LOS QUELOIDES (CICATRICES ABULTADAS)

LOS QUELOIDES (CICATRICES ABULTADAS)

La palabra queloide se deriva del griego χηλή jelé, que significa "pinza de cangrejo", y el sufijo -oide “con forma de”.

En el proceso de curación, nuestra piel tiene unos mecanismos para cerrar la herida. Entre esos mecanismos está el de la formación de colágeno para cicatrizar. Ese colágeno lo componen unas células que se llaman fibroblastos, dentro de nuestra piel, en la dermis. En el queloide, esos fibroblastos reaccionan de forma anómala y crean sin control mucho más colágeno que no está correctamente formado. Esta cicatrización fuera de lo normal dura habitualmente unos meses y luego poco a poco se va auto limitando y muriendo esa respuesta. El resultado final es una cicatriz más grande y anti estética.

El doctor Jesús Sánchez Martín, dermatólogo y cirujano plástico, apunta: “El queloide es difícil de prevenir, puesto que hay factores anatómicos, genéticos y raciales implicados en su aparición. No depende, por tanto, de la técnica quirúrgica, ni de los cuidados postoperatorios”.

La genética, como en tantas y tantas enfermedades y dolencias, es el factor fundamental para Sánchez Viera. “Hay personas que nunca hacen queloides y hay personas que en el 80% de sus heridas sí”, añade el experto. Además, en las personas de color es todavía más frecuente.

¿Tienen los queloides lugares del cuerpo preferidos para emerger? “Sí, en zonas muy cerca del hueso donde la piel está en tensión. En la cara y en la tripa es poco frecuente”, indica Sánchez Viera.

El sexo y la edad también son influyentes, siendo en las mujeres muy típica la aparición de queloides en el escote y los hombros y el colectivo de personas jóvenes el más vulnerable. “Se cree que es porque la respuesta de las células tiene más vitalidad cuando somos jóvenes”, resalta el dermatólogo.

Tratamiento

Los queloides responden mal a los tratamientos por lo que es conveniente combinar diferentes terapias en varias sesiones. “Consigues controlarlos y más del 50% lo curas”, determina Sánchez Viera, QUIEN RECOMIENDA NO OPERARLOS PORQUE ESTIMULA SU CRECIMIENTO.

El doctor consultado apunta tres tipos de tratamientos:

Productos derivados de la silicona, polímeros: Hay polímeros que aplicados en forma de tiritas o de cremas mejoran la formación de cicatrices. Muchas veces se aplican de forma preventiva. No es la solución definitiva pero es una ayuda. En los queloides es un apoyo y muchas veces resuelve las cicatrices hipertróficas si las coges a tiempo.

Terapia intralesional: (medicamentos que se inyectan dentro del queloide) Hay sustancias efectivas como los derivados de la cortisona. Es eficaz en las primeras fases y si el queloide no es muy severo. Otro grupo son los fármacos anti proliferativos, inhiben la proliferación de células que se multiplican rápidamente.

Láseres: los queloides son rojizos o amoratados por los vasos sanguíneos, tienen metabolismo alto. Hay algunos láseres que tratan la proliferación de los vasos. Al ir cerrando esos vasos les quitas oxígeno y no dejas que las células se multipliquen. “Los láseres vasculares combinados con las inyecciones intralesional son la herramienta más eficaz para los queloides ahora mismo”, indica el  dermatólogo.

Intervención en un quirófano.

Ante las dificultades de su prevención, Sánchez Martín aconseja:

“Evitar cirugías innecesarias en pacientes que sepamos que cicatrizan con queloides y, en los casos en los que no se pueda, se puede tratar la cicatriz con corticoides o aplicando parches de gel de silicona, desde el postoperatorio inmediato, para prevenir su aparición”.

Protección del sol y autoestima

El sol estropea las cicatrices estimulando la formación de colágeno anómalo y la pigmentación del queloide. Es muy importante que en verano protejamos del sol donde se esté formando la cicatriz o esté ya hecha.

De cara al verano, Sánchez Viera insiste en las cremas de protección solar alta y los parches reductores que llevan una capa opaca que no permite que traspase el sol.

Por último, este experto no pasa por alto la carga emocional y psicológica de los queloides, sobre todo en personas jóvenes que los padecen en sitios visibles. Sánchez Viera reconoce que tiene pacientes con 15 y 20 queloides, y que algunas chicas “se vuelven acomplejadas, introvertidas y este hecho les genera ansiedad”.

Por este motivo, insiste en lanzar a la sociedad un mensaje positivo ante tanta negatividad transmitida por sus propios compañeros de profesión. “No es verdad que no tengan tratamiento. Hay muchos queloides que se curan y otros que se reducen. Sí hay soluciones y es importante divulgarlas”, concluye ante este problema estético.


Referencia: efesalud.com

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