DOLOR FANTASMA
DOLOR
FANTASMA
Es
el dolor que se siente en una parte del cuerpo que ya no está ahí. Los médicos
antes creían que este fenómeno tras a una amputación era un problema
psicológico, pero los expertos ahora reconocen que estas sensaciones son reales
y se originan en la médula espinal y en el cerebro.
A
pesar de que este dolor fantasma ocurre con mayor frecuencia entre personas a
quienes se les ha amputado un brazo o una pierna, el trastorno también se puede
dar después de cirugías para amputar otras partes del cuerpo, tales como un
seno, el pene, un ojo o la lengua.
1. Síntomas
La
mayoría de las personas a las que les han amputado una extremidad informan que,
a veces, sienten como si el miembro amputado todavía estuviera allí. Este fenómeno
indoloro, conocido como “sensación de miembro fantasma”, raramente, se produce
en las personas que nacieron sin extremidades.
Las
sensaciones de miembro fantasma pueden comprender sensación de frío, calor,
picazón u hormigueo, pero no debe confundirse con el dolor fantasma. De modo
similar, el dolor proveniente del muñón de un miembro amputado no es dolor
fantasma. Por definición, el dolor fantasma se siente como si el dolor viniera
de una parte del cuerpo que ya no está.
Las
características del dolor fantasma comprenden:
·
Comienzo dentro
de los primeros días posteriores a la amputación
·
Aparece y
desaparece o es continuo
·
A menudo afecta
la parte del miembro más alejada del cuerpo, como el pie de una pierna amputada
·
Puede describirse
como un disparo, una puñalada, una perforación, un apretujón, una pulsación o
ardor
·
En ocasiones, se
siente como si la parte fantasma fuera forzada a tomar una posición incómoda
·
La presión sobre
la parte que queda del miembro o el estrés emocional pueden provocarlo
2. Causas
La
causa exacta del dolor fantasma no es clara, pero parece originarse en la
médula espinal y en el cerebro. Durante las exploraciones de imágenes, como la
imagen de resonancia magnética (RM) o la tomografía por emisión de positrones
(TEP), las partes del cerebro que habían estado neurológicamente conectadas a
los nervios del miembro amputado muestran actividad cuando la persona siente
dolor fantasma.
Muchos
expertos consideran que el dolor fantasma puede al menos explicarse
parcialmente como una respuesta a las señales mezcladas del cerebro. Luego de
una amputación, las zonas de la médula espinal y del cerebro pierden las
señales provenientes del miembro ausente y se ajustan a esta separación de
maneras que no pueden predecirse. El resultado puede desencadenar el mensaje
más básico del cuerpo para cuando algo no está bien: dolor.
Los
estudios demuestran que después de una amputación, el cerebro puede reasignar
el circuito sensorial de esa parte del cuerpo a otra. En otras palabras, como
la parte amputada ya no puede recibir información sensorial, la información es
derivada a otra parte, de una mano faltante a una mejilla aún presente, por
ejemplo.
Por
lo que cuando te tocas la mejilla es como si te tocaras la mano faltante
también. Como esto es aún otra versión de las vías sensoriales enredadas, el
resultado puede ser el dolor.
Se
cree que una cantidad de otros factores también contribuyen al dolor fantasma,
como el daño a las terminales nerviosas, el tejido cicatricial en la zona de la
amputación y la clásica memoria del dolor de la zona afectada previa a la amputación.
3. Factores de
riesgo
Todavía
no se sabe por qué algunas personas padecen un dolor imaginario después de una
amputación, mientras que otras no. Algunos factores que pueden incrementar el
riesgo de dolor imaginario son:
·
Dolor antes de la amputación. Algunos investigadores descubrieron que las personas
que sentían dolor en un miembro antes de la amputación suelen padecerlo
después, en especial, inmediatamente después de la amputación. Esto puede
deberse a que el cerebro retiene la memoria del dolor y sigue enviando señales
de dolor, incluso después de que la extremidad haya sido amputada.
·
Dolor de muñón.
Las personas que generalmente sienten un dolor persistente de muñón también
sienten dolor imaginario. Es posible que el dolor de muñón sea el resultado de
un crecimiento anormal en las terminales nerviosas dañadas (neuroma) que a
menudo causa una actividad nerviosa dolorosa.
·
Extremidad artificial (prótesis) no ajustada
correctamente. Habla con tu médico
para asegurarte de que te estás colocando correctamente la extremidad
artificial y de que el ajuste es el adecuado. Si crees que el ajuste de tu
extremidad artificial puede no ser adecuado, o te provoca dolor, habla con tu
médico.
4. Análisis y
diagnósticos
Si
bien no hay pruebas médicas que permitan diagnosticar el dolor fantasma, los
médicos pueden identificar esta enfermedad mediante la información que brindes
acerca de tus síntomas y las circunstancias, tales como lesiones o cirugías,
que hayan ocurrido antes de que comenzara el dolor.
Describir
el dolor con precisión puede ayudar a que tu médico identifique el problema. Si
bien es frecuente padecer dolor fantasma y dolor de muñón al mismo tiempo, los
tratamientos para estos dos problemas pueden ser diferentes.
5. Tratamientos y
medicinas
Encontrar
un tratamiento para aliviar el dolor fantasma puede ser difícil. Los médicos
suelen empezar con medicamentos y, luego, pueden añadir terapias no invasivas,
como la acupuntura o la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea.
Otras
opciones más invasivas son las inyecciones o el implante de dispositivos. La
cirugía se realiza solo como último recurso.
Medicamentos
Si
bien no hay medicamentos específicos para el dolor fantasma, algunos
medicamentos diseñados para tratar otras enfermedades han sido útiles para
aliviar la neuralgia.
