GASTRITIS Y HELICOBACTER PYLORI

GASTRITIS Y HELICOBACTER PYLORI

Hace años era imposible pensar que la gastritis o la úlcera péptica tenían relación con un proceso infeccioso, y decir que un cáncer gástrico podía estar relacionado con una bacteria era ridículo. Siempre se pensó que sin la presencia de ácido no era posible una úlcera péptica. Sin embargo, en 1984, se descubrió una bacteria que estaba directamente relacionada con la gastritis, ulcera péptica y cáncer gástrico, hoy conocida mundialmente como Helicobacter pylori.

Hoy se sabe que es la causa más común de gastritis crónica. El 80% de la gastritis crónica y el 85% de adenocarcinoma gástrico (cáncer), así como el 95% de linfomas están asociados a la infección por Helicobacter.

El Helicobacter pylori ha sido detectado en más de 50% de la población mundial sana, y se especula con que se adquiere durante la infancia, transmitiéndose directamente de persona a persona.

El Helicobacter pylori es una bacteria que posee la increíble capacidad de sobrevivir en uno de los ambientes más inhóspitos de nuestro organismo: el estómago, que presenta un medio extremamente ácido, con un pH inferior a 4. La acidez del estómago es uno de los mecanismos de defensa de nuestro organismo contra las bacterias que son ingeridas con los alimentos. Pocos son los seres vivos que logran sobrevivir en un ambiente tan ácido. No obstante, el H. pylori presenta algunos «trucos» evolutivos que le permiten adaptarse a un medio tan hostil. La bacteria produce sustancias que neutralizan los ácidos, formando una especie de nube protectora a su alrededor, permitiendo que la misma se movilice dentro del estómago hasta encontrar un punto para fijarse. Además de esta protección, el Helicobacter pylori logra sobrepasar la barrera de moco que el estómago posee para protegerse de la propia acidez, adhiriéndose al moco, área debajo de la mucosa, donde la acidez es mucho menos intensa. Por lo tanto, además de producir sustancias contra la acidez, el H. pylori logra penetrar el estómago hasta partes donde el ambiente es menos agresivo.

El modo de contagio del Helicobacter pylori aún no es plenamente conocido. Sabemos que la transmisión puede ocurrir de una persona contaminada a una persona sana por medio del contacto con vómitos o heces; en el caso de las heces, generalmente bajo la forma de aguas o alimentos contaminados.

Los seres humanos parecen ser el reservatorio principal de la bacteria, sin embargo, el H. pylori ya fue aislado en otros primates, ovejas y en gatos domésticos, lo cual sugiere que la transmisión de estos a los seres humanos podría ocurrir.

El agua contaminada, principalmente en los países en desarrollo, suele ser una fuente de bacterias. El H. pylori logra permanecer viable en el agua por varios días. En los países sin saneamiento básico universal, la mayoría de los niños es infectada antes de los 10 años y la presencia en la población adulta llega a ser mayor de un 80%. En los países desarrollados, como en Estados Unidos y en Europa, la contaminación en niños es poco común, no obstante, la transmisión en la vida adulta es frecuente, donde más del 50% de la población arriba de la edad de los 60 años se encuentra infectada.

Cuando un miembro de la familia se infecta con el Helicobacter pylori, el riesgo de transmisión para los hijos y conyugue es altísimo. Esta transmisión es común incluso en casas con buenas condiciones de higiene, lo que deja en duda si la transmisión ocurre siempre por vía fecal/oral. La transmisión a través de la saliva aún no está comprobada. El H. pylori puede ser encontrado en la boca, principalmente en las placas dentarias, no obstante, su concentración parece ser muy baja para que haya transmisión. Un dato que habla en contra de esta forma de transmisión es el hecho de que los dentistas no presentan mayores tasas de contaminación respecto a otros profesionales que no lidian constantemente con saliva y placas bacterianas.

Síntomas

·        Dolor abdominal en el estómago, sobre todo al haber comido, después de una hora
·        Se siente dolor nocturno cuando el estómago está vacío
·        Eructos y regurgitación, náuseas y vómitos
·        Dispepsia y digestiones difíciles
·        Sensación de hambre
·        Dolor al presionar el epigastrio
·        Mal aliento

Diagnóstico

Antiguamente, la investigación del H. pylori se realizaba sólo con endoscopia digestiva, por medio de biopsias del estómago. Hoy día hay exámenes no invasivos, por medio de las heces, sangre o de la respiración. No obstante, en los pacientes que se quejan de dolores estomacales, la endoscopia es importante para evaluar el estado del estómago, sirviendo también para el diagnóstico de gastritis, úlceras o tumores. Por eso, muchos de los diagnósticos de Helicobacter pylori todavía se realizan por medio de la endoscopia digestiva, a través de la biopsia y del test de ureasa. Los exámenes no invasivos acaban siendo más utilizados después del tratamiento, a fin de confirmar la eliminación de la bacteria.

Tratamiento

Para su tratamiento, los médicos suelen recetar la triple terapia con antibióticos, se trata de la prescripción de tres antibióticos diferentes, en altas dosis, pero depende del criterio médico.


Por otra parte, como esta infección suele cursar con problemas de úlcera gástrica, también se trata a nivel sintomático, es decir, que el médico receta fármacos que pueden ayudar a mejorar cada síntoma. 

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