazos del cuerpo; el brazo
derecho como la cabeza, colgaba del cuerpo solo por la piel. La nariz había
sido desprendida, la frente despellejada, y los muslos descarnados hasta los
pies."
"El abdomen había sido cortado de
arriba hacia abajo, con un cuchillo y el hígado y las entrañas, arrancados. Las
entrañas y otras partes del cuerpo habían desaparecido pero el hígado y los
intestinos... según se dice estaban colocados entre los pies de la pobre
víctima. El asesino había puesto encima de una mesa la carne de los muslos y de
las piernas, junto con los pechos y la nariz, y una de las manos de la víctima
había sido hincada en el estómago".
Mientras Jack
asolaba los barrios de prostitutas sin dejar rastros, el pasatiempo favorito de
los londinenses era descubrir quién se encontraba detrás del criminal, hasta
que en el mes de septiembre de 1888 el asesino se da a conocer enviando una
carta a la Agencia Central de Noticias de Londres, la cual llevaba la firma de
Jack The Ripper.
La esquela decía:
«Anduve oyendo que la policía ya sabe
quién soy. Me he reído al verlos decir que están en la dirección correcta [...]
Amo mi trabajo y ya quiero empezar de nuevo. Pronto volverá a escuchar de mis
divertidos juegos /... Suyo sinceramente, Jack, el destripador».
Ese mismo mes, el
destinatario de otra carta es Charles Lusk, jefe del comité que patrullaba el
barrio de los crímenes, esta decía:
«Lusk puede buscar en todo el infierno
pero no me encontrará aunque estoy frente a su nariz todo el tiempo. Su viejo
amigo Jacky».
Eso no fue todo:
también le envió un paquete y una nota:
«Desde el infierno. Míster Lusk, le
envío la mitad de un riñón que tomé de una mujer. La otra la freí y la comí.
Estaba muy bien. Agárreme si puede".
Durante octubre
envía un postal manchada con sangre, que es publicada por el periódico Star,
decía:
«Van a escuchar del trabajo de Jacky
mañana, un evento doble esta vez. Jack".
Finalmente, Jack
salió de escena tan anónimamente como había entrado. Sobre la verdadera
identidad de este homicida se barajaron finitas hipótesis.
Según una teoría,
Jack The Ripper practicaba la magia negra y como parte de un ritual debía
asesinar a siete mujeres de forma tal q sus siete cuerpos formaran una «Cruz del Cal no de siete puntas», con
la punta superior al oeste.
Aparentemente,
después de matar a la tercera o cuarta, el asesino adquirió el poder hacerse
invisible. Este hecho puede probarse y que en uno de los casos la policía
escuchó los alaridos de una de las víctimas, pero al llegar había rastros del
asesino a pesar que la calle tenía solo una vía de escape. Esta teoría no pudo
sostenerse ya que las mujeres únicamente fueron cinco. Pudo ser un médico quien
cometió los crímenes, enfurecido con las prostitutas que habrían contagiado a
su hijo con una enfermedad venérea que luego le causó la muerte.
El domingo 30 de
septiembre, se descubría otro cadáver en la calle Berner sobre la una de la
mañana. Tras pedir ayuda a la policía, vieron que se trataba de una mujer,
cuyas faldas habían sido levantadas por encima de sus rodillas. Un forense
llegó a la escena del crimen con su ayudante un cuarto de hora más tarde. Entre
los dos detallaron sus conclusiones de la exploración:
"La difunta yace sobre su lado
izquierdo, su cara mira hacia la pared derecha. Sus piernas han sido separadas,
y algunos miembros están todavía calientes. La mano derecha está abierta sobre
el pecho y cubierta de sangre, y la izquierda está parcialmente cerrada sobre
el suelo. El aspecto de la cara era bastante apacible, la boca ligeramente
abierta. En el cuello hay una larga incisión que comienza sobre el lado
izquierdo, 2 ½ pulgadas por debajo del ángulo de la mandíbula casi en línea
recta, seccionando la tráquea completamente en dos, y terminándose sobre el
lado contrario... "
El asesino no se
había ensañado tanto esta vez como en las anteriores. Posiblemente había sido
interrumpido mientras la degollaba y hubiese huido antes de completar su
ritual.
La joven
prostituta fue identificada como Elizabeth Stride, de origen sueco, que había
venido a Inglaterra para ganarse la vida tras el fallecimiento de su marido y
sus dos hijos en un accidente marítimo.
Esta vez, varios
testigos declararon haberla visto momentos antes de su muerte acompañada por un
hombre de unos treinta años con pelo y bigote negros, vestido con un abrigo
negro y un sombrero alto, que portaba un bulto, como un maletín.
