BULIMIA. PERCY ZAPATA MENDO.
BULIMIA
Introducción
Cuando se visitan las ruinas de Pompeya, situadas en la
cercanía del Monte Vesubio, uno no debe de omitir entrar a la casa del
importante ciudadano del pasado, Vitii. En ella prominentemente se encuentra el
vomitorio, lugar en el cual los romanos, en el ocaso sombrío de su imperio
decadente, intentaban hacer más espacio en los estómagos repletos para
prolongar sus orgías Bacanales.
En este caso particular, era evidente que el acto de
vomitar se llevaba a cabo con el beneplácito de los que acudían al banquete, y
que no se llevaba a cabo (como es el caso con la bulimia nervosa) por las
consideraciones estéticas de no querer engordar.
El vomitar de este modo constituía parte de un esquema de
excesos, en una sociedad en las etapas finales de su agonía. Una sociedad en la cual el comer lo raro, lo
extraño, y lo exótico (tanto como sucediera al mismo tiempo con los excesos
eróticos y carnales) formaban parte de una resignación fatalista postrera, con
elementos de lo sensorial, amoral y licencioso; en búsqueda de la negación
desesperada de un inminente destino, tan sombrío como inevitable.
Equivocadamente, hoy, cuando confrontamos el problema
psicosomático de la bulimia nervosa, es común que muchas personas hagan,
erróneamente, hincapié en el hecho histórico de que ‘parece que este asunto lo
empezaron los romanos.’
La bulimia (griego: apetito de buey) adquirió popularidad
en la década de los 80s durante el siglo pasado, cuando la psicóloga
estadounidense M. Boskin-Lodahl acuñó el término ‘bulimarexia’, refiriéndose a
las actividades de mujeres estudiantes universitarias que hacían ciclos de
consumo excesivo de comidas de alta densidad calórica, en un período rápido y
furtivo, terminando la orgía privada con un acto purgativo (generalmente el
vómito provocado intencionalmente) para evitar los efectos de haber comido en
exceso y luego de ganar de peso.
Las características que algunos investigadores han
encontrado en estas personas, es que generalmente son mujeres en las etapas
finales de la adolescencia o en la vida adulta incipiente, que tienden a ser
gregarias y sociales, que a veces se precipitan en la experimentación precoz
carnal, con el alcohol o las drogas, que son sigilosas, que algunas son
impulsivas, que otras, a menudo se
apropian de las cosas ajenas (cleptomanía) y que la mayoría de ellas no
muestran ni el aspecto de la inanición aparente, ni padecen de la pérdida de
los períodos menstruales (amenorrea) que comúnmente ocurren en la anorexia
nervosa.
El psiquiatra G. Russell, en Londres, modificó el término
‘bulimarexia’ y propuso el de bulimia nervosa al que designó como ‘variación
ominosa’ de la anorexia nervosa.
Cuando la fallecida ex-consorte del heredero actual del
trono inglés, la Princesa Diana, fue expuesta por la prensa sensacionalista
como víctima de la anorexia y de la bulimia nervosa, la condición recibió mucha
atención, pero menos de la que despertara en los Estados Unidos la muerte, de
la cantante Karen Carpenter causada por complicaciones cardiomiopáticas de la
bulimia. Con los dos eventos y con la
admisión subsiguiente que hicieran muchas figuras del cine, la bulimia entró el
mundo del conocimiento universal.
El cuadro clínico ya descrito es típico, pero los métodos
de purgar pueden ser variados. Estos pueden incluir los laxantes, el uso del
elíxir de la ipecacuana (cuyos riesgos, como veremos, son inmensos), el uso de
enemas y de supositorios, el uso de diuréticos y el ejercicio aeróbico
excesivo.
Algunas ocupaciones en las cuales es imprescindible el
lucir o el ser delgado, pueden predisponer a la bulimia: modelos, nadadores
olímpicos, luchadores profesionales, jinetes de caballos de carrera y otros.
Garfinkel y Garner en el Canadá reportaron que el equipo olímpico de natación
canadiense y las ballerinas del ballet de la ciudad de Toronto prestaban
albergue a muchas mujeres con esta condición.
Hallazgos similares fueron reportados por investigadores en otros
países.
Definición
La bulimia nerviosa es un trastorno del comportamiento
del comer cuya característica principal es la ingestión de grandes cantidades
de alimentos durante un corto período de tiempo.
