Fibrosis pulmonar

Fibrosis pulmonar


Es la cicatrización progresiva (fibrosis) o engrosamiento de los pulmones y que hace que estos órganos pierdan flexibilidad; es gradual e irreversible y sus exacerbaciones, es decir, episodios de agravamiento respiratorio agudo, suelen provocar la muerte del paciente en pocos meses.

1.   Causas

El daño puede deberse a muchos factores diferentes, incluidos la exposición por un largo plazo a determinadas toxinas, ciertos trastornos médicos, radioterapia y algunos medicamentos.

Factores ocupacionales y ambientales

La exposición por un largo plazo a ciertas toxinas y contaminantes puede dañar tus pulmones. Tales factores incluyen los siguientes:

·        Polvo de sílice
·        Fibras de asbesto
·        Polvo de metales duros
·        Polvo de carbón
·        Polvo de granos
·        Excremento de pájaros y animales

Tratamientos con radiación

Algunas personas que reciben radioterapia para el cáncer de pulmón o de mama presentan signos de daño pulmonar meses y, en ocasiones, años después del tratamiento inicial. La gravedad del daño puede depender de lo siguiente:

·        La proporción del pulmón que estuvo expuesta a radiación
·        La cantidad total de radiación administrada
·        Si se recibió también quimioterapia
·        La presencia de una enfermedad pulmonar no diagnosticada

Medicamentos

Muchos medicamentos pueden dañar tus pulmones, sobre todo medicamentos como los siguientes:

·        Medicamentos para quimioterapia. Los medicamentos diseñados para matar células cancerosas, tales como el metotrexato y la ciclofosfamida, también pueden dañar el tejido pulmonar.
·        Medicamentos para el corazón. Algunos medicamentos que se utilizan para tratar los latidos irregulares del corazón, tales como la amiodarona, pueden dañar el tejido pulmonar.
·        Algunos antibióticos. Tales como la nitrofurantoína o el etambutol, pueden causar daño pulmonar.
·        Medicamentos antiinflamatorios. Algunos medicamentos antiinflamatorios, tales como rituximab o sulfasalazina pueden causar daño pulmonar.

Afecciones

El daño pulmonar también puede producirse como resultado de varias afecciones, incluidas las siguientes:

·        Dermatomiositis
·        Polimiositis
·        Enfermedad mixta del tejido conjuntivo
·        Lupus eritematoso diseminado
·        Artritis reumatoide
·        Sarcoidosis
·        Esclerodermia
·        Neumonía

2.   Síntomas

Entre los signos y síntomas de la fibrosis pulmonar, pueden mencionarse los siguientes:

·        Dificultad para respirar (disnea)
·        Tos seca
·        Fatiga
·        Pérdida de peso sin causa aparente
·        Dolor en los músculos y en las articulaciones
·        Ensanchamiento y redondeo de las puntas de los dedos de los pies o de las manos (hipocratismo digital)

La evolución de la fibrosis pulmonar y la gravedad de los síntomas pueden variar considerablemente de una persona a otra. Algunas se enferman rápidamente y presentan un cuadro grave. Otras tienen síntomas moderados que empeoran más lentamente, en el transcurso de meses o años.

En algunas personas, los síntomas pueden empeorar rápidamente (exacerbación aguda), por ejemplo, dificultad grave para respirar, que puede extenderse varios días o semanas. Posiblemente, se les colocará un respirador artificial a estas personas. El médico también puede recetar antibióticos, corticoesteroides u otros medicamentos para tratar la exacerbación aguda.

3.   Complicaciones

Entre las complicaciones de la fibrosis pulmonar, pueden mencionarse las siguientes:

Presión arterial alta en los pulmones (hipertensión pulmonar). A diferencia de la presión arterial alta sistémica, esta afección repercute solo en las arterias de los pulmones. Se inicia cuando el tejido cicatricial comprime las arterias y los capilares más pequeños, lo cual incrementa la resistencia al flujo sanguíneo en los pulmones.

Esto, a su vez, eleva la presión dentro de las arterias pulmonares y en la cámara cardíaca inferior derecha (ventrículo derecho). Algunas formas de hipertensión pulmonar son enfermedades graves que se agravan progresivamente y, a veces, provocan la muerte.

