CÁNCER DE COLON. PERCY ZAPATA MENDO.
CÁNCER
DE COLON
Este
cáncer se origina cuando células anómalas crecen sin control y forman un tumor
en el colon, la parte del intestino grueso que se extiende desde el ciego hasta
el recto. Los médicos suelen llamarlo cáncer “colorrectal” porque el tumor
puede aparecer en el colon o en el recto.
Muchos
cánceres colorrectales empiezan con un pólipo que a la larga forma un tumor. Si
éste no es tratado, puede llegar a sangrar, obstruir el intestino o romper la
pared del órgano. Posteriormente, las células cancerosas pueden propagarse a
los ganglios linfáticos o a otros órganos, como el hígado y los pulmones.
Una
vez diagnosticado, un cáncer de colon se clasifica según su grado de
agresividad; luego, ciertas pruebas determinan si se ha diseminado a los
ganglios linfáticos o a otros tejidos (metástasis). Cada cáncer se clasifica de
acuerdo con una escala de cuatro etapas —de la I a la IV— para determinar el
tratamiento y el pronóstico. Las personas con cáncer en etapa I, confinado a la
mucosa del colon, tienen el mejor pronóstico. Más de 90 por ciento de los
pacientes que tienen tumores en etapa temprana siguen vivos cinco años después
del diagnóstico. Si el cáncer no reaparece a lo largo de ese tiempo, a los
pacientes se les considera curados. Las personas que presentan tumores en etapa
III o IV generalmente no tienen un pronóstico tan bueno, aunque la mayoría de
los cánceres en etapa II o III pueden ser tratados eficazmente.
¿Quién corre riesgo de contraer cáncer
de colon?
Los
cánceres colorrectales, por lo común de crecimiento lento, suelen originarse en
una célula con mutaciones genéticas. Algunas personas heredan genes que
permiten que las células que causan cáncer de colon se desarrollen. Más a
menudo, las anomalías surgen por razones desconocidas, aunque el tipo de
alimentación parece tener un papel causal.
Tratamientos
De
todos los tipos de cáncer, el colorrectal es uno de los más curables. La
elección del tratamiento normalmente depende de la etapa de avance. Pacientes
de todas las edades, incluidos los ancianos, pueden beneficiarse. Para la
mayoría de las personas, la extirpación quirúrgica del tumor es el primer paso.
Dependiendo de la ubicación del tumor y el grado de diseminación, también pueden
usarse radiaciones y quimioterapia para aumentar las probabilidades de una
curación definitiva. Los oncólogos —médicos especializados en el tratamiento
del cáncer— llaman quimioterapia adyuvante al uso de fármacos después de una
operación para eliminar las células cancerosas restantes. Según el tipo y la
etapa del cáncer, se emplean estos tratamientos:
Ø
Cáncer de
colon o cáncer rectal en etapa I:
A menudo, la cirugía basta para curar ambos tipos de cáncer, y es improbable
que se necesiten tratamientos adicionales.
Ø
Cáncer de
colon en etapa II: Puede tratarse
solamente con cirugía. Si el tumor se ha extendido a la pared más externa del
colon, algunos médicos recomiendan usar quimioterapia para destruir las células
cancerosas que pudieran quedar después de la operación, un tratamiento que
actualmente se debate.
Ø
Cáncer rectal
en etapa II: La radioterapia y la
quimioterapia son el tratamiento estándar.
Ø
Cáncer de
colon en etapa III: Se utiliza
quimioterapia después de la intervención quirúrgica.
Ø
Cáncer rectal
en etapa III: Los médicos
prescriben quimioterapia después de la cirugía, y a menudo recomiendan
radioterapia antes o después de la operación.
Ø
Cáncer de
colon o cáncer rectal en etapa IV:
Los cirujanos pueden extirpar tumores en el intestino o en órganos distantes,
como el hígado o los pulmones. Esto normalmente produce buenos resultados si no
hay muchos tumores metastásicos. La quimioterapia, la radioterapia o ambas
pueden ayudar también a reducir el tamaño de los tumores.
Medicamentos
Los
fármacos quimioterapéuticos están diseñados para destruir las células malignas,
pero son un arma de doble filo: también atacan las células sanas, y provocan
náuseas, vómitos, diarrea, caída del cabello, fatiga, úlceras bucales y otras
reacciones. Lo bueno es que las dosis pueden ajustarse, y hay medicamentos para
mitigar los efectos secundarios. Los pacientes de quimioterapia a menudo
pierden sólo un par de días de trabajo.
