TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO. PERCY ZAPATA MENDO.
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Definición
El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno de ansiedad en el cual
quienes lo padecen tienen un pensamiento, temor o preocupación irracional que
tratan de superar mediante una actividad ritual para reducir su ansiedad. Las
imágenes o pensamientos perturbadores y frecuentes se denominan obsesiones y
los rituales repetidos que se llevan a cabo para evitarlos o disiparlos se
llaman compulsiones.
Durante el crecimiento y el desarrollo normal de los niños y los adolescentes,
los rituales y los pensamientos obsesivos con frecuencia ocurren con un
propósito y un centro de atención según la edad. Los niños en edad preescolar
utilizan rituales y rutinas relacionados con las comidas, el baño y la hora de
dormir para que los ayuden a estabilizar sus expectativas y la comprensión de
su mundo. Los niños en edad escolar suelen desarrollar rituales grupales cuando
aprenden a jugar, a hacer deportes en equipo y a recitar rimas. Los niños más
grandes y los adolescentes comienzan a coleccionar objetos y a desarrollar
actividades favoritas. Estos rituales ayudan a los niños a socializarse y a
aprender a dominar la ansiedad. Un niño o un adolescente con TOC tienen
pensamientos obsesivos que no son deseados y que se relacionan con los miedos
(como el miedo a tocar objetos sucios) y utiliza rituales compulsivos para
controlar esos miedos (como el lavado de manos excesivo). Cuando se tiene TOC,
los pensamientos obsesivos causan preocupación y los rituales compulsivos
pueden volverse tan frecuentes o intensos que interfieren con las actividades
de la vida diaria y las actividades normales de desarrollo.
Causas
No se conoce la causa del TOC. Las investigaciones indican que es un
trastorno neurológico del cerebro. Las evidencias sugieren que las personas con
TOC tienen una deficiencia de un neurotransmisor químico que se encuentra en el
cerebro llamado serotonina. El TOC tiende a heredarse, lo que sugiere la
presencia de un componente genético. Sin embargo, el TOC también puede desarrollarse
sin una historia familiar de ese trastorno. Estudios recientes sugieren que las
infecciones por estreptococos pueden provocar la aparición o el aumento en la
gravedad del TOC en ciertos casos.
Epidemiología
A pesar de que el TOC suele aparecer en niños, se lo reconoce como un
trastorno de la salud mental relativamente común en los adolescentes, siendo 15
años la edad promedio de aparición. Dentro de la población general,
aproximadamente 1.000.000 de niños y adolescentes padecen TOC. A diferencia de otros
trastornos de la ansiedad, el número de varones que padece TOC es el doble que
el de mujeres. El 20 por ciento de los niños y adolescentes con este trastorno
también tienen otro familiar que lo padece.
Síntomas
A continuación se enumeran los síntomas más comunes del trastorno obsesivo
compulsivo. Sin embargo, cada niño puede experimentarlos de una forma
diferente. Los síntomas pueden incluir:
Ø Preocupación exagerada por la suciedad, los gérmenes o la
contaminación
Ø Dudas reiteradas (por ejemplo, si la puerta está cerrada
o no)
Ø Pensamientos persistentes acerca de la violencia, las
heridas, matar a alguien o herirse uno mismo
Ø Permanecer mucho tiempo tocando cosas, contando, pensando
en números y secuencias
Ø Preocupación por el orden, la simetría o la exactitud
Ø Pensamientos persistentes acerca de la realización de
actos sexuales repugnantes o prohibidos o de comportamientos tabúes
Ø Pensamientos preocupantes que están en contra de las
propias convicciones religiosas
Ø Necesidad extrema por saber o recordar cosas que pueden
ser muy triviales
Ø Atención excesiva en los detalles
Ø Preocupación excesiva por algo terrible que suceda
Ø Pensamientos, impulsos o conductas agresivas
Ø Los comportamientos compulsivos (los rituales repetitivos
usados para reducir la ansiedad causada por las obsesiones) pueden volverse
excesivos, molestos y pueden demandar mucho tiempo e incluso interferir con las
actividades y relaciones diarias.