Insuficiencia cardíaca derecha (cor pulmonale). Esta afección grave se produce cuando la cámara inferior derecha del corazón (ventrículo) debe bombear más que lo normal para transportar la sangre por las arterias pulmonares que están obstruidas parcialmente.

Insuficiencia respiratoria. A menudo, esta es la última etapa de la enfermedad pulmonar crónica. Ocurre cuando los niveles de oxígeno en la sangre decaen demasiado.

Cáncer de pulmón. La fibrosis pulmonar de larga data también aumenta el riesgo de que se desarrolle cáncer de pulmón.

Complicaciones pulmonares. A medida que la fibrosis pulmonar avanza, puede derivar en complicaciones como coágulos sanguíneos en los pulmones, colapso pulmonar o infecciones pulmonares.

4.   Diagnóstico

Radiografía de toráx. En estas imágenes, puede detectarse tejido cicatricial típico de la fibrosis quística y tal vez permitan controlar la evolución de la enfermedad y el tratamiento. Sin embargo, la radiografía de tórax a veces puede ser normal y se requieren otras pruebas para explicar la dificultad para respirar.

Exploración por tomografía computarizada (TC). Una exploración por tomografía computarizada de alta resolución puede ser muy útil para determinar el nivel del daño pulmonar causado por la fibrosis pulmonar.

Ecocardiograma. Un ecocardiograma usa ondas de sonido para visualizar el corazón. Puede generar imágenes fijas de las estructuras cardíacas, además de videos que muestran el funcionamiento del corazón. Esta prueba permite evaluar la cantidad de presión que se produce del lado derecho del corazón.

Pruebas de la función pulmonar. Pueden realizarse varios tipos de pruebas de la función pulmonar. En una prueba llamada espirometría, exhalas rápidamente y con fuerza por un tubo conectado a una máquina. La máquina mide la cantidad de aire que pueden retener tus pulmones y la velocidad con la que puedes inspirar y expirar aire de tus pulmones. Pueden realizarse otras pruebas para medir el volumen de tus pulmones y la capacidad de difusión.

Oximetría de pulso. La oximetría puede servir como una manera de controlar el avance de la enfermedad.

Prueba de esfuerzo. Puede utilizarse una prueba de ejercicio en una cinta o bicicleta fija para controlar tu función pulmonar mientras estás activo.

Gasometría arterial. En esta prueba, el médico analiza una muestra de sangre, generalmente extraída de una arteria de la muñeca. Luego se miden los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en la muestra.

Muestra de tejido (biopsia). Si no se ha diagnosticado la afección con otras pruebas, es posible que los médicos necesiten extraer una pequeña cantidad de tejido pulmonar (biopsia). La biopsia luego se examina en un laboratorio para diagnosticar fibrosis pulmonar o para descartar otras afecciones. La muestra de tejido puede obtenerse de una de las siguientes maneras:

Broncoscopia. En este procedimiento, el médico extrae muestras muy pequeñas de tejido (generalmente más pequeñas que la cabeza de un alfiler) con un pequeño tubo flexible (broncoscopio) que pasa a través de la boca o la nariz hasta los pulmones. Las muestras de tejido, en ocasiones, son demasiado pequeñas como para obtener un diagnóstico preciso. La biopsia también puede utilizarse para descartar otras afecciones.

Biopsia quirúrgica. A pesar de que una biopsia quirúrgica es más invasiva y tiene posibles complicaciones, puede ser la única manera de obtener una muestra de tejido del tamaño suficiente como para obtener un diagnóstico preciso. Este procedimiento puede realizarse como una cirugía mínimamente invasiva, llamada cirugía videotoracoscópica o como cirugía abierta (toracotomía).

En la cirugía videotoracoscópica, el cirujano introduce instrumentos quirúrgicos y una pequeña cámara a través de dos o tres incisiones pequeñas entre las costillas. La cámara permite al cirujano ver los pulmones en un monitor de video mientras extrae las muestras de tejido de tus pulmones. Este procedimiento se realiza con anestesia general, por lo que estarás dormido durante el procedimiento.

En la cirugía abierta (toracotomía), el cirujano extrae una muestra de pulmón a través de una incisión en el tórax entre las costillas. El procedimiento se realiza con anestesia general.

