CANCER CERVICAL. PERCY ZAPATA MENDO.

Cáncer cervical


Es un cáncer que comienza en el cuello uterino, la parte inferior del útero (matriz) que se abre en la parte superior de la vagina.


Causas, incidencia y factores de riesgo


A nivel mundial, el cáncer cervical es el tercer tipo de cáncer más común en las mujeres y es mucho menos común en los Estados Unidos debido a la práctica de las citologías vaginales (pruebas de Papanicolau).


Los cánceres cervicales comienzan en las células de la superficie del cuello uterino. Existen dos tipos de dichas células en dicha superficie: escamosas y columnares. La mayoría de los cánceres de cuello uterino provienen de las células escamosas.


El desarrollo del cáncer cervical generalmente es muy lento y comienza como una afección precancerosa llamada displasia. Esta afección precancerosa se puede detectar por medio de una citología vaginal y es 100% tratable. Por esta razón es tan importante que las mujeres se practiquen citologías vaginales regularmente. La mayoría de las mujeres a quienes se les diagnostica cáncer cervical en la actualidad no se han sometido a citologías vaginales regulares o no han tenido un seguimiento por resultados anormales.


Los cambios precancerosos que no se han detectado pueden convertirse en cáncer cervical y diseminarse a la vejiga, los intestinos, los pulmones y el hígado. Pueden pasar años para que los cambios precancerosos se conviertan en este tipo de cáncer. Los pacientes con esta afección generalmente no tienen problemas hasta que dicho cáncer esté avanzado y se haya diseminado.


Casi todos los cánceres cervicales son causados por el virus del papiloma humano (VPH), un virus común que se disemina a través de las relaciones sexuales. Existen muchos tipos diferentes de VPH y algunas cepas de este virus llevan a cáncer cervical. (Otras cepas pueden causar verrugas genitales, mientras que otras no causan ningún problema en absoluto).


Otros factores de riesgo para el cáncer cervical abarcan:


• Tener relaciones sexuales a temprana edad


• Tener múltiples compañeros sexuales


• Parejas sexuales que tengan múltiples compañeros sexuales o que participen en actividades sexuales de alto riesgo


• Mujeres cuyas madres tomaron durante su embarazo el medicamento DES (dietilestilbestrol) a comienzos de los años 60 para prevenir el aborto espontáneo


• Sistema inmunitario debilitado


• Estrato económico bajo que no les permite a las mujeres costear las citologías vaginales regulares


Síntomas


La mayor parte del tiempo, el cáncer cervical es asintomático. Los síntomas que se pueden presentar abarcan:


• Flujo vaginal continuo, que puede ser pálido, acuoso, rosado, marrón, sanguinolento o de olor fétido


• Sangrado vaginal anormal entre períodos, después de la relación sexual o después de la menopausia


• Períodos menstruales más abundantes y que duran más de lo normal


• Cualquier sangrado después de la menopausia


Los síntomas del cáncer cervical avanzado comprenden:


• Inapetencia


• Pérdida de peso


• Fatiga


• Dolor pélvico


• Dolor de espalda


• Dolor en las piernas


• Inflamación en una sola pierna


• Sangrado vaginal profuso


• Fuga o filtración de orina o heces por la vagina


• Fracturas óseas


Signos y exámenes


Los cambios precancerosos del cuello uterino y el cáncer cervical no se pueden ver a simple vista. Se necesitan exámenes y herramientas especiales para descubrir tales enfermedades.


Las citologías vaginales detectan los precánceres y el cáncer, pero no ofrecen el diagnóstico final. Si se encuentran cambios anormales, generalmente se examina el cuello uterino bajo aumento o ampliación microscópica, lo cual se denomina colposcopia. Durante este procedimiento, se extraen fragmentos de tejido en forma quirúrgica (biopsia) y se envían al laboratorio para su análisis.


Otros exámenes pueden abarcar:


• Legrado endocervical (LEC) para examinar la abertura del cuello uterino


• Conización quirúrgica


Si a una mujer se le diagnostica cáncer cervical, el médico ordenará más exámenes para determinar qué tan lejos se ha diseminado dicho cáncer, lo cual se denomina estadificación. Los exámenes pueden abarcar:


• Tomografía computarizada


• Cistoscopia


• Resonancia magnética


• Radiografía del tórax


• Pielografía intravenosa (PIV)


Tratamiento


El tratamiento del cáncer cervical depende de la etapa de éste, del tamaño y forma del tumor, la edad, la salud general de la mujer y su deseo de tener hijos en el futuro.


El cáncer cervical precoz se puede curar con la extirpación o destrucción de los tejidos precancerosos o cancerosos. Existen diversas formas quirúrgicas de hacer esto sin extirpar el útero ni dañar el cuello uterino, de tal manera que la mujer pueda aún tener hijos en el futuro.


Los tipos de cirugía para el cáncer cervical precoz comprenden:


• LEEP (procedimiento de escisión electroquirúrgica con asa) que utiliza electricidad para extirpar el tejido anormal


• Crioterapia que congela las células anormales


• Terapia con láser que utiliza luz para cauterizar el tejido anormal


Una histerectomía (extirpación del útero pero no de los ovarios) a menudo no se lleva a cabo para el cáncer cervical que no se ha diseminado. Se puede practicar en mujeres que hayan tenido procedimientos LEEP repetitivos.