Mientras la
policía se enfrentaba al hallazgo de este nuevo cadáver, a pocas calles allí un
guarda nocturno descubría el cuerpo de otra víctima degollada. Su abdomen había
sido abierto y los intestinos se encontraban en el suelo, además tenía varias
heridas por todo el cuerpo. Los miembros estaban todavía calientes, la data de
la muerte no debía ser de más de media hora desde el descubrimiento del
cadáver.
No había otros
indicios más que un escrito con tiza blanca sobre una pared que decía: "No hay porque culpar a los
judíos", supuestamente obra del asesino. Antes de que la inscripción
pudiese ser fotografiada, el Comisario de la Policía londinense Charles Warren
ordenó que fuese borrada, según él porque se trataba de una falsa pista del
criminal tratando de culpabilizar a la comunidad judía, y si algún londinense
lo leía, podía provocar una revuelta contra ellos.
La víctima era
Kate Eddowes, quien como las demás, tenía por oficio el de la prostitución y
como afición, la bebida. Sus padres habían muerto cuando ella era joven y a los
16 años se fue a vivir con un hombre, con quién tendría tres hijos. Los malos
tratos por parte de éste obligaron a que se fuera de casa, y su adicción al
alcohol la obligó a alquilar su cuerpo en las calles.
Como en las
muertes de Polly Nichols y Annie Chapman, la garganta de Kate había sido
degollada de izquierda a derecha, le habían seccionado el vientre y extraído
algunos órganos, entre ellos uno de los riñones.
Después de esto,
las cosas parecieron volver a la normalidad en Whitechapel. No hubo ningún otro
asesinato durante un mes y las prostitutas regresaron a las calles más
tranquilas. Desgraciadamente, la paz duró poco, pues el 9 de noviembre, otra
mujer apareció salvajemente asesinada.
Se trataba de
Mary Kelly, una atractiva joven de 21 años que se dedicaba a la prostitución
para poder mantenerse a ella misma y a su pareja, que se encontraba sin
trabajo.
Esa mañana, el
locatario subió a la habitación de Mary para cobrar el alquiler mensual, pero
nadie contestó a su llamada. Decidió abrir la puerta él mismo, horrorizándose
por lo que descubrió...
¿Por qué se
llevaba el útero de sus víctimas?
Jack sentía un
profundo odio hacia las mujeres, porque habría sido criado por una madre
alcohólica y violenta, que se habría dedicado a la prostitución en la calle y
que, incluso, habría abusado o permitido abusar sexualmente de él. Ante este
cuadro es fácil deducir el odio que el asesino debía de sentir hacia las
prostitutas borrachas y de mediana edad, en las que podría reconocer la figura
de su madre. La extirpación del útero, el órgano de la maternidad, se
interpretaría entonces como la voluntad del asesino de negar a sus víctimas
Sin duda era el
crimen más violento de Jack el Destripador. El cadáver estaba tumbado sobre la
cama con múltiples heridas de arma blanca, completamente mutilado y con la
arteria carótida seccionada. La ferocidad de este asesinato asombró a los
cirujanos veteranos de policía. El médico forense necesitó varias páginas para
redactar el informe de las lesiones y órganos extraídos.
Este asesinato
creó el pánico absoluto en el barrio, haciendo estallar episodios esporádicos
de violencia en la muchedumbre. La actividad policial era frenética, cada
rincón fue registrado, cada sospechoso detenido e interrogado a fondo, pero no
por eso la policía dejaba de ser duramente criticada. Nunca más se volvió a
saber del asesino. No hubo más cartas ni más crímenes, parecía que Jack el
Destripador hubiese abandonado la escena del crimen para siempre, y finalmente
el caso fue cerrado en 1892, el mismo año en que el Inspector encargado del
caso se retiró.
Lo cierto es que
nadie puede saber si ésta es la verdadera historia o si es otro de los relatos
que inspira este terrible personaje. Lo único que hoy en día tenemos claro es
que no se trataba de un delincuente cualquiera. Sus hechos demuestran que era
una persona con gran inteligencia y tal vez una educación superior a la
población de Withechapel, incluso puede que fuese alguien de clase alta.
Tal vez tuviese
un trastorno de la sexualidad o un trastorno mental que le provocase esa
compulsividad y obsesión a la hora de cometer los crímenes. Su afán de
reconocimiento y el hecho que resaltase con las cartas enviadas a la prensa su
inteligencia, demuestra que también era una persona insegura y llena de
complejos. Pero mientras Scotland Yard mantenga sus archivos en el más absoluto
secreto, otros autores seguirán suscitando sospechosos que mantengan la leyenda
del Destripador viva.
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