Análisis de sangre

El médico también puede pedir análisis de sangre para evaluar las funciones renal y hepática, y para detectar otras afecciones o descartarlas.

5.   Tratamiento

La cicatrización del pulmón que se produce en la fibrosis pulmonar no puede revertirse, y ningún tratamiento actual ha probado ser eficaz para detener el avance de la enfermedad. Algunos tratamientos pueden mejorar temporalmente los síntomas o enlentecer el avance de la enfermedad. Otros pueden ayudar a mejorar la calidad de vida. Los médicos evaluarán la gravedad de tu afección para determinar el tratamiento más adecuado.

Oxigenoterapia
El oxígeno no puede detener el daño pulmonar, pero puede:

·        Facilitar la respiración y la actividad física
·        Evitar o disminuir las complicaciones de los niveles bajos de oxígeno en la sangre
·        Reducir la presión arterial del lado derecho del corazón
·        Mejorar el sueño y la sensación de bienestar
·        Puedes recibir oxígeno cuando duermes o haces actividad física, aunque muchas personas pueden usarlo en todo momento. Algunas personas cargan un depósito de oxígeno; de este modo, pueden trasladarse mejor.

Rehabilitación pulmonar
La rehabilitación pulmonar puede ayudarte a controlar los síntomas y mejorar el funcionamiento diario. Los programas de rehabilitación pulmonar se centran en lo siguiente:

·        Ejercicios físicos para mejorar tu resistencia
·        Técnicas de respiración que pueden mejorar la eficacia pulmonar
·        Asesoramiento nutricional
·        Educación sobre tu afección

Trasplante de pulmón
El trasplante de pulmón puede ser una opción para las personas con fibrosis pulmonar. Realizar un trasplante de pulmón puede mejorar tu calidad de vida y permitirte vivir una vida más larga. Sin embargo, un trasplante de pulmón puede implicar complicaciones, tales como el rechazo o una infección. Tu médico puede analizar contigo si un trasplante de pulmón puede ser adecuado para tu afección.

Estilo de vida y remedios caseros
Participar activamente en el tratamiento y mantenerte lo más sano posible es fundamental para vivir con fibrosis pulmonar. Por esta razón, es importante:

Dejar de fumar. Además, debido a que el humo de segunda mano puede ser nocivo para los pulmones, evita estar con personas que fuman.

Aliméntate bien. Las personas que padecen enfermedad pulmonar pueden perder peso debido a que les resulta incómodo comer y a la energía extra que necesitan para respirar. Aun así, es fundamental consumir alimentos nutritivos que contengan las calorías adecuadas. Intenta consumir porciones más pequeñas con mayor frecuencia durante el día.

Come muchas frutas y vegetales, cereales integrales, lácteos con bajo contenido de grasa o sin grasa, y carnes magras. Evita las grasas trans y las saturadas, la sal en exceso y los azúcares agregados. Un nutricionista puede darte más pautas sobre alimentación saludable.

Ponte en marcha. La actividad física regular puede ayudarte a mantener la función pulmonar y a manejar el estrés. Intenta incorporar la actividad física, como caminar o montar en bicicleta, en tu rutina diaria. Habla con el médico sobre las actividades que pueden ser adecuadas para ti. Si, con el tiempo, necesitas ayuda para moverte, como una silla de ruedas, busca actividades o pasatiempos que no requieran que camines.
Tómate tiempo para descansar. Asegúrate de descansar lo suficiente. Tomarte tiempo para descansar puede ayudarte a tener más energía y sobrellevar el estrés que te genera tu afección.
Vacúnate. Las infecciones respiratorias pueden empeorar los síntomas de la fibrosis pulmonar. Debes colocarte la vacuna contra la neumonía y la vacuna antigripal inyectable anual. Es importante que tus familiares también se vacunen. Durante la temporada de gripe, evita las multitudes.
Cumple con el plan de tratamiento. Necesitarás un tratamiento continuo. Sigue las instrucciones del médico, toma los medicamentos según te lo indiquen y adapta tu alimentación y la actividad física que haces como sea necesario. Ve a todas las consultas con el médico.


Fuente: Clínica Mayo.

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