PSORIASIS
PSORIASIS
La
psoriasis es una enfermedad de la piel que aparece frecuentemente en personas
que tienen la piel blanca. La base de la psoriasis es una reacción autoinmune,
lo que significa que el propio sistema inmune ataca a las células del mismo
organismo.
Hay
muchos factores que influyen en la aparición de la psoriasis. Además de la
predisposición genética influyen otros factores de riesgo y desencadenantes,
como infecciones, medicamentos (betabloqueantes, litio, interferón, cloroquina)
e irritaciones externas como las heridas. También el clima influye: el verano
mejora los síntomas de la psoriasis debido a la radiación solar. Los rayos del
sol reducen la inflamación y la propia reacción autoinmune. Además, los
factores psicológicos también van a alterar el curso de la enfermedad: el
estrés empeora, por regla general, los síntomas.
Las
lesiones típicas de la psoriasis son placas bien delimitadas de fondo rojo y
superficie descamativa con una descamación plateada, que aparecen
fundamentalmente en codos, rodillas, en el esternón y en el cuero cabelludo.
Ocasionalmente producen picor. También las articulaciones y las uñas pueden
verse afectadas en esta enfermedad.
Historia
La
psoriasis no es ninguna enfermedad moderna. Hace más de 2.000 años el médico
griego Hipócrates (460-370 a.C.) describió lesiones descamativas de la piel.
Probablemente se trataba de enfermos con psoriasis.
El
término médico psoriasis deriva de la palabra griega psora que quiere decir
“picar” y también “rascar”. Debido a esta definición, durante mucho tiempo no
se diferenció de las lesiones causadas por los piojos.
La
psoriasis tiene importantes consecuencias sobre la salud, la calidad de vida y
el trabajo de las personas que la sufren. Sobre todo, porque se trata de una
enfermedad crónica. La psoriasis no es contagiosa pero las placas que se forman
en la piel son muy visibles y los pacientes sufren una importante afectación
psicológica.
Incidencia
La
psoriasis es una de las enfermedades dermatológicas más frecuentes. La
enfermedad afecta por igual a hombres y a mujeres. La mayor parte de los
afectados (alrededor de un 70%) sufre psoriasis tipo I, también llamada forma
precoz vulgar. Este tipo aparece antes de los 40 años. Lo más común es que
afecte a jóvenes de entre 10 y 25 años. La forma menos frecuente es la tipo II
o tardía que aparece entre los 35 y 60 años.
Causas
La
psoriasis puede estar provocada por varias causas. Por este motivo se denomina
enfermedad de origen multifactorial. Por un lado, existe predisposición
genética y por otro lado la enfermedad sólo aparece si coinciden diferentes
factores precipitantes (factores de riesgo) como infecciones, consumo de
medicamentos, o provocaciones externas como heridas en la piel. Alrededor del
40% de los afectados tiene familiares afectos de psoriasis. El fenómeno de
Koebner es una dermatosis que se desencadena en un lugar en el que se ha
sufrido un traumatismo. Por lo tanto, se pueden ver las lesiones del rascado en
la piel. El clima y factores psicológicos también pueden influir en la
aparición de la psoriasis.
Aparte
de la predisposición genética existen muchos factores que van a intervenir como
precipitantes o desencadenantes de un empeoramiento de la enfermedad. Algunos
de estos son:
·
Fumar
·
Sobrepeso
·
Consumo de
alcohol
·
Estrés emocional
·
Determinados
medicamentos (por ejemplo betabloqueantes, inhibidores ECA, litio, tratamientos
antimaláricos, antiinflamatorios)
·
Provocaciones
externas como la presión o las heridas
·
Clima
·
Reacción
autoinmune
La
psoriasis es una afección autoinmune. El propio sistema inmune reacciona contra
células del mismo organismo. Un papel central en esta afección la tiene las
proteínas, que favorecen la inflamación y la hiperactividad de determinados
tipos de glóbulos blancos, los llamados linfocitos Th1. Estas células inician
por mediadores la cascada inmunológica, jugando un papel fundamental en la
producción de la inflamación.
El
objetivo de esta reacción autoinmune son las células de la epidermis del propio
organismo: los queratinocitos. Los queratinocitos son las células implicadas en
la renovación de la piel. La piel reacciona ante el ataque del sistema inmune
con una reacción inflamatoria global. Los queratinocitos se van a dividir más
rápido con lo que se crea mucho tejido nuevo. De aquí vienen los conocidos
síntomas: la piel se engrosa y se descama.
Probablemente
las infecciones también influyen a que la superficie engrosada se descame. Hay
indicios de que los estreptococos favorecen a esta predisposición y favorecen
la aparición de la psoriasis, empeorando también la evolución. Tras infecciones
causadas por estreptococos, como pueden ser la amigdalitis o la otitis media,
aparecen frecuentemente los brotes de psoriasis.
Síntomas
El
diagnóstico de la psoriasis es sencillo por los típicos síntomas de la
enfermedad. Debido a la reacción del sistema inmune en la psoriasis, la piel de
estos pacientes se renueva más rápido que en los sanos. En condiciones normales
la piel se renueva completamente cada 28 días, en los pacientes con psoriasis
este proceso dura solo cuatro días.
Las
lesiones características de la psoriasis son placas bien delimitadas de fondo
rojo y superficie descamativa. Las células de la zona más superficial de la
piel, la epidermis, llegan siete veces más rápido a la superficie que en la
piel sana. En la superficie forman una escama brillante, blanco-plateada. Bajo
la descamación se encuentra una última capa de piel que se levanta fácilmente
(membrana de Duncan-Buckley). La piel está seca y frecuentemente se crean fisuras
dolorosas y ampollas. En la mitad de los afectados de la psoriasis las uñas
también muestras síntomas de la enfermedad.
