CHIKUNGUNYA.
CHIKUNGUNYA
La
palabra chikunguña es de origen makonde y significa enfermedad del hombre
retorcido, debido al fuerte dolor articular que provoca la artritis que
caracteriza a la enfermedad. Es un virus del género alfavirus, que se transmite
a las personas mediante la picadura de los mosquitos portadores Aedes; tanto el
Aedes aegypti como el Aedes albopictus. Este virus fue detectado por primera
vez en Tanzania en 1952, y fue descrito por uno de los colaboradores del equipo
del epidemiólogo Marion Robinson en 1955.
El
virus se transmite de manera similar a la fiebre del dengue y causa una
enfermedad con una fase febril aguda que dura de 2 a 5 días, seguido de un
período de dolores en las articulaciones de las extremidades; este dolor puede
persistir semanas, meses o incluso durante años en un porcentaje que puede
rondar el 12 % de los casos.
La
mejor forma de prevención es el control general del ciclo evolutivo del mosquito
vector, además, evitar las picaduras de mosquitos infectados. Hasta la fecha no
hay un tratamiento específico, pero existen medicamentos que se pueden usar paliar
los síntomas.
El
chikungunya se puede dar sólo una vez, debido a que el cuerpo se encarga de
elaborar anticuerpos frente al virus, de por vida.
Signos y síntomas
Se
caracteriza por la aparición súbita de fiebre, usualmente acompañada de dolores
articulares; e igualmente se pueden presentar: dolores musculares, dolores de
cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. Los dolores articulares
suelen ser muy debilitantes, pero generalmente desaparecen en pocos días.
La
mayoría de los pacientes se recuperan completamente, pero en algunos casos los
dolores articulares pueden durar varios meses, o incluso años. Se han descrito
casos ocasionales con complicaciones oculares, neurológicas y cardiacas, y
también con molestias gastrointestinales.
Las
complicaciones graves no son frecuentes, pero en las personas ancianas la
enfermedad puede llevarles a la muerte. A menudo los pacientes solo tienen
síntomas leves y la infección puede pasar inadvertida o diagnosticarse
erróneamente como dengue en zonas donde este es frecuente.
Transmisión
El
virus se transmite de una persona a otras por la picadura de mosquitos hembra
infectados. Generalmente los mosquitos implicados son Aedes aegypti y Aedes
albopictus, dos especies que también pueden transmitir otros virus, entre ellos
el del dengue. Estos mosquitos suelen picar en cualquier momento del día,
aunque su actividad puede ser máxima al principio de la mañana y al final de la
tarde. Ambas especies pican al aire libre, pero Ae. aegypti también puede
hacerlo en ambientes interiores.
La
enfermedad suele aparecer entre 4 y 8 días después de la picadura de un
mosquito infectado, aunque el intervalo puede oscilar entre 2 y 12 días.
Tanto
Ae. Aegypticomo Ae. Albopictusse han visto implicados en grandes brotes de
fiebre chikungunya. Mientras que Ae. Aegypti está confinado a las zonas
tropicales y subtropicales, Ae. Albopictus también está presente en regiones
templadas, e incluso templadas-frías. En los últimos decenios Ae. Albopictus ha
salido de Asia y se ha establecido en algunas zonas de África, Europa y las
Américas.
En
comparación con Ae. Aegyptila especie Ae. Albopictus prospera en una variedad
más amplia de acumulaciones de agua que le sirven de criaderos, tales como
cáscaras de coco, vainas de cacao, tocones de bambú, huecos de árboles, charcos
en rocas, además de depósitos artificiales tales como neumáticos de vehículos o
platos bajo macetas.
Esta
diversidad de hábitats explica la abundancia de Ae. Albopictus en zonas rurales
y periurbanas y en parques urbanos sombreados. Ae. Aegypti está más
estrechamente asociado a las viviendas y tiene criaderos en espacios
interiores, por ejemplo en floreros, recipientes de agua y tanques de agua en
baños, además de los mismos hábitats exteriores artificiales que Ae.
Albopictus.
En
África se han encontrado varios otros mosquitos vectores de la enfermedad,
entre ellos especies del grupo A. furcifer-taylori y A. luteocephalus Hay
indicios de que algunos animales diferentes de los primates (roedores, aves y
pequeños mamíferos) también pueden actuar como reservorios.
Diagnóstico
Las
pruebas serológicas, como la inmuno adsorción enzimática (ELISA), pueden
confirmar la presencia de anticuerpos IgM e IgG contra el virus chikungunya.
Las mayores concentraciones de IgM se registran entre 3 y 5 semanas después de
la aparición de la enfermedad, y persisten unos 2 meses.
Las
muestras recogidas durante la primera semana tras la aparición de los síntomas
deben analizarse con métodos serológicos y virológicos (RT-PCR). El virus puede
aislarse en la sangre en los primeros días de la infección. Existen diversos
métodos de reacción en cadena de la polimerasa con retro transcriptasa
(RT–PCR), pero su sensibilidad es variable. Algunos son idóneos para el
diagnóstico clínico.
Los
productos de RT–PCR de las muestras clínicas también pueden utilizarse en la
genotipificación del virus, permitiendo comparar muestras de virus de
diferentes procedencias geográficas.
Tratamiento
El
tratamiento consiste principalmente en aliviar los síntomas, entre ellos el
dolor articular, con antipiréticos, analgésicos óptimos y líquidos.
El
31 de julio de 2014 dos científicos de la Universidad Estatal de Carolina del
Norte anunciaron que desarrollaron la vacuna contra el virus. Hasta la
invención de dicha vacuna, no existía tratamiento curativo, es decir, que la
chikunguña no podía ser curada.
Prevención y control
La
proximidad de las viviendas a los lugares de cría de los mosquitos vectores es
un importante factor de riesgo tanto para la fiebre chikungunya como para otras
enfermedades transmitidas por las especies en cuestión. La prevención y el
control se basan en gran medida en la reducción del número de depósitos de aguas
naturales y artificiales que puedan servir de criadero de los mosquitos.
Durante
los brotes se pueden aplicar insecticidas para eliminar los insectos en vuelo,
o aplicarlo a las superficies donde es usual que se posa: se puede recurrir
igualmente a métodos biológicos para eliminar a las larvas que se encuentran en
los estanques.
Como
protección durante los brotes se recomiendan llevar ropa que reduzca al mínimo
la exposición de la piel a los vectores. También se pueden aplicar repelentes a
la piel o a la ropa, respetando estrictamente las instrucciones de uso del
producto.
Los
mosquiteros, insecticidas y los espirales insectífugas proporcionan una buena
protección durante el sueño.
Las
personas que viajen a zonas de riesgo deben adoptar precauciones básicas, como
el uso de repelentes, pantalones largos y camisas de manga larga, o la
instalación de mosquiteros en las ventanas.
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