El tratamiento para el cáncer cervical más avanzado puede comprender:


• Histerectomía radical, con la cual se extirpa el útero y mucho de los tejidos circundantes, incluyendo los ganglios linfáticos y la parte superior de la vagina.


• Evisceración pélvica, un tipo extremo de cirugía en la cual se extirpan todos los órganos de la pelvis, incluidos la vejiga y el recto.


Es posible utilizar la radioterapia para tratar los casos en que el cáncer se ha diseminado más allá de la pelvis o el cáncer que ha reaparecido. La radioterapia es ya sea interna o externa.


• En la radioterapia interna, se utiliza un dispositivo lleno de material radiactivo, que se coloca dentro de la vagina de la mujer al lado del cáncer cervical y se retira cuando ella se va para su casa.


• En la radioterapia interna, desde una máquina grande se emite radiación al cuerpo donde el cáncer está localizado. Es similar a los rayos X.


La quimioterapia utiliza medicamentos para destruir el cáncer y algunos de los que se usan como quimioterapia para el cáncer cervical son: 5-FU, cisplatino, carboplatino, ifosfamida, paclitaxel y ciclofosfamida. En algunas ocasiones, se utiliza radiación y quimioterapia antes o después de la cirugía.


Expectativas (pronóstico)


Hay muchos factores que afectan el pronóstico del cáncer cervical, a saber:


• El tipo de cáncer


• La etapa de la enfermedad


• La edad y condición física general de la mujer


Las afecciones precancerosas son completamente curables cuando se les hace un seguimiento y tratamiento apropiado. La probabilidad de estar vivo a los 5 años (tasa de supervivencia a 5 años) para el cáncer que se ha diseminado al interior de las paredes del cuello uterino, pero no por fuera del área de éste, es del 92%.


Sin embargo, la tasa de supervivencia a 5 años disminuye regularmente a medida que el cáncer se disemina a otras áreas.


Complicaciones


• Algunos tipos de cáncer de cuello uterino no responden bien al tratamiento.


• El cáncer puede retornar (reaparecer) después del tratamiento.


• Las mujeres que reciben tratamiento para salvar el útero tienen un alto riesgo de retorno (reaparición) del cáncer.


• La cirugía y la radiación pueden causar problemas con la función sexual, intestinal y vesical.


Situaciones que requieren asistencia médica


Consulte con el médico si usted:


• Es una mujer sexualmente activa que no se ha practicado una citología vaginal en el último año.


• Tiene al menos 20 años y nunca se ha sometido a un examen pélvico ni le han practicado una citología vaginal.


• Cree que su madre pudo haber tomado dietilestilbestrol (DES) cuando estaba embarazada.


• No se ha practicado citologías vaginales regulares (pregúntele al médico con qué frecuencia se debe hacer esto)


Prevención


Una nueva vacuna para prevenir el cáncer de cuello uterino ahora está disponible. En junio de 2006, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos aprobó la vacuna llamada Gardasil, la cual previene contra la infección producida por los dos tipos de virus del papiloma humano (VPH) responsables de la mayoría de los casos de cáncer cervical. Los estudios han mostrado que la vacuna parece prevenir el cáncer cervical en sus etapas iniciales y las lesiones precancerosas. Gardasil es la primera vacuna aprobada dirigida específicamente a prevenir cualquier tipo de cáncer.


El hecho de practicar relaciones sexuales con protección (usando condones) también reduce el riesgo de contraer VPH y otras enfermedades de transmisión sexual. La infección con el virus del papiloma humano ocasiona verrugas genitales, las cuales pueden ser apenas visibles o de varias pulgadas de ancho. Si una mujer observa verrugas en los genitales de su pareja, debe evitar la relación sexual con esa persona.


Para reducir adicionalmente el riesgo de padecer cáncer cervical, las mujeres deben limitar el número de compañeros sexuales y evitar las parejas que participan en actividades sexuales de alto riesgo.


El hecho de practicarse citologías vaginales puede ayudar a detectar cambios precancerosos que pueden tratarse antes de que se conviertan en cáncer cervical. Las citologías son muy efectivas para descubrir tales cambios, pero tienen que hacerse en forma regular. Los exámenes pélvicos anuales, incluyendo una citología vaginal, se deben iniciar cuando la mujer se vuelve sexualmente activa, o en mujeres de 20 años que no son sexualmente activas. Si se observan cambios anormales, se debe llevar a cabo una colposcopia con biopsia.
Deje de fumar, en caso de hacerlo, dado que el consumo de cigarrillo está asociado con un aumento del riesgo de cáncer cervical.


Nombres alternativos


Cáncer de cuello uterino


Referencias


Armstrong C. ACIP Releases Recommendations on Quadrivalent Human Papillomavirus Vaccine. Am Fam Physician. May 1, 2007;75(9);1391-1380.


Kahn JA. HPV vaccination for the prevention of cervical intraepithelial neoplasia. N Engl J Med. 2009 Jul 16;361(3):271-8.


Noller KL. Intraepithelial neoplasia of the lower genital tract (cervix, vulva): Etiology, screening, diagnostic techniques, management. In: Katz VL, Lentz GM, Lobo RA, Gershenson DM, eds. Comprehensive Gynecology. 5th ed. Philadelphia, Pa: Mosby Elsevier; 2007:chap 28.


NCCN Clinical Practical Guidelines in Oncology: Cervical cancer. V.1.2010. National Comprehensive Cancer Network, Inc. Available at www.nccn.org. Accessed December 28, 2009.

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