En un principio se consideraba a la bulimia como un
síntoma impulsivo que formaba parte de otros cuadros clínicos, para
posteriormente ser considerada como con trastorno de la misma índole que las
disorexias.
Afecta principalmente a mujeres jóvenes y adolescentes
preocupadas por su imagen corporal y su peso. La percepción que tienen sobre sí
mismas está muy influenciada por su figura esbelta y el peso de su cuerpo.
Quienes la padecen, son personas muy ansiosas, con baja
autoestima y fluctuaciones permanentes del temperamento. Desvalorizan su imagen
corporal y sienten mucho miedo a ser rechazadas, lo que las lleva a intentar
proyectar una imagen corporal ideal.
Las conductas impulsivas son frecuentes, como la
cleptomanía, la auto-mutilación, el consumo de sustancias adictivas y, a veces,
una vida sexual muy activa pero insatisfactoria.
Es muy común la ausencia de la figura del padre y/o de la
madre, o son padres que nunca se hicieron cargo de ellos desde el punto de
vista emocional.
Cuadro clínico
Las características principales de la bulimia son las
siguientes:
• Episodios recurrentes de atracones, en los
cuales se ingieren grandes cantidades de comida durante un plazo corto de
tiempo. Este impulso comienza en cualquier momento y es precedido habitualmente
por un malestar, angustia, rabia o irritabilidad, según lo referido por muchas
mujeres. Comen cualquier tipo de alimentos, sobre todo ricos en hidratos de
carbono, con las manos, sin tragar y empujándolos con los dedos. Finalizan
cuando ya no queda más comida, cuando sobreviene el vómito, si se presenta un
dolor intenso en el abdomen que no le permite continuar, o es interrumpida por
alguna persona, ya que siempre se realiza aisladamente y sin testigos.
• Las invade un enorme temor al no poder
parar de comer durante los episodios, por lo que se esfuerzan en no comenzar.
Aunque en algunas personas ambas actividades se vuelven placenteras, tanto el
hartazgo como el vómito.
• Realizan lo que se denomina comportamiento
compensatorio inadecuado, donde, para prevenir el aumento de peso se inducen el
vómito, abusan de laxantes y diuréticos, ayunan por largos períodos e
incrementan notablemente su actividad física en un intento de quemar más
calorías.
• Tanto los episodios de grandes ingesta como
el comportamiento compensatorio inadecuado se producen por lo menos 2 veces por
semana por un período de meses.
La mayor preocupación de estas personas no es adelgazar,
pero sí sienten un gran temor a engordar. Tienen mayor conciencia de su
padecimiento que las personas anoréxicas, lo que les produce un gran
remordimiento.
Para la bulímica lo más importante es no ser gorda. Por
ello, las bulímicas con el pronóstico más severo son aquéllas que antes de
sucumbir a la enfermedad fueron gordas.
Causas
No se conoce la causa de la bulimia. Se cree que los
factores que contribuyen al desarrollo de la bulimia incluyen los ideales
culturales y las actitudes sociales en cuanto a la apariencia del cuerpo, la
auto evaluación basada en el peso y forma del cuerpo, y los problemas
familiares. Del 30 al 50 por ciento de los adolescentes bulímicos también
cumplen los criterios de la anorexia nerviosa al inicio de su enfermedad.
Epidemiología
La mayoría de los bulímicos son mujeres adolescentes que
pertenecen a un grupo socioeconómico alto. Todos los países industriales
occidentales han informado de casos de bulimia. Se calcula que entre el 1 y el
4 por ciento de las adolescentes de Estados Unidos se les ha diagnosticado
bulimia. Los adolescentes que desarrollan bulimia suelen provenir de familias
en las que existen antecedentes de trastornos alimentarios, enfermedades
físicas y otros problemas de salud mental, como trastornos del estado de ánimo
o abuso de drogas. Otros problemas de salud mental, como los trastornos de
ansiedad o los trastornos del estado de ánimo, se encuentran comúnmente en los
jóvenes que tienen bulimia.
Tipos de bulimia
Existen dos subgrupos de comportamientos anoréxicos cuyo
objetivo es reducir la ingestión calórica:
Tipo purgante - regularmente se auto induce el vómito o hace
mal uso de laxantes, diuréticos o enemas, u otros purgantes (medicamentos que,
a través de sus efectos químicos, sirven para aumentar la eliminación del
contenido intestinal).