Ningún
medicamento funciona para todos, y no todos se benefician de los medicamentos. Es
posible que se tenga que probar distintos medicamentos hasta encontrar uno que sirva.
Los
medicamentos utilizados en el tratamiento del dolor fantasma comprenden los
siguientes:
Antidepresivos. Los
antidepresivos tricíclicos pueden aliviar el dolor causado por los nervios
lesionados.
Estos
medicamentos actúan modificando los mensajeros químicos que transmiten las
señales de dolor. Los antidepresivos también pueden ayudarte a dormir, lo que
puede hacerte sentir mejor.
Los
posibles efectos secundarios comprenden somnolencia, boca seca, visión borrosa,
aumento de peso y disminución del rendimiento o del deseo sexual.
Anticonvulsivos. Los
medicamentos contra la epilepsia, tales como la gabapentina, pregabalina y
carbamazepina, a menudo se utilizan para tratar la neuralgia. Actúan acallando
los nervios lesionados para reducir o prevenir las señales de dolor no
controlado.
Los
efectos secundarios pueden consistir en depresión, ansiedad, pensamientos
suicidas, irritabilidad y reacciones alérgicas, como urticaria, fiebre e
hinchazón.
Tranquilizantes. Los
medicamentos opioides, como la codeína y la morfina, pueden ser una opción para
algunas personas. Si se toman en dosis adecuadas, según las indicaciones del
médico, pueden ayudar a controlar el dolor fantasma.
Sin
embargo, es posible que no puedas tomarlos si tienes antecedentes de abuso de
sustancias. Incluso si no tienes antecedentes de abuso de sustancias, estos
medicamentos pueden provocar muchos efectos secundarios, como estreñimiento,
náuseas, vómitos o sedación.
Antagonistas de los receptores de N-metil-D-aspartato (NMDA). Esta clase de anestésicos actúa uniéndose a los
receptores de NMDA en las neuronas del cerebro y bloqueando la actividad del
glutamato, una proteína que tiene una función importante en la transmisión de
las señales nerviosas.
En
estudios, los antagonistas de los receptores de NMDA ketamina y dextrometorfano
fueron eficaces para aliviar el dolor fantasma. Los efectos secundarios de la
ketamina son sedación leve, alucinaciones o pérdida del conocimiento. No se
informaron efectos secundarios de la utilización de dextrometorfano.
Terapias no invasivas
Al
igual que con los medicamentos, el tratamiento del dolor fantasma con terapias
no invasivas es una cuestión de prueba y observación. Las siguientes técnicas
podrían aliviar el dolor fantasma:
Estimulación nerviosa. En un
procedimiento llamado «estimulación nerviosa eléctrica transcutánea», un
dispositivo envía una corriente eléctrica débil a través de parches adhesivos
sobre la piel cerca del área de dolor. Esto puede interrumpir o enmascarar las
señales del dolor, lo que les impide llegar al cerebro.
Si
se usa de manera adecuada, la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea es
segura.
Caja espejo. Este dispositivo
contiene espejos que hacen parecer que una extremidad amputada existiera. La
caja espejo tiene dos aberturas: una para el miembro intacto y otra para el
muñón.
La
persona realiza ejercicios simétricos; mientras ve que se mueve el miembro
intacto, imagina que realmente está viendo moverse la extremidad que falta. Los
estudios han encontrado que este ejercicio puede ayudar a aliviar el dolor
fantasma.
Acupuntura. La acupuntura
puede ser un tratamiento eficaz para algunos tipos de dolor crónico. En la
acupuntura, el médico inserta en la piel agujas estériles de acero inoxidable
muy finas en puntos específicos del cuerpo.
Se
cree que la acupuntura estimula el sistema de nervioso central para liberar
endorfinas, los analgésicos naturales del organismo. La acupuntura,
generalmente, se considera segura cuando se realiza correctamente.
Terapias mínimamente invasivas
·
Inyección. A
veces, inyectar en el muñón medicamentos analgésicos, anestésicos locales,
esteroides o ambos, puede aliviar el dolor del miembro fantasma.
·
Estimulación de
la médula espinal. El médico inserta electrodos diminutos a lo largo de la
médula espinal. Transmitir una pequeña corriente eléctrica a la médula espinal
a veces puede aliviar el dolor.
·
Bloqueadores
nerviosos. Este método utiliza medicamentos que interrumpen los mensajes de
dolor entre el cerebro y la zona del dolor fantasma.
Cirugía
Cuando
otros tratamientos no han sido de ayuda, la cirugía puede ser una opción. Las
opciones quirúrgicas son las siguientes:
Estimulación cerebral. La
estimulación cerebral profunda y la estimulación de la corteza motora son
similares a la estimulación de la médula espinal, excepto que la corriente se
suministra dentro del cerebro. El cirujano usa una resonancia magnética (RM)
para ubicar los electrodos correctamente.
Aunque
los datos son aún escasos, la estimulación cerebral parece ser una opción
prometedora para ciertas personas.
Corrección quirúrgica o neurectomía del muñón. Si el dolor fantasma se desencadena por la irritación
de los nervios del muñón, a veces, puede ser útil la resección o corrección
quirúrgica. Pero cortar los nervios también conlleva el riesgo de empeorar el
dolor.
Lo más nuevo…
El
método más novedoso para aliviar el dolor fantasma son las gafas de realidad
virtual. El programa de computadora de las gafas reproduce la extremidad
intacta de la persona, por lo que parece que no ha habido ninguna amputación.
La persona, entonces, desplaza su extremidad virtual para realizar diversas
tareas, como batear una bola suspendida en el aire.
Aunque
esta técnica ha sido probada solo en unas pocas personas, parece ayudar a
aliviar el dolor fantasma.
Fuente: Clínica Mayo.
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