EL TONTO ELOGIO DE LA LOCURA. ACERCA DE LA MITOLOGÍA, LA CIENCIA Y LA ESTUPIDEZ ILUSTRADA
EL
TONTO ELOGIO DE LA LOCURA.
ACERCA
DE LA MITOLOGÍA, LA CIENCIA Y LA ESTUPIDEZ ILUSTRADA
“Nuestras clases medias ilustradas
´leen´ la excentricidad y hasta la locura como la clave de la genialidad de un
artista”.
Daniel
Flichtentrei.
"El genio dramático de Robin
Williams no fue producto de su enfermedad mental, su suicidio sí", dice Scott Barry Kaufman hoy en Scientific American.
La
extensa mitología que circula acerca de las enfermedades mentales, no sólo es
falsa, sino que refuerza el estigma y entorpece la atención de los enfermos.
Existe
una tonta idolatría de la locura que procede del desconocimiento y del dualismo
más ingenuo. Ya se sabe que un mito es mucho más poderoso que una verdad. Sin
embargo alguien debe decir aquello que contradice nuestras creencias cuando
ocasionan daño.
Vale
la pena recordar una frase de la Dra. Kay Redfield Jamison acerca de Vincent
Van Gogh: “La mayoría de las personas con
enfermedades mentales no son inusualmente creativas, y la mayoría de las personas
creativas no son enfermos mentales”. Sobran los ejemplos en los que la
superstición popular atribuye el genio a la locura: Artaud, Kafka, Rimbaud,
Alejandra Pizarnik, Ernst Hemingway, Jimy Hendrix, Janis Joplin, Jim Morrison,
Kurt Cobain, Amy Winehouse y más recientemente Philip Seymour Hoffman o Robin
Williams como tantos otros.
Las
investigaciones científicas refutan esta creencia en términos epidemiológicos
con datos contundentes que se han replicado en infinidad de oportunidades. La
enfermedad psiquiátrica es un terrible padecimiento para los pacientes y para
sus familias. Es idiota y criminal el elogio de la locura como un signo de
actitud contestataria contra el orden establecido y las buenas costumbres
burguesas.
El
suicidio no es un acto de rebeldía política sino un signo - el más rotundo de
todos- de una grave perturbación psiquiátrica. No es apelando a modelos de
psicopatología dualistas, hemipléjicos y "descerebrados"
que se puede esperar modificar el desenlace fatal de tantos casos. Encontrar
una alternativa que otorgue esperanza a los enfermos en un futuro cercano tiene
como condición indispensable estudiar -y admitir- los fundamentos genéticos,
biológicos, psicológicos y sociales, contemplar en todas sus dimensiones la
naturaleza compleja y multideterminada del fenómeno de la muerte por mano
propia.
La
crítica social es una actitud legítima pero requiere de mentes lúcidas y
saludables para ejercerse. Los genios enfermos lo fueron pese a su patología y
no gracias a ella. Quienes profesan esta “idolatría
por el demonio” difunden una idea peligrosa que no es producto de ninguna
genialidad sino apenas una triste muestra de su arrogante y patética
ignorancia.
Nuestras
clases medias ilustradas "leen"
la excentricidad y hasta la locura como la clave de la genialidad de un
artista. Esto habla más de ellas mismas que de aquellos que idolatran. Se
sostienen ideas descabelladas como producto de un triste analfabetismo
científico alimentado por décadas de culto al outsider y de egomanía de diván.
Su actitud no solo es ignorante sino socialmente peligrosa. El culto romántico
a la locura es una irresponsable aberración cultural.
La
comunicación de los casos de suicidio de personajes famosos debe ser una
oportunidad para la educación, la prevención y para desarticular el estigma y
las falsas creencias. Ni la morbosidad que viola la intimidad de las personas,
ni la celebración encubierta de una tragedia personal contribuyen a la toma de
conciencia social sobre el tema.
Solo
en los Estados Unidos se suicidan 40.000 personas por año, más que las que
mueren por accidentes de tráfico (34.000), o por cáncer de próstata (29.000) y
más del doble de las que son asesinadas (16.000).1 Se suicidan más
ex-combatientes de la guerra de Irak que los que murieron en el campo de
batalla.
Uno
de los colectivos profesionales con más alta tasa de suicidios es el de los
médicos entre quienes se producen unas 400 muertes al año en ese país, más que
una escuela de medicina completa. Los resultados combinados de 25 grandes
estudios muestran que el suicidio entre médicos varones es 40% más alto que en
la población general y entre médicas es 130% más frecuente 2; 3.
En
general hay más intentos de suicidios entre las mujeres pero más resultados
fatales entre los hombres en todas las poblaciones analizadas. Si bien la
mayoría de las personas que se suicidan padecen depresión (350 millones en el
mundo según la OMS), menos del 4% de los pacientes depresivos se suicidan. Se
reconocen una cantidad de circunstancias que potencian esa posibilidad, entre
ellas: padecer trastorno bipolar, episodios depresivos mixtos, adicciones como
comorbilidad psiquiátrica y la pobreza como factor social.
Es
precisamente el grupo de edad al que pertenecía Robin Williams (45 a 64 años)
el que presenta la tasa más alta de suicidios superando incluso a los jóvenes y
a los ancianos. Las muertes auto provocadas en este grupo etáreo han aumentado
en los EE. UU 40% en la última década (datos del CDC) reportados en The Wall
Street Journal. 4
El
elogio de la marginalidad del enfermo mental proferido desde un bar de Palermo Hollywood
o desde las páginas de alguna revista cultural es un insulto. Los auténticos
marginales son los millones de personas que hoy en el mundo viven en
condiciones infrahumanas, sin acceso a las condiciones básicas de dignidad, por
fuera de los sistemas de salud y que padecen y mueren a edades inadmisibles.
Miles
de enfermos mentales deambulan por las salas de los hospitales psiquiátricos
buscando soluciones reales -y no imaginarias o meramente discursivas- para sus
devastadoras patologías. Sus familias buscan desesperadamente atenuar el
padecimiento de la persona que aman. No son héroes sino víctimas. La locura no
libera de nada, muy por el contrario, es una cárcel feroz que encadena la
existencia, oscurece la razón, mutila el talento y nos aísla de los otros. Pero
a ningún pseudo-intelectual postmoderno, idólatra de la locura, del suicidio
redentor o de la manía creadora se la ha ocurrido jamás que ni la creatividad,
ni el genio, ni la rebeldía son producto de la enfermedad sino de la salud.
Autor:
Daniel Flichtentrei
Fuente:
IntraMed
Referencias
1. Nature, Suicide Watch:
http://www.nature.com/news/suicide-watch-1.14691
2. Am J Psychiatry. 2004 Dec;
161(12):2295-302. Suicide rates among physicians: a quantitative and gender
assessment (meta-analysis). Schernhammer ES1, Colditz GA.
3. Taking Their Own Lives —
The High Rate of Physician Suicide
http://www.nejm.org/doi/pdf/10.1056/NEJMp058014Suicide Rates Among Physicians:
A Quantitative and Gender Assessment (Meta-Analysis)
http://journals.psychiatryonline.org/data/Journals/AJP/3987/2295.pdf
4. Robin Williams's Age Group
at Heightened Suicide Risk
http://online.wsj.com/articles/robin-williamss-age-group-at-heightened-suicide-risk-1407875597
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