BACTERIAS. PERCY ZAPATA MENDO.
Bacteria
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INTRODUCCIÓN
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Bacteria, nombre que reciben ciertos
organismos unicelulares visibles solo a través del microscopio y que
constituyen uno de los tres dominios en que se dividen los seres vivos. Carecen
de núcleo diferenciado y se reproducen por división celular sencilla. Las
bacterias son tan pequeñas que solo pueden observarse con ayuda de un
microscopio que las amplíe al menos 500 veces su tamaño real. Algunas se hacen
visibles solo si se amplían 1.000 veces. Son muy variables en cuanto al modo de
obtener la energía y el alimento, y viven en casi todos los ambientes, incluido
el interior de los seres humanos. Habitan en las zonas más profundas de los
océanos y en el interior de las profundidades de la Tierra.
Las bacterias poblaron
la Tierra mucho antes de que ningún otro grupo de seres vivos la habitaran; se
han encontrado restos fósiles de bacterias en rocas de hace 3.800 millones de
años. Esas primeras bacterias habitaron un mundo inhóspito: carente de oxígeno
para respirar, con temperaturas extremadamente elevadas y niveles altos de
radiación ultravioleta procedente del Sol.
Las bacterias descendientes
de esas bacterias primigenias pueblan hoy un gran número de ambientes. La
mayoría ha experimentado cambios y hoy no serían capaces de sobrevivir en las
duras condiciones que caracterizaban la Tierra primitiva. Sin embargo, otras no
han variado mucho. En la actualidad, algunas bacterias son capaces de crecer a
temperaturas superiores al punto de ebullición del agua, 100 °C. Hay bacterias
que viven en fuentes termales; incluso en las grietas hidrotermales de las
profundidades de los fondos marinos pueden vivir bacterias metabolizadoras del
azufre. Otras no pueden estar en contacto con el oxígeno y solo sobreviven en
medios anaerobios, como el intestino o el lodo del fondo de marismas, ciénagas
o pantanos. También existen bacterias resistentes a la radiación. Las bacterias
son organismos extraordinarios en términos de adaptación a ambientes extremos,
desarrollándose en zonas que resultan inhóspitas para otras formas de vida.
Cualquier lugar donde exista vida, incluye vida bacteriana.
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TIPOS DE BACTERIAS
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Las bacterias se pueden
clasificar en varios tipos en función de varios criterios: por su forma, según
la estructura de la pared celular, por el comportamiento que presentan frente a
una tinción específica, en función de que necesiten oxígeno para vivir o no,
según sus capacidades metabólicas o fermentadoras, por su posibilidad de formar
esporas resistentes cuando las condiciones son adversas, y en función de la
identificación serológica de los componentes de su superficie y de sus ácidos
nucleicos.
2.1
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Clasificación según la forma
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La mayoría de las bacterias
presentan forma de bastón, esfera o espiral. Las bacterias con forma de bastón
reciben el nombre de bacilos. Las bacterias esféricas se llaman cocos y las que
presentan forma espiral o en tirabuzón se denominan espirilos. Algunas
bacterias tienen formas más complejas. Las espiroquetas son un tipo de
bacterias con forma espiral. Entre los cocos son muy conocidos los
estreptococos y los estafilococos, bacterias causantes de enfermedades.
2.2
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Bacterias aerobias y anaerobias
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Las bacterias se pueden
clasificar también en función de si necesitan oxígeno o no para sobrevivir: las
aerobias precisan oxígeno mientras que las anaerobias no. Las bacterias que
viven en las grietas hidrotermales son anaerobias. Muchas especies anaerobias
producen intoxicaciones alimentarias.
2.3
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Bacterias autótrofas y heterótrofas
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Respecto a la fuente de
carbono que utilizan para nutrirse, las bacterias se pueden clasificar en
autótrofas y heterótrofas. Las bacterias autótrofas (producen su propio
alimento), lo obtienen del dióxido de carbono (CO2). Sin embargo, la
mayoría de las bacterias son heterótrofas (no producen su propio alimento) y
obtienen el carbono de nutrientes orgánicos como el azúcar. Algunas especies heterótrofas
sobreviven como parásitos, creciendo dentro de otros organismos y utilizando
tanto los nutrientes como la maquinaria celular de la célula huésped. Algunas
bacterias autótrofas, como las cianobacterias, emplean la luz solar para
producir azúcares a partir de CO2. Sin embargo, otras dependen de la
energía liberada por la descomposición de compuestos químicos inorgánicos, como
nitratos y compuestos de azufre.