Los ejemplos de los comportamientos compulsivos pueden incluir:
·
Lavarse
repetidamente las manos (a menudo 100 veces al día o más)
·
Controlar y
volver a controlar en repetidas oportunidades (por ejemplo, asegurarse de que
la puerta esté cerrada)
·
Establecer reglas
de orden rígidas (por ejemplo, ponerse la ropa en el mismo orden todos los
días, guardar las pertenencias en la habitación en un orden muy especial y
molestarse si este orden se altera)
·
Esconder objetos
·
Contar y volver a
contar excesivamente
·
Agrupar o
secuenciar los objetos
·
Repetir palabras
dichas por uno mismo (palilalia) o por otros (ecolalia); formular en repetidas
ocasiones la misma pregunta
·
Coprolalia
(preguntar obscenidades continuamente) o copropraxia (hacer gestos obscenos
continuamente)
·
Repetir sonidos,
palabras, números o música para uno mismo
Los síntomas del TOC pueden parecerse a los de otros trastornos médicos o
problemas psiquiátricos, entre los que se encuentra el trastorno de Tourette.
Siempre consulte al médico de su hijo para el diagnóstico.
Diagnóstico
Un psiquiatra infantil u otro profesional de la salud mental especializado
suele diagnosticar los trastornos de la ansiedad en los niños y los
adolescentes mediante una evaluación psiquiátrica integral. Los padres que
observen signos de ansiedad severa o comportamientos excesivos o compulsivos en
su niño o adolescente pueden ayudar buscando una evaluación y tratamiento
tempranos. El tratamiento a tiempo puede evitar problemas futuros.
Para que se pueda realizar un diagnóstico del TOC, las obsesiones y las
compulsiones deben ser suficientemente dominantes, severas y molestas como para
que las actividades diarias del niño o del adolescente se vean afectadas de
manera negativa. En la mayoría de los casos, las actividades involucradas en el
trastorno (por ejemplo, el lavado de manos, el control de las cerraduras de las
puertas) llevan más de una hora diaria y causan preocupación psicológica y un
funcionamiento mental reducido. En la mayoría de los casos, los adultos se dan
cuenta de que sus conductas no son comunes hasta cierto grado. Sin embargo, los
niños y adolescentes no tienen la capacidad crítica para juzgar este tipo de
comportamiento como irracional o anormal.
Tratamiento
El tratamiento específico para el TOC será determinado por el médico del
niño basándose en lo siguiente:
Ø La edad de su hijo, su estado general de salud y sus
antecedentes médicos
Ø La gravedad de los síntomas de su hijo
Ø La tolerancia de su hijo a determinados medicamentos o
terapias
Ø Las expectativas para la evolución de la condición
Ø Su opinión o preferencia
El TOC se puede tratar con efectividad, en general combinando terapia
individual y medicamentos. El tratamiento debe estar siempre basado en una
evaluación exhaustiva del niño y de la familia. La terapia individual
normalmente incluye técnicas cognitivas y conductuales. La terapia cognitiva
apunta a ayudar al niño o al adolescente a identificar y comprender sus miedos
y a aprender nuevas formas de resolverlos o disminuirlos con mayor efectividad.
Las técnicas conductuales ayudan al niño o al adolescente y sus familias a
establecer contratos o pautas para limitar o cambiar los comportamientos (por
ejemplo, establecer un número máximo de veces que un lavador de manos
compulsivo puede hacerlo). Los medicamentos que suelen usarse para tratar el
TOC se clasifican en inhibidores selectivos de la reabsorción de la serotonina
(su sigla en inglés es SSRI), medicamentos que afectan de forma selectiva los
mecanismos neurotransmisores en el sistema nervioso central. Si se encuentra
que el trastorno está relacionado con una infección por estreptococos, entonces
el médico de su hijo puede prescribir una serie de antibióticos. Algunas de las
recomendaciones de tratamiento pueden ser la terapia familiar y la consulta con
la escuela del niño. Los padres juegan un papel de apoyo vital en cualquier
proceso de tratamiento.
Aproximadamente entre el 20 y el 40 por ciento de los adolescentes con TOC
presentan, además, uno o más tipos de trastornos alimenticios, que también
requerirán tratamiento.
Prevención
Hasta el momento, no se conocen medidas preventivas que permitan reducir la
incidencia de los trastornos de TOC en los niños. Sin embargo, la detección e
intervención tempranas pueden reducir la gravedad de los síntomas, estimular el
crecimiento y el desarrollo normal del niño, y mejorar la calidad de vida de
los niños o adolescentes que tienen trastornos de ansiedad.
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