EL PARTO INDUCIDO
EL
PARTO INDUCIDO
La
inducción o provocación del parto son los procedimientos que practican los
médicos para iniciar el parto utilizando medicamentos u otras técnicas médicas.
Años atrás, algunos médicos inducían el parto por costumbre, pero ahora no se
sigue esta práctica a menos que exista una necesidad médica real. Se suele
permitir que el parto siga su curso natural. El motivo para inducir el parto no
debe ser la conveniencia de la madre o del médico, sino la salud del bebé o de
la mamá.
Sin
embargo, en algunas situaciones, es posible que el profesional de la salud
recomiende inducirlo.
1.- Hay diversas justificaciones para
inducir un parto:
Enfermedades de la madre
Algunos
trastornos que sufre la madre, como la hipertensión (pre eclampsia) o la
diabetes (especialmente la de tipo I), pueden afectar a la salud del feto o de
la propia embarazada si la gestación continúa. También justifican una inducción
las patologías renales, cardiacas, pulmonares o hepáticas, algunos tipos de
cáncer, las hemorragias y las infecciones en el útero.
Embarazo prolongado
Si
la gestación supera las 42 semanas (la edad gestacional se valora con
ecografía), ya que el envejecimiento de la placenta puede impedir la correcta
nutrición del bebé.
Ruptura prematura de membranas
Cuando
se rompe la bolsa de aguas, lo normal es que, en poco tiempo, aparezcan las
contracciones y comience la dilatación. Cuando no es así, y el parto no se
inicia de forma espontánea, será necesario provocarlo debido al riesgo de
infección que corren tanto la madre como el niño. No obstante, se verifica
antes que los pulmones del bebé estén suficientemente desarrollados.
Meconio en el líquido amniótico
Si
el médico observa que el líquido está teñido de meconio (nombre que se da a las
primeras heces de color verdoso que expulsa el bebé después del nacimiento),
será preciso finalizar la gestación porque, además de ser un indicio de que el
feto no se encuentra bien (ha defecado dentro del útero), si aspira esta
sustancia puede sufrir dificultades respiratorias.
Crecimiento intrauterino retardado (CIR)
El
feto deja de crecer a un ritmo normal dentro del útero. Esto indica que se está
produciendo alguna alteración que impide la correcta nutrición del pequeño, lo
que podría ocasionarle serios problemas de salud, e incluso la muerte dentro
del útero.
Razones no médicas
En
ocasiones, se decide inducir un parto por otras razones, por ejemplo, cuando
una mujer ha tenido otro parto anteriormente y su desarrollo fue muy rápido, o
vive lejos del hospital y el médico teme que no llegue a tiempo.
2.- Técnicas para inducir el parto:
El
parto inducido es un parto provocado mediante fármacos u otros procedimientos:
Uso de medicamentos
La
oxitocina es una hormona que libera el cerebro humano de forma natural y sirve
para regular varios procesos fisiológicos y emocionales. Antes del parto,
aumenta sus niveles para provocar las contracciones del útero. La oxitocina
sintética es un fármaco que se administra por vía intravenosa y se utiliza para
estimular, de forma artificial, las contracciones del útero.
Con
el mismo fin se emplean las prostaglandinas sintéticas, que suelen aplicarse en
la vagina en forma de óvulos o gel. Las prostaglandinas también se producen de
forma natural en el organismo, y provocan contracciones que modifican el cuello
uterino para que se pueda desarrollar el parto.
Separación de membranas
El
médico introduce un dedo enguantado en el cérvix de la gestante y separa la
bolsa de líquido amniótico de la pared del útero. Este procedimiento aumenta la
producción natural de prostaglandinas.
Rotura artificial de la bolsa de aguas
Se
provoca la “rotura de aguas” practicando un agujero en la bolsa que contiene el
líquido amniótico, cuando ya se ha producido una dilatación parcial, para
acelerar el ritmo de las contracciones. Se vigila a la mujer para evitar
posibles infecciones.
3.- Cuándo está contraindicado inducir el
parto
Hay
situaciones en las que no puede inducirse el parto:
En
los embarazos con placenta previa (complicación del embarazo que consiste en
que la placenta se sitúa en la zona más baja del útero, cubriendo parcial o totalmente
la salida hacia el cuello uterino).
Cuando
la madre tiene cicatrices en el útero.
Si
sufre algunos tipos de cáncer de cérvix o infecciones como el herpes genital.
En
el caso de que el feto esté mal colocado, sea muy grande (macrosomia fetal),
haya desproporción entre la cabeza y la pelvis materna, o corra peligro
inminente.
Riesgos
de inducir un parto
La
inducción es un procedimiento artificial. Los profesionales usan medios para
imitar a la naturaleza y adelantar el nacimiento del bebé en una mujer en la
que aún no se ha iniciado el proceso de parto. Esto, a veces, no es del todo
perfecto y puede provocar efectos secundarios.
Para
la madre
Riesgo
de rotura uterina. Debido a que estos partos son más largos, la mujer se cansa
más y tiene más probabilidades de sufrir fiebre, deshidratación y exceso de
contracciones, que pueden desembocar en rotura uterina.
Desprendimiento
de placenta. Los medicamentos que se utilizan para provocar las contracciones
pueden ser más peligrosos para aquellas mujeres que han tenido previamente un
parto por cesárea u otro tipo de cirugía en el útero. Puede producirse un
desprendimiento de placenta si las contracciones son demasiado intensas.
Infecciones
uterinas. Existe el riesgo de infecciones uterinas por la manipulación sufrida
durante la inducción.
Cesárea.
Aumenta la posibilidad de terminar en cesárea o parto instrumental, por lo que
en estos casos se añadirían los riesgos que conllevan dichos procedimientos,
como son infección, dolor, hemorragia y desgarros del canal de parto.
Para
el bebé
En
un parto largo, el feto también puede sufrir una pérdida de su bienestar dentro
del útero, y por esta razón aumenta la tasa de cesáreas en los partos
inducidos. La oxitocina sintética que se administra a la madre para provocar
las contracciones, puede influir en la disminución del ritmo cardiaco del bebé.
Otra
posible complicación (aunque poco frecuente) es el prolapso del cordón
umbilical, que consiste en que el cordón precede al feto en su paso por el
canal de parto y, cuando éste sale, oprime el cordón, limitándose así el
suministro de oxígeno y sangre, lo que puede tener consecuencias fatales para
el bebé.
Fuente:
webconsultas.
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