2.4
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Bacterias Gram positivas y Gram
negativas
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Otro sistema de clasificación
de las bacterias utiliza las diferencias en la composición de su pared celular.
El empleo de una técnica llamada tinción de Gram pone de relieve estas
diferencias identificando las bacterias como Gram positivas y Gram negativas.
Tras la tinción, las bacterias Gram positivas retienen el tinte y se colorean
de violeta, mientras que las bacterias Gram negativas liberan el tinte y se
tiñen de color rosado. Las especies Gram positivas tienen paredes celulares más
gruesas que las Gram negativas. El conocimiento de si una enfermedad está
originada por una bacteria Gram positiva o Gram negativa ayuda al médico a
prescribir el antibiótico adecuado. Este método de identificación recibe el
nombre de Hans Christian Joachim Gram, el médico danés que lo desarrolló en
1884.
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ESTRUCTURA
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Las células bacterianas
son muy pequeñas, entre 1 y 10 micrómetros (µm) de longitud, y solo pueden
observarse con ayuda de un microscopio.
Las bacterias son organismos
procariotas, que carecen de núcleo verdadero, una característica que las
diferencia de las células vegetales y animales. El núcleo de las plantas y de
los animales contiene el material genético en forma de ácido desoxirribonucleico
(ADN). El material genético de la célula bacteriana está formado
también por ADN (generalmente circular) pero se encuentra en una región densa
que no está separada del resto del citoplasma por ninguna membrana. Muchas
bacterias poseen también pequeñas moléculas de ADN circulares llamadas
plásmidos, que llevan información genética, pero, la mayoría de las veces, no
resultan esenciales en la reproducción.
El citoplasma, además
del material genético, contiene fundamentalmente agua, sustancias de reserva,
proteínas y ribosomas. Sin embargo, las bacterias carecen de los orgánulos
citoplasmáticos rodeados de membrana propios de los eucariontes, como
mitocondrias, cloroplastos, aparato de Golgi, etc. La membrana plasmática es la
envoltura que rodea al citoplasma, separando la célula del medio ambiente que
la rodea y regulando el paso de materiales. En la membrana aparecen grandes
repliegues, denominados mesosomas, que pueden intervenir en la división celular
o en diversas reacciones químicas que liberan energía. Por fuera de la
membrana, se localiza la pared bacteriana, rígida y resistente. Generalmente,
la rigidez de la pared celular determina la forma de la célula bacteriana.
Además, protege a la bacteria de la deshidratación y de los cambios que se
producen en el medio que la rodea. En algunos casos, la pared celular también
protege a la bacteria del ataque de las células del sistema inmunitario. En
algunas células la pared es muy fina mientras que en otras es gruesa; la
tinción de Gram permite distinguir entre estos dos tipos de paredes
bacterianas. Algunas bacterias poseen, rodeando a la pared celular, una capa
denominada vaina o cápsula bacteriana que es capaz de retener agua y que puede
protegerlas también del ataque de los leucocitos.
No todas las bacterias
tienen capacidad de movimiento, pero las que lo poseen se desplazan gracias a
la presencia de apéndices filamentosos denominados flagelos. Estos pueden
localizarse a lo largo de toda la superficie celular o en uno o ambos extremos
de la célula, y pueden aparecer aislados o en grupo. Dependiendo de la
dirección en que gire el flagelo, la bacteria puede moverse avanzando o
agitándose en una dirección concreta. La duración de los movimientos de avance
en relación con los de giro está asociada a receptores presentes en la membrana
bacteriana; estas variaciones permiten a la bacteria acercarse a determinadas
sustancias, como partículas alimenticias, y alejarse de aquellas condiciones
ambientales adversas.
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FISIOLOGÍA
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Las células bacterianas,
como todas las células, requieren nutrientes para llevar a cabo sus actividades
vitales. Estos nutrientes deben ser solubles en agua para poder atravesar los
poros de la pared celular y pasar a través de la membrana celular hasta el
citoplasma. Sin embargo, muchas bacterias pueden digerir los alimentos sólidos
liberando, en el medio que las rodea, sustancias químicas llamadas exoenzimas.
Las exoenzimas ayudan a romper los alimentos sólidos en fragmentos
hidrosolubles que la pared bacteriana puede absorber. Las células bacterianas
utilizan los nutrientes para llevar a cabo diversas reacciones químicas
indispensables para la vida, conocidas en conjunto con el nombre de
metabolismo.