Las
lesiones características de la psoriasis de fondo rojo y superficie descamativa
con una descamación plateada también se denominan placas. Pueden ser muy
pequeñas pero generalmente varían entre el tamaño de una moneda y el de la
palma de una mano. Frecuentemente son simétricas en ambas partes del cuerpo.
Habitualmente las lesiones pican mucho. Lo típico es que las placas aparezcan
en las zonas de extensión de codos y rodillas y en el cuero cabelludo.
Las
placas psoriásicas pueden aparecer como zonas bien delimitadas o pueden
confluir hasta cubrir amplias zonas del cuerpo. Normalmente las lesiones se
limitan a las zonas en las que aparecieron primero. Ocasionalmente desaparecen
espontáneamente.
Hay
tres formas principales de psoriasis en base a los síntomas:
·
Psoriasis vulgar
·
Psoriasis
pustulosa cuando aparecen lesiones con pus en la piel
·
Psoriasis con
afectación articular o artritis psoriásica
Una
persona afectada por la psoriasis puede tener al mismo tiempo más de una forma
de psoriasis.
Diagnóstico
En
la mayor parte de los casos el diagnóstico de la psoriasis es por visualización
de las típicas lesiones de la piel.
Si
se realiza un raspado de la zona afecta de la piel aparecen los siguientes
signos en la placa:
·
Signo de la bujía
o de la vela de cera: se desprenden fragmentos de escamas quedando entonces una
superficie blanca opaca
·
Membrana de
Duncan-Buckley: se desprende en bloque una lámina de piel.
·
Rocío hemorrágico
de Auspiz: aparece un punteado hemorrágico
Además,
la aparición de otros casos en la familia refuerza el diagnóstico de la
psoriasis. Si todavía existe duda del diagnóstico el médico realizará una
biopsia donde se comprobará que la capa superficial de la piel está engrosada e
inflamada. Estos hallazgos se denominan hiperqueratosis, queratosis folicular e
hiperplasia epidérmica. Además, bajo el microscopio se observan en las capas
superiores de la piel (epidermis y dermis) más glóbulos blancos de lo habitual
(linfocitos y granulocitos) y macrófagos.
Si
la enfermedad no está muy avanzada puede ser difícil de reconocer. Otras
enfermedades con las que se puede confundir la psoriasis y las cuales hay que
descartar al hacer el diagnóstico de la psoriasis son:
·
Eccemas
·
Infecciones de la
piel por hongos
·
Liquen plano
·
Infecciones de la
piel
·
Sífilis
También
la artritis psoriásica puede ser en ocasiones difícil de reconocer de otras
enfermedades que afectan de forma crónica o aguda a las articulaciones como
puede ser la artritis reumatoide o de la espondilitis anquilosante. Sobre todo
si no aparecen las lesiones típicas de la piel.
En
la artritis psoriásica los análisis de sangre pueden facilitar el diagnóstico.
Además, así se puede hacer diagnóstico diferencial con otras artropatías
inflamatorias. En ocasiones es preciso una prueba de imagen, como la tomografía
axial computarizada (TAC) o la resonancia magnética (RM), para ayudar a
diagnosticar.
Tratamiento
Los
síntomas de la psoriasis se alivian mediante una variada cantidad de
tratamientos a los que pertenecen determinados preparados y también
tratamientos físicos. Estos tratamientos también conllevan a que de forma
transitoria los afectados estén asintomáticos. Pero todavía no se ha encontrado
un tratamiento que la cure para siempre.
El
espectro de tratamientos para la psoriasis va desde cremas hasta potentes medicamentos
supresores del sistema inmune. Se diferencia en general el tratamiento tópico
del tratamiento sistémico (o interno). La base para todos los tratamientos es
un cuidado de la piel regular, individualizado y esmerado.
El
tratamiento de la psoriasis se basa en tres pilares:
·
Tratamiento
tópico o local
·
Tratamiento
sistémico mediante medicamentos tomados
·
Fototerapia
El
objetivo del tratamiento es evitar que la piel se inflame y se engrose.
Tratamiento tópico
Los
principios activos que actúan de forma tópica se aplican en forma de cremas,
pomadas y lociones. Además hay productos para añadir al agua de baño.
Durante
el brote agudo de psoriasis hay que tratar la capa de piel engrosada mediante
sustancias como ácido salicílico y urea. A partir de ahí se podrán aplicar
medicamentos contra la inflamación que puedan llegar a su objetivo que es la
célula de la piel.
Los
tratamientos tópicos de la psoriasis incluyen derivados de vitamina D,
preparados de la cortisona y pomadas con ditranol o retinoides. El ditranol
evita el crecimiento excesivo de células y la inflamación. El retinoide es un
derivado de la Vitamina A y también se usa en otros problemas dermatológicos
como el acné. En el tratamiento tópico se utiliza la tretinoína (ácido
retinoico).
Pero
aun si la piel está bien, precisa de un esmerado cuidado. Para el uso diario se
recomiendan cremas que contengan urea para mantener la piel bien hidratada.
Evolución
La
evolución de la psoriasis es muy variable dependiendo de los individuos. Es una
enfermedad crónica y que aparece en brotes. Tras periodos de inactividad total
de la enfermedad pueden seguirle temporadas con fuerte descamación de la piel.
En los meses de verano suele mejorarse debido a los rayos del sol.
Muchos
de los afectados viven con ansiedad el curso inesperado de la enfermedad. Con
una higiene de la piel cuidadosa y con los tratamientos que existen hoy en el
mercado la enfermedad se deja controlar bastante bien. Si bien es verdad que un
tratamiento definitivo no existe.
Fuente:
Onmeda
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