Tipo no purgante - utiliza otros
comportamientos inapropiados, como ayunar o realizar ejercicio excesivo, en vez
de adoptar comportamientos purgantes para reducir la absorción calórica de
cantidades excesivas de alimentos por parte del cuerpo.
Síntomas
A continuación se enumeran los síntomas más comunes de la
bulimia. Sin embargo, cada niño puede experimentar las señales de una forma
diferente. Los síntomas pueden incluir:
·
Usualmente un peso corporal bajo o normal (la persona se ve gorda).
·
Episodios recurrentes de atracones de comida (consumo rápido de cantidades
excesivas de alimentos en un período de tiempo relativamente corto, a menudo en
secreto), asociados con sentimientos de miedo de no ser capaz de dejar de comer
durante los episodios de atracones.
·
Auto provocarse el vómito (normalmente en secreto).
·
Ejercicio excesivo o ayunar.
·
Costumbres o rituales alimentarios peculiares.
·
Uso inadecuado de laxantes, diuréticos u otros purgantes.
·
Menstruaciones irregulares o ausencia de menstruaciones.
·
Ansiedad.
·
Sentimientos de desaliento relacionados con la insatisfacción consigo
mismos y con la apariencia de su cuerpo.
·
Depresión.
·
Preocupación por los alimentos, el peso y la forma del cuerpo.
·
Cicatrices en la parte posterior de los dedos debido al proceso de auto
provocarse el vómito.
·
Comportamiento obsesivo hacia sus metas.
Los síntomas de la bulimia pueden parecerse a los de
otras condiciones o problemas médicos. Siempre consulte al médico de su hijo
para obtener un diagnóstico.
Diagnóstico
Los padres, maestros, entrenadores o instructores pueden
ser capaces de identificar al niño o adolescente que tiene bulimia, aunque
muchas personas que tienen la enfermedad inicialmente la mantienen muy privada
y escondida. Sin embargo, un psiquiatra infantil o un profesional de la salud
mental capacitado normalmente diagnostica la bulimia en los niños y
adolescentes. Una historia detallada del comportamiento del niño por parte de
los padres y maestros, observaciones clínicas del comportamiento del niño y,
algunas veces, un examen psicológico contribuyen a realizar el diagnóstico. Los
padres que observen síntomas de bulimia en su niño o adolescente pueden ayudar
buscando una evaluación y tratamiento tempranos. El tratamiento temprano puede
prevenir a menudo problemas futuros.
La bulimia, y la desnutrición resultante, pueden afectar
de forma adversa a casi todos los sistemas de órganos del cuerpo, aumentando la
importancia del diagnóstico y tratamiento tempranos. Consulte al médico de su
hijo para obtener más información.
Tratamiento
El tratamiento específico de la bulimia será determinado
por el médico de su hijo basándose en lo siguiente:
Ø La edad de su hijo, su estado general de
salud y su historia médica.
Ø La extensión de los síntomas de su hijo.
Ø La tolerancia de su hijo a determinados
medicamentos, o terapias.
Ø Las expectativas para la evolución del
trastorno.
Ø Su opinión o preferencia.
Ø La bulimia en los adolescentes normalmente se
trata con una combinación de terapia individual, terapia familiar, modificación
del comportamiento y rehabilitación nutricional. En los adultos, ha sido
efectivo el uso de terapia cognitiva del comportamiento y de medicamentos
antidepresivos. El tratamiento debe estar siempre basado en una evaluación
exhaustiva del adolescente y de la familia. La terapia individual normalmente
incluye técnicas cognoscitivas y del comportamiento. Los medicamentos
(normalmente antidepresivos o medicamentos contra la ansiedad) pueden ser
útiles si el adolescente que tiene bulimia está también ansioso o deprimido. La
existencia frecuente de complicaciones médicas durante el transcurso del tratamiento
de rehabilitación requiere que el médico de su hijo y un nutricionista sean participantes activos del equipo de
tratamiento. Los padres juegan un papel de apoyo vital en cualquier proceso de
tratamiento.
Prevención
Hasta la fecha no se conocen medidas preventivas para
reducir la incidencia de la bulimia. Sin embargo, la detección e intervención
tempranas pueden reducir la gravedad de los síntomas, estimular el proceso de
crecimiento y desarrollo normal, y mejorar la calidad de vida de los
adolescentes que tienen bulimia. Alentar los hábitos alimenticios sanos y las
actitudes razonables en cuanto al peso y la dieta puede también ser de gran
ayuda.
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