Las bacterias han explorado
una gran cantidad de posibilidades metabólicas. Como ya se ha visto, hay
bacterias que presentan un metabolismo aerobio y otros anaerobios. Algunas
especies pueden alterar su metabolismo entre aerobio y anaerobio y, por ello,
reciben el nombre de aerobias facultativas.
Además, las bacterias
pueden ser autótrofas o heterótrofas. Dentro de las especies autótrofas, que
utilizan el dióxido de carbono como fuente de carbono, puede distinguirse entre
fotoautótrofas (o fotótrofas) y quimioautótrofas (o quimiolitótrofas o
quimiosintéticas). Las primeras realizan la fotosíntesis y utilizan la luz
solar como fuente de energía. Las cianobacterias presentan clorofila, como las
algas verdes, para llevar a cabo la fotosíntesis y liberar oxígeno. De hecho,
fueron las responsables de la transformación de la atmósfera terrestre
primigenia. Otras bacterias fotosintéticas utilizan un pigmento fotosintético
distinto, la bacterioclorofila, y no liberan oxígeno. Las bacterias
quimioautótrofas obtienen la energía, no de la luz, sino de la oxidación de
sustancias inorgánicas. En este grupo de bacterias se incluyen las bacterias
del suelo que juegan un papel fundamental en los ciclos biogeoquímicos (ciclo
del carbono, ciclo del nitrógeno y ciclo del azufre, entre otros).
Las bacterias heterótrofas
(que utilizan compuestos orgánicos como fuente de carbono), a su vez, pueden
ser fotoheterótrofas o quimioheterótrofas. Las primeras obtienen sus átomos de
carbono de compuestos orgánicos fabricados por otros organismos y obtienen la
energía de la luz solar. Las quimioheterótrofas obtienen tanto sus átomos de
carbono como su energía de uno o varios compuestos orgánicos. La mayoría de las
bacterias pertenecen a este grupo. Según su modo de vida las bacterias
heterótrofas pueden ser saprofitas, simbiontes o parásitas. Las saprofitas
viven sobre los cuerpos muertos de animales y vegetales, y son importantes
porque descomponen los cuerpos de las plantas y animales muertos en sus
componentes esenciales, haciéndolos accesibles para ser utilizados como
alimento por las plantas. Muchas bacterias viven en simbiosis con animales o
plantas. Las bacterias parásitas, el tercer tipo, viven en el interior de los
animales o plantas provocándoles daños; son las bacterias patógenas
responsables de muchas enfermedades.
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REPRODUCCIÓN
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Las bacterias se reproducen
con mucha rapidez. En algunas especies la replicación en condiciones óptimas se
lleva a cabo tan solo en unos 15 minutos. Una célula bacteriana puede
convertirse en dos en 15 minutos, en cuatro en 30, en ocho en 45 y así sucesivamente.
De ese modo, las bacterias podrían cubrir con rapidez la faz de la Tierra si el
suministro de nutrientes fuese ilimitado. Sin embargo, en ausencia de
nutrientes suficientes, muchas bacterias forman esporas latentes que sobreviven
hasta que disponen de nuevo de alimento. La formación de esporas hace posible
también que las bacterias sobrevivan en determinadas condiciones adversas.
5.1
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Fisión binaria
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Las células bacterianas
se dividen por fisión o bipartición; la bacteria aumenta de tamaño hasta casi
duplicar su tamaño inicial y el material genético se duplica; luego, la
bacteria se estrecha por la mitad y tiene lugar la división completa formándose
dos células hijas idénticas a la célula madre.
En primer lugar, el ADN
bacteriano (que está anclado a un mesosoma) se replica, y se forman todas las
moléculas que necesita la nueva célula. La nueva molécula de ADN se une a otro
mesosoma nuevo. La membrana crece separando las dos moléculas de ADN. En la
zona central de la célula, la membrana celular se invagina hacia el centro y se
cierra para, finalmente, dividir a la célula en dos de tamaño muy similar,
formándose una nueva pared celular entre las membranas.
5.2
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Formación de esporas
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En respuesta a la escasez
de nutrientes u otras condiciones adversas, muchas bacterias sobreviven
mediante la formación de esporas que resisten las condiciones extremas del
medio, como la deshidratación, el calor o los productos químicos tóxicos. Las
esporas preservan el ADN bacteriano y permanecen vivas pero inactivas. Cuando
las condiciones mejoran, las esporas comienzan a desarrollarse y las bacterias
se activan de nuevo.
