HELICOBACTER PYLORI
HELICOBACTER
PYLORI
El
Helicobacter pylori es una bacteria que es la responsable de más de la mitad de
las úlceras peptídicas de todo el mundo y uno de los agentes causales del
cáncer de estómago. Esta bacteria se puede transmitir a través de alimentos o
de aguas contaminadas. Por eso es importante lavar bien los alimentos antes de
ingerirlos. Pero también existe la teoría de que se podría llegar a transmitir
a través del beso de una que esté infectada hacia una persona no infectada.
Síntomas
El
Helicobacter pylori (HP) es una bacteria descubierta en el año 1983, que
infecta la mucosa (capa protectora sueva y húmeda) del estómago y duodeno,
relacionada con el origen de
enfermedades gastrointestinales como gastritis crónica, úlcera gástrica
o duodenal y con algunos tumores.
La
infección se suele adquirir en la infancia, afecta a dos tercios de la
población mundial de todas las edades, es más frecuente en países en vías de
desarrollo. Hay estudios que indican prevalencias en población sana de hasta un
60%. La vía de transmisión parece ser a través del agua o alimentos o por
contacto directo de boca a boca, propagándose entre las personas que conviven o
comparten comida.
Una
vez se ha adquirido la infección, la mayoría de los infectados no presentará
nunca síntomas. En ocasiones puede producir irritación en el estómago o
gastritis que se puede manifestar por acidez, náuseas, sensación plenitud,
hinchazón abdominal; otras veces producirá úlceras digestivas; la infección por
HP está asociada con el 90-95% de las úlceras duodenales y el 70% de las
úlceras gástricas. En casos más excepcionales se relaciona con cáncer de
estómago, siendo la causa principal identificada este tumor, sobretodo del
linfoma gástrico MALT (linfoma de tejido linfoide asociado a mucosa).
El
diagnostico se realiza mediante pruebas como el test de aliento, prueba que
consiste en analizar el aliento del paciente tras haber ingerido una sustancia
llamada urea marcada con un isótopo no radiactivo. El HP trasforma la urea en
CO2 y amoniaco. El CO2 marcado pasa a
sangre y se elimina por los pulmones siendo detectado en el aire espirado.
Otros
métodos de diagnóstico son la endoscopia gástrica, método invasivo que permite
tomar muestras de mucosa del estómago para su estudio y que es la forma más exacta
de diagnosticar el HP. Igualmente se puede recurrir a los análisis de heces
buscando antígenos del HP o un análisis
de sangre realizando serología en busca de anticuerpos contra HP.
Los
expertos en la actualidad no recomiendan el uso generalizado de estas pruebas
para detectar la infección por HP.
Está
indicado realizar el diagnóstico con el fin de instaurar tratamiento
erradicador si se constata la presencia del HP, en personas con:
·
Úlceras gástricas
o duodenales activas, gastritis atrófica,
·
En los que tengan
antecedentes de úlcera y estén en tratamiento con AINE (antiinflamatorios no
esteroideos),
·
Tras cirugía de
cáncer o linfoma gástrico,
·
En parientes de
primer grado de pacientes con cáncer gástrico,
·
En sujetos en
tratamiento con ácido acetilsalicílico (aspirina) a dosis bajas que hayan
tenido úlceras o hemorragia digestiva.
En
la actualidad no se recomienda la erradicación en pacientes dispepsia no
ulcerosa (acidez, ardor, malestar en boca del estómago, meteorismo,
flatulencia), tampoco en los que presenten reflujo gastroesofágico, salvo que
tengan una úlcera gastroduodenal.
El
tratamiento habitualmente consiste en la combinación de dos antibióticos junto
con un protector gástrico durante una semana. A partir de las 4 semanas de la
erradicación se realizará un prueba diagnóstica, generalmente el test del
aliento, para la confirmación de la eliminación de la bacteria.
Como
medidas profilácticas para evitar la propagación de la infección se recomienda
lavarse las manos después de usar el baño y antes de comer, comer alimentos
preparados adecuadamente (especialmente las ensaladas deben de tener un especial
cuidado), beber agua de fuentes limpias y seguras.
Fuente:
teinteresa.es
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