Desde
hace varias décadas el fármaco quimioterapéutico estándar contra el cáncer de
colon ha sido el 5-fluorouracilo, o 5-FU. Para contrarrestar los efectos
secundarios tóxicos que produce, los oncólogos suelen administrarlo junto con
otros medicamentos. El más común es la leucovorina, una forma reducida del
ácido fólico. Estos fármacos se administran por vía intravenosa en diferentes
combinaciones y horarios para que el paciente pueda acudir todos los días o
cada semana a su centro de tratamiento a lo largo de varios meses. Los médicos
también implantan en el abdomen bombas de liberación controlada de los
fármacos.
Si
el paciente tiene tumores metastásicos en órganos distantes, el 5-FU y la
leucovorina normalmente se combinan con irinotecán, lo que aumenta su poder
destructor de células cancerosas y prolonga la supervivencia. Cuantos más
fármacos se tomen, mayor es el riesgo de presentar efectos secundarios, así que
el médico mantiene una estrecha vigilancia sobre la evolución del paciente.
Todo
el tiempo se están probando en ensayos clínicos fármacos nuevos y combinaciones
de medicamentos contra el cáncer. Uno de particular interés es la capecitabina,
el primer fármaco oral contra el cáncer de colon. Parece ser tan eficaz como el
5-FU para el tratamiento de tumores metastásicos, y se están haciendo pruebas
para evaluar su utilidad como quimioterapia adyuvante. Otros fármacos, como el
oxaliplatino y el raltitrexed, pueden prolongar la supervivencia y reducir
también la probabilidad de sufrir efectos secundarios.
Procedimientos terapéuticos
La
mayoría de los pacientes con cáncer de colon se pueden beneficiar con la
resección quirúrgica, el término que usan los médicos para referirse a la
extirpación del tumor. La operación, llamada colectomía parcial, consiste en
cortar el segmento del colon donde está el tumor, una parte del tejido normal
circundante y, en caso de que el cáncer se haya extendido, los ganglios
linfáticos cercanos; luego el colon se reconecta. La operación requiere
anestesia general y puede durar varias horas. El médico suele hacerle al
paciente varias pruebas preoperatorias y análisis de sangre a fin de determinar
el grado de diseminación del tumor.
Si
se trata de cáncer rectal, la operación suele ser más complicada, ya que muchos
músculos y nervios que controlan funciones sexuales, intestinales y urinarias
atraviesan el recto. Entre las secuelas puede haber mal control de la vejiga o
del intestino y problemas sexuales, aunque éstos a menudo se pueden revertir.
Para
ayudar a destruir las células tumorales que queden y disminuir el riesgo de
recurrencia, se suele usar radioterapia después de la cirugía rectal. Por lo
común se requieren cinco sesiones de radioterapia a la semana, a lo largo de
cinco o seis semanas. Durante las sesiones, los médicos dirigen rayos X en
dosis altas al tumor, a menudo desde varias direcciones. Los mejores resultados
se obtienen cuando se administra un fármaco como el 5-FU por vía oral o
intravenosa durante la radioterapia.
Los
médicos utilizan radioterapia preoperatoria cada vez más a menudo para ayudar a
encoger tumores grandes y facilitar la intervención, así como para eliminar la
necesidad de practicar una colostomía (ve más adelante). Las radiaciones se
pueden usar para aliviar el dolor y otros síntomas cuando el tumor no se puede
extirpar quirúrgicamente o en casos de obstrucción intestinal.
Para
reforzar la pared intestinal o mantener abierto el intestino, los cirujanos
pueden insertar también un dispositivo tubular metálico llamado stent, o bien,
para mantener abierto el intestino o detener el sangrado, usar una técnica
llamada ablación láser, la cual destruye el tejido canceroso con un haz de luz
de alta energía. Esta opción es especialmente útil para los pacientes que no
podrían resistir una operación quirúrgica.
Si
el tumor está obstruyendo el intestino, o el cáncer se ha propagado a los
músculos del recto o al ano, es probable que el paciente necesite una
colostomía. Este procedimiento consiste en hacer una pequeña abertura en la
pared del abdomen mediante la incisión del colon, y permite eliminar del cuerpo
las deposiciones y recogerlas en una bolsa exterior. La mayoría de las
operaciones de cáncer de colon no requieren la colostomía. Cuando se practica,
con frecuencia es una medida temporal y se puede revertir con otra operación.
Además, hay muchos aparatos y técnicas disponibles para mantener las
evacuaciones bajo control y ayudar al paciente a mantenerse limpio y libre de
olores.
Adaptado de Know Your Options: The Definitive Guide to Choosing the Best
Medical Treatments
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