Las esporas mejor estudiadas
se forman en las bacterias Bacillus y Clostridium y se conocen
como endosporas, porque son estructuras intracelulares. Las esporas del Clostridium
botulinum originan el botulismo, una intoxicación que puede ser mortal. Las
endosporas tienen cubiertas gruesas y pueden resistir las condiciones adversas
del medio, especialmente el calor. Las endosporas pueden sobrevivir durante siglos
en estado latente.
5.3
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Intercambio genético
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Con frecuencia, las células
bacterianas pueden sobrevivir mediante el intercambio de ADN con otras células
y la adquisición de nuevos rasgos, como la resistencia a un antibiótico
dirigido a destruirlas. La forma más simple de intercambio de ADN es la
transformación bacteriana, un proceso mediante el cual las células bacterianas
toman ADN ajeno del medio en el que viven y lo incorporan a su propio ADN. El
ADN del medio puede proceder de células muertas. Cuanto más parecido sea este
ADN al de la célula bacteriana más sencilla es su incorporación.
Otro método de intercambio
de información genética es la transducción o transferencia de material genético
de una bacteria a otra a través de virus bacterianos o bacteriófagos. Cuando el
virus infecta la célula bacteriana, se pueden formar, accidentalmente, junto
con los bacteriófagos normales, fagos que contengan el ADN bacteriano. Cuando
estos virus infectan otra bacteria, el ADN de la primera bacteria se integra en
el material genético de la bacteria receptora.
La transformación y la
transducción generalmente transfieren solo pequeñas cantidades de ADN, si bien
los especialistas en genética bacteriana han intentado incrementar estas
cantidades. Muchas bacterias son capaces también de transferir grandes
cantidades de ADN, incluso el genoma completo (conjunto de genes), mediante
contacto físico. Por lo general, la célula donante crea una copia del ADN
durante el proceso de transferencia de manera que no es destruida. Este método
de intercambio recibe el nombre de conjugación. El intercambio de ADN permite a
la bacteria que ha desarrollado genes de resistencia a antibióticos propagar
con rapidez su resistencia a otras bacterias.
6.
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Un nuevo sistema de clasificación
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Carl Woese, un microbiólogo
de la Universidad de Illinois descubrió que era más fácil trabajar con ácidos
nucleicos como el ADN o el ARN, y comparó las moléculas de ácido ribonucleico
de los ribosomas (ARNr). Los ribosomas son estructuras celulares
encargadas de la síntesis de proteínas. Fue relativamente sencillo obtener ARNr
para identificar sus nucleótidos y determinar su orden en la molécula. El ARN
ha demostrado ser una herramienta excelente para determinar las relaciones
evolutivas porque varía relativamente poco de una generación a la siguiente.
La filogenia molecular
estableció tres grupos principales de organismos, que Woese llamó dominios. Un
dominio llamado Eukarya (Eucariota), que comprende todos los organismos con un
núcleo verdadero y que incluye todas las plantas y los animales, y otros dos
dominios, que recibieron el nombre de Archaea y Bacteria, formados por
organismos procariotas sin núcleo verdadero. Anteriormente las arquebacterias,
que componen el dominio Archaea, fueron clasificadas con las bacterias dentro del
reino Móneras.
La clasificación de los
organismos procariotas en dos dominios, el sistema propuesto por Woese, está
basada casi por completo en la estructura del ARN ribosómico y resulta
coherente con otros hallazgos relativos a las estructuras básicas, su
metabolismo y su evolución.
las bacterias es un tema extenso, pero este resumen contiene lo básico de conocimiento, bien redactado y de fuente confiable.
ResponderEliminarsinceramente me sirve la información, ya que estoy realizando una tesis sobre la afectación de bacterias en los cuerpos de aguas costeros.
ESTIMADA Heechie:
EliminarLE AGRADEZCO ENCARECIDAMENTE SU SINCERO Y FRANCO COMENTARIO. ES PROBABLE QUE PARA SU TESIS HAYA SIDO TOCADO EL TEMA "BACTERIAS" DE MANERA SUPERCIAL, NO OBSTANTE, ESTE BLOG ESTÁ DEDICADO AL PÚBLICO EN GENERAL, CON TERMINOS SENCILLOS Y NO POBLADO DE TECNICISMOS.
REITÉROLE SU COMPRENSIÓN Y MIS SINCERAS GRACIAS POR SU GENTIL COMENTARIO.